Saturday, August 30, 2014

Museo Pipiripi organiza concurso de voladores

En el marco de la fiesta del viento, hoy y mañana, domingo, desde las 15.00 hasta las 18.00 horas, la Alcaldía realizará el segundo concurso de voladores en la colina del Espacio Interactivo Memoria y Futuro, ubicado al frente del parque Laikacota.

El responsable del Espacio Pipiripi, Sergio Ríos, informó que toda la población paceña está invitada a ser parte de este concurso que se realiza cada año con la finalidad de preservar las tradiciones y fortalecer la interacción entre generaciones, es decir, niños, junto a sus padres o abuelos.

Con esta actividad, la comuna concluye el mes de la fiesta del viento (Wayra Phaxsi), que estuvo conformada por los concursos de juegos tradicionales, cuentacuentos, música de viento y recetas tradicionales.

El único requisito para ser parte del certamen es conformar equipos intergeneracionales; es decir, un adulto y un niño como mínimo que construyan un volador y que acudan al Pipiripi para hacerlo volar. Además deben llenar un formulario que se encuentra en la página web de la Alcaldía (www.lapaz.bo/pipiripi).

“Desde las 15.00 hasta las 18.00 tenemos un buen viento en nuestra colina que permitirá elevar los voladores. Esperamos como el año pasado la participación de los niños, junto a sus abuelos, para que construyan su cometas”, manifestó.

En 2013 el concurso contó con la participación de más de 100 voladores con diferentes diseños y estructuras.

“Se tuvo una variedad de voladores tridimensionales, con figuras de animales, de personajes de los dibujos animados y con figuras de símbolos patrios, fue algo hermoso y muy llamativo, puesto que los niños bautizaban a sus cometas con nombres muy simpáticos”, manifestó.

EVALUACIÓN

El jurado calificador estará compuesto por personal de la Unidad de Museos y de la Delegación Municipal para el Fomento de la Interculturalidad que tomará en cuenta la creatividad, el tipo de vuelo del volador y el material de construcción que debe ser amigable con el medioambiente.

El Espacio Pipiriri dará a conocer la nómina de los ganadores en la primera semana de septiembre y el 21 será la premiación. Se entregarán certificados de participación a todos los concursantes.

Friday, August 29, 2014

Ñawpa Manka Mikhuna busca recuperar las tradiciones

La Ñawpa Manka Mikhuna, a través de actividades recreativas, culturales y gastronómicas, busca recuperar las tradiciones de nuestros abuelos, dijo uno de los organizadores del evento, Wilfredo Camacho.

El evento se realizará el domingo 31 de julio a partir de las 10:00 en la plaza de las Banderas (avenida Ballivián, cerca al estadio Félix Capriles).

Las actividades contemplan juegos populares, que abarca el jugar con bolitas, chuis, trompos, entre otros. Esta actividad estará a cargo de los niños del Centro de Educación Permanente Jaihuayco de la zona sur.

Así también se podrá degustar de platos típicos de “nuestros antepasados”, afirmó Camacho.

Entre la oferta gastronómica se podrá hallar platos típicos como ph’iris, tojoris, kispiñas, peqtus y una variedad de tostados.

“Queremos hacer de la Ñawpa Manka Mikhuna un referente muy importante para contrarrestar las comidas chatarras. Queremos que sea un elemento contestatario a la comida rápida”, manifestó Camacho.

En cuanto a entretenimiento, se realizarán concursos de bailes con las orquestas que llegarán de Cliza y Tarata.

Asimismo, en el marco del evento, habrá una exposición de antigüedades y reliquias. “Se trata de una exposición de objetos que antiguamente se tenían en el hogar. Las personas podrán conocer cómo era la vida de la Cochabamba de antaño”, agregó Camacho.

Entre las novedades para esta versión de la Ñawpa Manka Mikhuna, los organizadores dijeron que se instalará un “choclo” de cinco metros de alto que funcionará como un manifiesto. Camacho explicó que en cada grano, los niños o jóvenes, podrán plasmar un mensaje altruista.

