Monday, January 27, 2014

Caballos y elefantes le ganan terreno al Ekeko



El Ekeko, dios de la abundancia, una deidad en torno a la que se desarrolla la fiesta de Alasita, pierde terreno en la feria frente a esculturas de caballos, ícono del horóscopo chino este año, y elefantes, seres propios de la espiritualidad hindú.

De los centenares de puestos de venta que pueblan la colina del Parque Urbano Central paceño donde se levanta la laberíntica feria de Alasita de este año, son minoría los que venden al diosecillo.

En un recorrido por el lugar se advierte que los expositores de miniaturas tienen, en efecto, un Ekeko de propiedad privada que los acompaña durante su estadía en la feria, pero a diferencia de lo que sucede con caballos y elefantes —que se ofertan a cada paso en el sector de las esculturas—, la efigie andina escasea.

Un Ekeko de tamaño medio llega a costar Bs 40 y otro de similares proporciones, pero mayor detalle en el acabado (por ejemplo su ropaje es de tela), cuesta, aproximadamente, Bs 80.

Un caballo puede valer también Bs 40, pero igual hay más baratos, entre Bs 8 y 10. Los elefantes, que vienen en miniatura o de más de 50 centímetros, se ofertan en Bs 8, 50 o más.

Según José Luis Laura, artesano del sector Potosí, el público demanda figuras foráneas que también simbolizan la abundancia, la fortuna y la fertilidad. “El elefante siempre ha sido símbolo de prosperidad, es un amuleto hindú. Cuando tiene la trompa levantada significa progreso. Éste es el año del caballo en el horóscopo chino, por eso está teniendo buena venta”, afirma Laura.

De hecho, al mediodía del 24 —que según la tradición es cuando se debe adquirir el producto que simbolice lo anhelado— se pudo ver a decenas de ambulantes ofertando los caballos y a mucha gente adquiriéndolos.

Adolfo Chávez, ejecutivo de la Federación Nacional de Artesanos y Expositores de Navidad y Alasita (Fenaena), dice que de 120 a 150 artesanos se dedican a producir ekekos (en la feria hay cerca de 5.000 expositores).

Chávez admite que el diosecillo es cada vez más escaso en los puestos de venta y que la producción de otras figuras responde a la demanda de la población. En todo caso, destaca que tanto Fenaena como la Alcaldía incentiven a los artesanos a la “creación de más ekekos, año que pasa”.

La feria de Alasita mueve a diferentes sectores de la sociedad y se expresa en la creencia de que las illas o miniaturas que se compran se harán realidad, pero los comerciantes están siempre atentos a lo que se pone de moda para reproducirlo y ponerlo a la venta.

El lunes, la municipalidad habilitará el Museo del Ekeko, con la idea de revalorizar lo tradicional.

Daniela Yapur, miembro de una familia de tres generaciones de expositores, cuenta que en casa tienen muy presente al Ekeko. Hacen un altar con una réplica en miniatura de las cosas que desean (comida, bienes, títulos y otros) y como parte de la ritualidad, le dan de fumar un cigarrillo cada viernes: si el tabaco se consume es buen augurio, asevera.


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