El objetivo último que persigue esta actividad, de acuerdo con los organizadores, es recuperar el espíritu de autoestima del cochabambino y que sepa cuáles son sus raíces culturales.

Monday, August 25, 2014

Miniaturas que dan esperanza a peregrinos de Urcupiña

Miles de feligreses llegaron ayer hasta Quillacollo para adquirir diferentes productos en miniatura en la Feria de Alasitas que se realiza en la avenida Martín Cárdenas, a los pies del cerro de Cota donde apareció la Virgen de Urcupiña.

Las compras mayores fueron de los productos de la canasta familiar. Verduras, carnes, frutas y abarrotes fueron los más requeridos por los feligreses. Pero también hubieron quienes adquirieron vehículos, casas, material de construcción, títulos profesionales y otros.

Alrededor de mil comerciantes ofrecieron durante el día todo lo necesario a los visitantes “para que no les falte nada en el hogar”.

En la mañana de ayer se realizó una misa en el templo de San Ildefonso y la procesión hasta la plazuela, cerca de la Feria, con la imagen de la Virgen.

El capellán del templo y director del museo-convento Santa Teresa, padre Linton Guzmán, participó de la bendición de todo lo que fue adquirido por las familias.

“Las miniaturas dan esperanza para que no falte el pan de cada día en el hogar”, señaló.

La avenida donde se realizó la Feria quedó pequeña. Hubo aglomeración en el sector de comidas y de la venta de abarrotes y las canastas con los diferentes productos. Los comerciantes y compradores coincidieron en que es necesario un mayor orden.

Sunday, August 24, 2014

Abren Feria de Alasitas por la Virgen de Urkupiña

Como parte de las actividades de la festividad de Urkupiña, ayer se inauguró oficialmente la Feria de Alasitas con la participación de más de 1.500 comerciantes y artesanos que llegaron de diferentes ciudades del país.

La actividad se inició a las 10:00, con una misa en el templo San Ildefonso, posteriormente los comerciantes realizaron una procesión con la imagen de la Virgen de Urkupiña, hasta la avenida Martín Cárdenas y plaza Siles (de las Sirenas), donde el alcalde Charles Becerra inauguró la actividad.

“La Alasita es una expresión de fe, donde los creyentes compran las miniaturas que reflejen sus deseos y anhelos para pedir a la Virgen que los convierta en realidad. Muchos devotos vienen para que ella los bendiga con una casa, un terreno, un hijo y otros”, dijo Becerra.

La concejal Alicia Salguero informó que está actividad forma parte de las actividades de la festividad de Urkupiña, a donde las personas asisten para comprar sus deseos en miniatura para que estos se hagan realidad.

“Las población viene a comprar lo que desea que se haga realidad, por ejemplo, muchas amas de casa compran las canastas de alimentos, para que no les falte todo el año”, dijo.

Salguero, que también es comerciante, dijo que venden títulos de propiedad de autos, casas, tiendas y platos en miniatura.

Afirmó que cada año el número de comerciantes se incrementa más. “Los artesanos llegan de Oruro, La Paz, Santa Cruz. Este año hemos ocupado cinco cuadras de la avenida Martín Cárdenas”, acotó.

Monday, August 18, 2014

Cochabamba Se abre Feria de Alasitas con 800 artesanos

Ayer en el municipio de Quillacollo arrancó la fiesta de Alasitas con la presencia de aproximadamente unos 800 vendedores y artesanos que vienen de todo el país, sobre todo de La Paz.

Los expositores ya tomaron ubicaciones en la avenida Martín Cárdenas al sur de ese municipio y se quedarán hasta el domingo 24 de agosto.

En tanto, a dos días de concluidas las principales actividades en honor a la Virgen de Urkupiña, el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de Quillacollo Yuri Tapia evaluó a la festividad como “tranquila”, pues a diferencia de años anteriores no se registraron hechos de sangre ni disparos de arma de fuego. Dijo que una de las razones por el bajo índice delictivo fueron las detenciones preventivas de antisociales que hicieron antes de la fiesta.

La venta de las miniaturas ya comenzó y muchos devotos de Urkupiña se dieron cita ayer para abastecerse de productos de la canasta familiar. “Hemos comprado verduras, frutas. Todo lo que es necesario para el hogar, hay que tener mucha fe para que no falte nada”, dijo Hilda Pereira. Ella, como muchos, se preparaba para cocinar una “sopa” con las verduras adquiridas en la Feria de Alasitas de Urkupiña.

A primera vista lo que uno puede apreciar en la feria tradicional, de origen paceño, son miniaturas de: quintales de arroz, fideo, cereales como lenteja, cargas de papa, tomate, cebolla, carnes de res, pollo y chorizo cuyo valor oscila entre 1 y 5 bolivianos.

Varias miniaturas de apanados y huevos de codornices fueron comercializadas por Carola Flores, cuya familia se dedica a este negocio por generaciones. “Mi mamá nos ha inculcado en esta tradición”, expresó.

“Ahora estoy llevando abarrotes (macarrón, harina, arroz), a parte se llevar carnes y verduras. Una vez que se compra se cocina, se prepara”, dijo otra compradora, Lenny López, que recorrió las cuatro cuadras que abarca la feria, acompañada de su hija y esposo.

También, se encuentra el sector de los objetos de construcción y mobiliario. Ahí se comercializan carretillas, picotas, palas, bolsas de cemento y todo lo necesario en el rubro de la construcción de viviendas.

También se ofrecen miniaturas de autos de diferentes modelos y viviendas. “Todo completo para hacer una casa cuesta 15 bolivianos”, dijo Eva Limachi, artesana en miniaturas y herramientas hace 25 años.

Existen también televisores plasma, celulares, laptops, tablet y cámaras. Los comerciantes informaron que fabrican los pequeños objetos con dos meses de anticipación y llegan a vender un promedio de 5 mil bolivianos durante los siete días de la feria.

El ritual no se cierra con la compra de los objetos en miniatura, ya que estos deben ser llevados ante la Virgen de Urkupiña para ser bendecidos.

La variedad se extiende a los objetos de aseo personal, pasta para dientes y jaboncillos, como también a las comidas. Una gran cantidad de personas degustó los platos en miniatura de picante de pollo, pique macho, charque, chicharrón a un costo de 10 bolivianos. La inauguración de la feria se realizará oficialmente el miércoles. Se espera que la mayor cantidad de visitantes llegue el domingo.

LA FERIA DEL PAN, WHATIA, CH’ALAKU Y PLATOS TíPICOS SE REALIZó AYER EN LA PLAZA PROGRESO DEL MUNICIPIO DE ARAN

Más de 100 años de antigüedad tiene la creación del Mama Qhonq’achi (que en quechua significa para olvidar a la mamá), el típico pan del municipio de Arani. Las creaciones de las panaderas van desde 20 hasta los 50 centímetros de diámetro, en un preparado que, a un poco más del centenario de su creación, mezcla tradición e innovación.

Originalmente, el pan de Arani, según explicó Juana Miranda, vendedora y asociada de una de las panaderías centenarias de Arani, se lo hacía con harina de Pocoata (integral o “mestiza”), manteca de cerdo y preparado en horno de barro a leña y piso de ladrillo.

En la actualidad, por un tema de “salud” se prescindió de la manteca de cerdo, reemplazándola por vegetal. Asimismo, la harina no es cien por cien integral como antes, ya que se la mezcla con harina blanca, precisó Miranda.

Lo mismo sucede con el horneado del pan, ya que debido a las características de los hornos tradicionales, los panes de 30 y 50 centímetros no caben por la “boquilla”, que es pequeña. Para estas variedades los panaderos utilizan hornos industriales a gas.

La panadería Mama Qhonq’achi, que cumplió 100 años el 25 de julio de este año, todavía prepara el pan integral, que mayormente lo compran personas con diabetes, informó Reyna Camacho, propietaria.

Así también, Ortiz manifestó que para la festividad de Arani, sacan al menos 24 variedades de pan, como el de wilkaparu, choclo, cereales, bizcochos, entre otros.

“Por más que nos imiten, no es igual, tenemos un secreto muy especial, que lo llevamos en la sangre y en nuestros corazones, que es el amor a la satisfacción de nuestros clientes”, precisó Ortiz.

De acuerdo con Edgar Delgado, un comprador presente en la feria, el pan gusta por “la consistencia harinosa, que es su cualidad o especialidad. El pan sigue siendo agradable, ya no es como antes, pero aún sigue siendo mejor que el pan regular”.

Tomando en cuenta los cambios que fueron introduciendo los panaderos de Arani para la preparación, estos consideran “difícil y complicado” que el proceso de elaboración se industrialice, porque todavía es hecho a mano, hasta al momento de “t’aqllar” (aplanar) el pan.

“Como el pan es grande y difícil de llevar es complicado pensar en exportar. Si se lo industrializa (el pan) perdería su esencia”, agregó Miranda.

Aún así, ese detalle no evitó que el pan llegue a países como Argentina, Chile y Estados Unidos. “El pan de Arani, que es tan cotizado, va a donde el cochabambino viaja”, dijo Miranda.

Como explicó Ortiz, muchos cochabambinos viajan solo para comprar este “rico y único” pan, salidos directo del horno para “llevárselos bien calientitos”.

Friday, August 15, 2014

Los abuelos enseñarán a hacer voladores

El 20 de agosto, (15:00) en el parque Laikacota, abuelos enseñarán a los nietos a cómo hacer voladores utilizando paja y papel sábana, en la actividad denominada "Thayampi Anatañani”. La idea es transferir conocimientos en estos juegos de antaño.

Wednesday, August 6, 2014

Cultura Kallawaya

La cosmovisión andina de la cultura kallawaya abarca todo un acervo coherente de mitos, ritos, valores y expresiones artísticas.

Sus técnicas medicinales basadas en los sistemas de creencias ancestrales, brindaron a esta cultura, un amplio reconocimiento en Bolivia y en numerosos países de América del Sur, donde aún ejercen los médicos-sacerdotes kallawayas.

Así, la actividad principal de los kallawayas es el ejercicio de una medicina tradicional, a la que están asociados diversos ritos y ceremonias, que son la base de su economía.

Los orígenes del grupo étnico de los kallawayas, afincados en la región montañosa de Bautista Saavedra, norte de La Paz, se remontan a la época preincaica. Al igual que muchos otros aspectos de la cultura andina, sus prácticas y sus valores evolucionaron con la fusión de las religiones indígena y cristiana.

Su arte de curación, está reservado a los hombres y procede de un conocimiento extraordinario de la farmacopea animal, mineral y botánica, así como de todo un corpus de conocimientos rituales indisociables de las creencias religiosas. Los curanderos itinerantes tratan a los pacientes gracias a unos conocimientos médicos y farmacéuticos que se articulan en torno a un sistema complejo de transmisión y de aprendizaje.

Al atravesar ecosistemas muy variados en sus viajes, los curanderos kallawayas perfeccionan sus conocimientos de las plantas medicinales. La farmacopea kallawaya, que consta de unas 980 especies, es una de las más ricas del mundo.

Las mujeres kallawayas participan en ciertos ritos y se consagran a la salud de las mujeres encinta y de los niños. Ellas tejen los paños que se utilizan en los ritos, cuyos motivos y adornos evocan la cosmovisión kallawaya. Durante las ceremonias rituales, grupos de músicos llamados kantus tocan la zampoña y el tambor para entrar en contacto con el mundo de los espíritus.

En los últimos años, el modo de vida tradicional de los kallawayas se ha visto amenazado por la aculturación, lo que puede entrañar su desaparición.



PLAN PARA REVALORIZARLO

En un último recorrido a este patrimonio, autoridades del Ministerio de Culturas y Turismo se trasladaron hasta la localidad de Curva- Bautista Saavedra del departamento de La Paz, a fin de realizar el Lanzamiento oficial del Proyecto “Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de las Comunidades Kallawaya” que fue entregado a las autoridades locales.

El proyecto posibilitará acciones de salvaguardia, enfocadas a la transmisión de los conocimientos y saberes de la comunidad kallawaya. Acciones que están enmarcadas en las directrices de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003 de la Unesco.

Los principales componentes del proyecto son: La transmisión de conocimientos y prácticas Kallawaya entre los practicantes. La sensibilización sobre la importancia de la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial destinado a las comunidades rurales e indígenas, promover la cultura Kallawaya como parte de la identidad multicultural.

FICHA TÉCNICA

Ubicaciónr: Departamento de La Paz

Registro: 0048

Año de inscripción: 2008

Tipo de Patrimonio: Cultural Intangible.

Monday, August 4, 2014

Comienza mes de la Pachamama en ciudades, poblados y comarcas

Desde las primeras horas del primer día de agosto, en las puertas de cientos de negocios y casas en la urbe y en diferentes poblaciones de las provincias del departamento se prendieron ofrendas a la “Pachamama”, en muestra de agradecimiento por lo recibido durante el año. En las tradicionales calles Santa Cruz y Max Paredes de la urbe paceña, se observaron largas filas de pobladores, profesionales, trabajadores y amas de casas para comprar las denominadas “mesas” que servirán de “comida” o tributo a la Madre Tierra. La noche de este viernes, varios establecimientos comerciales realizaron esta importante práctica cultural en las inmediaciones de la plaza Mayor de San Francisco. La humareda alcanzó a los pasajeros de los vehículos del transporte público frente del edificio de Cotel. Algunos negocios colocaron gruesas planchas metálicas para no afectar las aceras o sus propias oficinas.

AGRADECIMIENTO

“Es el mes de la Madre Tierra, de acuerdo con la tradición, está se encuentra esperando las ofrendas que nosotros le daremos en agradecimiento a lo que hemos recibido durante el último año. Esta época del año comienza con la llegada de los vientos y en esta fecha no se pide nada, porque el viento se lo lleva”, manifestó el amauta Mateo Calla.

La primera noche del mes, en puertas de los negocios, consultorios y los domicilios se pudo ver el fuego que consumía las ofrendas, entre sus ardientes carbones se consumían las ofrendas que consisten en dulces en formas de casas, autos, billetes, parejas, cóndores, sapos y mariposas, acompañados por hierbas, pan de oro y plata, “Untu” (cebo) de llama, nueces y lanas de variopintos colores, que representan todo un banquete para la “Pachamama”.

APACHETAS

De la misma forma, con la salida de los primeros rayos de sol en varios lugares denominados sagrados (Apachetas) se realizaron ritos con música y platos de comida de la región para acompañar a la “Pachamama” y mientras ella “comía” las ofrendas, acompañaba el ritual el alcohol, coca y cigarros.

En las provincias, el ambiente no es diferente sino al contrario, se siente con mayor intensidad el incienso, el copal y la “k´oa” en el aire, que acompaña la época de renacimiento de la tierra que se prepara para la nueva siembra.

Sunday, August 3, 2014

El tata de Bombori

Desde la apacheta se divisa un grupo más o menos grande de casas de adobe con tejados plateados de calaminas a juego con el enorme tinglado que cubre la cancha. Y camiones, buses y coches alrededor del pueblo. Lo que no se aprecia por ningún lado es la capilla de la época colonial en la que está el famoso, venerado, pero también temido, Santiago Apóstol, Tata de Bombori.

Fue un jampiri de Cochabamba que se hace llamar Señor de Bombori y al que la gente llama don Santiago (tiene cierto parecido con la imagen del santo —ver Escape del 6 de abril—), el que me habló de la gran fiesta que se celebra en el pueblo de Bombori, en Norte Potosí, cada 25 de julio, día de Santiago. Es la celebración por excelencia de los yatiris, muchos de ellos elegidos por el rayo. La figura del apóstol sincretiza la impuesta creencia católica con la deidad andina Illapa (rayo, trueno y lluvia). A él acuden “los que saben” para recibir su gracia para todo el año.

El 25 de julio, un grupo de estos sabios están tranquilamente en la apacheta atendiendo sus humeantes ofrendas. Abajo, cerca de la capilla, el ambiente es otro.

Son las 09.15 y, para poder llegar a la fiesta, hay que pasar y pagar el peaje improvisado que alguien ha colocado en el acceso a la localidad. “Son diez bolivianos”, dice un hombre tambaleante vestido con poncho y chullu. Tal como le damos el dinero, lo guarda en el bolsillo. Parece que la farra comenzó ayer, primero de los cuatro días que dura la festividad, y que la va a continuar hoy gracias a la financiación de los que siguen llegando al lugar.

Una mujer arrastra casi de la oreja a su tambaleante marido, hermano, o lo que sea. Está a punto de echarle un rapapolvo. Cerca, con la cabeza apoyada en la fachada de una vivienda, otro tipo duerme en una posición que no parece muy cómoda.

El día anterior llegaron la gran mayoría de los peregrinos y muchos se quedarán hasta el final, aunque no hay muchas opciones para dormir: la casa de algún conocido, una payasa alquilada en un cuarto o el propio auto. Y es que llega gente de todas partes: de Potosí, de Oruro, de Cochabamba... Incluso, hay autos con placas argentinas. Y otros, que no tienen matrícula alguna. Muchos de ellos son challados en el bautizo que se celebrará a lo largo del día.

Malena y Marcelo Villarroel han venido desde la Llajta. Sus familiares son fieles devotos del Tata y ellos, en cuanto dejaron de ser niños, comenzaron a venir. Él lleva ocho años seguidos acudiendo a pedir favores al apóstol. Ha traído el cuadro del santo que tiene en casa y lo lleva bien abrigado dentro de un aguayo en el que también hay billetes tamaño Alasita, pues es plata lo que está pidiendo. Porta también una imagen enmarcada más pequeña para otro familiar.

“Para creer es”, dice Malena del Tata. Asegura que antes le pidió ayuda para sacar adelante sus estudios de turismo y también dinero, y que no le ha fallado. Me invita a probar que no es mentira lo que ella y otros peregrinos cuentan. Si no tengo fe, puedo solicitarle algo pequeño, como hace su prima, quien les acompaña. Es su primera vez ante el Tata y va a pedirle algo sencillo. “Si le cumple, tiene que venir el próximo año”, señala Malena.

Otras personas llevan también aguayos en sus brazos, a los que abrazan como si fuesen bebés lo que están llevando. De algunas telas sobresalen camiones de pequeño tamaño que, como los billetes o las imágenes santas, pueden comprarse en varios puestos que hay en la calle de tierra que sube hacia la capilla, o en la propia plaza donde ese encuentra el pequeño templo, el epicentro de la fiesta.

La fachada de la iglesia es blanca por la cal que recubre la piedra y está techada con paja. A su izquierda se levanta, aunque no parece que le quede mucho tiempo de estar de pie, el campanario, que recuerda a los falsos decorados de los viejos westerns. Tiene dos pequeñas campanas de las que cuelgan, como algas botadas por el mar contra un acantilado, serpentinas ennegrecidas. A sus pies hay una mezcla de gente, carneros, algunos vivos, otros, muertos, y botellas. Es totalmente negra, y no porque esté pintada: es el punto de realización de las ofrendas al Tata.

“Me puedo enfadar”, advirtió el apóstol Santiago cuando llegó a estas áridas tierras hace mucho, pero mucho tiempo. “¡Yo soy el remedio! Ustedes deben amarme, atenderme. Si no, me iré a otro lugar”, espetó a los lugareños. Ésta es una de las leyendas sobre el origen del fervor por esta figura bíblica en la zona, recogida por la investigadora francesa Virginie de Véricourt en Rituels et croyances chamaniques dans les Andes boliviennes. Les semences de la foudre. Para obtener el favor del santo, la gente prendió velas y sacrificó carneros, ofrendas que hoy se siguen practicando.

Sangre por favores

Los machos de oveja son degollados por los propios oferentes a los pies del pequeño campanario. Con un plato de plástico recogen la sangre, que luego lanzan contra la torre. Mientras, otros fieles riegan la construcción con cerveza y otras bebidas y, también, con mixtura. Lo que chorrea conforma un maloliente charco que, por debajo de la basura, de los pies de los creyentes y de los cuerpos lanudos de los carneros muertos, va creciendo y extendiéndose por la plaza en la que conviven, mezclados, borrachos durmiendo la mona, yatiris leyendo la coca, vendedores de cerveza y devotos esperando la bendición.

“Es el segundo año que vengo y el segundo cordero que mato. El año que viene, mataré el tercero”, cuenta un cochabambino que tiene a sus pies su borrego muerto, que va ennegreciéndose. Lo ha comprado al otro lado de la plaza, detrás de la feria en la que se venden desde imágenes del santo hasta barreños de plástico y ajos a granel. Allí, atados a un poste, están los animales, que cuestan 300 bolivianos por cabeza. “Luego lo voy a cocinar y, cuando lo coma, recogeré los huesos y subiré al calvario a enterrarlos”, explica, señalando hacia una ladera por la que se extiende el pueblo. Allá, sobre un pequeño saliente entre las casas, hay una cruz grande y sencilla y una ermita de piedra y calamina, a la que los penitentes dan tres vueltas de rodillas sobre el piso de adoquines. Adentro cabe poca gente, que eleva plegarias ante una pared desnuda y negra.

La capilla del Tata

Aunque por fuera mantenga el estilo colonial, adentro las paredes y el suelo han sido recubiertos con hormigón. Sobre los muros se leen los agradecimientos de los que algunos visitantes han querido dejar constancia en la visitada iglesia.

Al atravesar el concurrido umbral se pasa del frío y el olor a koas, sangre y alcohol, a un ambiente oscuro, caliente y pegajoso, en el que se mezclan los lloros y plegarias de la gente con la voz de la pasante de la fiesta, que pide calma a los que se amontonan frente al altar para dejar presentes al santo, y la del hombre que, a pesar de la falta de espacio, se empeña en recoger la basura en una carretilla y luego pide a gritos que le dejen salir. Dos mujeres parecen estar en trance: abrazan los aguayos en los que llevan sus peticiones y farfullan algo mientras por la cara les caen lagrimones que parecen sinceros.

Pero todo esto no perturba la concentración de los rezos individuales, de los que hay dos tipos: los de los sobrios y los de los borrachos. Un hombre prende una vela con una mano mientras con la otra empina la lata de cerveza, cada vez más inclinado sobre la mesa en la que arden decenas de velas que aportan la única iluminación aquí adentro, pues no hay ventanas ni orificios. Otros hombres, sentados en los laterales, también toman.

Cuando alguien termina el rezo, sale de la capilla marcha atrás para no dar la espalda a la imagen de Santiago.

Y es que hay que tener cuidado con el carácter del Tata, pues no se anda con bromas y uno de sus castigos puede ser la muerte. Algunos de los testimonios recopilados por la investigadora francesa aseguran que ha habido pasantes (porque, como toda fiesta altiplánica, tiene pasantes) que han muerto fulminados frente al altar.

Y con él pasa lo mismo que con la Virgen de Copacabana, cuentan: si una pareja que no está casada acude ante él, los separa (a no ser que tengan mucha fe).

Pero a pesar del temor, sus fieles no le fallan al santo: “Médico es”, dicen todos. Aunque casi todos, más que salud, le piden dinero u otros deseos materiales.

Aunque sea la fiesta de los yatiris, a Bombori acude cualquiera que tenga fe y alguna petición. Ofrendas, rezos y mesas ceremoniales conforman la celebración tradicional, explica Serafín Romero, alcalde del municipio de Colquechaca, al que pertenece Bombori. Los hermanos devotos, Malena y Marcelo, lo corroboran, pero reconocen que cada vez hay más borrachera y que empiezan a surgir fraternidades de morenada al estilo de otros pueblos. El sonido de los sikus es el típico, pues con él los vecinos recibieron al santo cuando llegó al pueblo, según la leyenda.

Ahora, gracias a las donaciones de los fieles, que aportan dinero o materiales, se está construyendo un nuevo templo, más alto y grande que la capilla, de ladrillo y calamina, que contrasta con el colonial. El año pasado se hicieron las paredes; éste se ha colocado el tejado. Aún le faltan las puertas y ventanas. “No hay apoyo de las autoridades”, critica Malena.

El olor a sangre impregna la plaza, por la que es difícil pasar sin meter el pie en una fogata o pisar la cabeza de alguno de los que está sentado. Las gotas de sangre salpican al que pasa. A los vecinos, más que a nadie, les interesa cuidar de su Tata: a pesar de la aridez de la zona hay agricultura, ganadería y se extrae plata. Verdaderamente, no pueden dejar que se vaya a otro lado.


Saturday, August 2, 2014

Video Sepa porqué agosto es el mes de la Pachamama, un reporte completo de Anoticiando

Video La apacheta de la Cumbre fue epicentro de agradecimiento a la Pachamama en su mes, agosto

Las apachetas se llenan de ofrendas



Según la tradición andina, agosto es el mes del lakanpaxi (boca abierta, en aymara) porque la Pachamama (Madre Tierra) abre su boca para recibir ofrendas de los creyentes que le piden salud, trabajo, casa y dinero, simbolizados en una mesa (wajt’a).

La Razón visitó la madrugada de ayer las dos apachetas tradicionales de La Paz: el Waraq'o, que está sobre el camino a Oruro; y La Cumbre, ubicada en el ingreso a los Yungas, donde familias enteras y compañeros de trabajo se reunieron para ofrendar mesas.

Según testimonios, estos lugares “sagrados” se llenaron de creyentes desde las 22.00 del jueves para dar el primer alimento a la Madre Tierra a las 00.01 del 1 de agosto, con el sacrificio de una llama blanca (wilancha), que según los amautas del lugar es para que la Pachamama beba y coma la sangre y carne del animal.

Este ritual es acompañado de la mesa, que es armada por los sacerdotes andinos con dulces (alfeñiques) en forma de botellas, y misterios con símbolos de casas, autos o billetes, y complementada con lanas de colores, cebo de llama, nuez, pan de plata y oro, el titi mullu (pelo de gato montés), hierbas aromáticas como la q'oa, incienso y copal, además de un sullu (feto de llama) que corona los elementos de la ofrenda sostenidos por una hoja de papel sábana, para que sea consumida por el fuego.

El amauta Sinforiano Mamani mencionó que en agosto no se debe realizar magia negra o amarres porque la Pachamama es celosa y devuelve la hechicería al interesado. Agregó que este mes es propicio para bendecir a los difuntos, quitarse maldiciones y realizar mesas de salud, además de hacer limpiezas espirituales.


Mineros entregan ofrendas al Tío y la Pachamama

Los trabajadores de la Empresa Minera Huanuni ayer 1 de agosto realizaron el ritual conocido como "wilancha", alcanzando ofrendas al Tío de la mina que es considerado el cuidador de los mineros y a la Pachamama (madre Tierra) para tener bonanza y así mejorar la producción, señaló el secretario de conflictos de la Central Obrera Departamental (COD), Juan Carlos Huarachi.

"Nosotros a las 00:00 horas de ayer realizamos el ritual en mina del Cerro Posokoni, pidiendo prosperidad y protección en el trabajo que realizan los mineros en interior mina", afirmó.

Manifestó que representantes del Sindicato Mixto de Trabajadores de la Empresa Minera Huanuni (Smtmh) y los trabajadores del subsuelo presentaron ayer a la Pachamama las mesas y llamas blancas, para mejorar la producción y pedir el cuidado de cada obrero en su trabajo.

"También tenemos que pedir por nuestras familias porque si bien la Empresa Minera Huanuni tiene 5.000 trabajadores, por la carga social llegamos a los 25.000", dijo.

Explicó que este rito andino consiste en sacrificar un animal, en esta oportunidad una llama blanca y joven, se le corta el cuello y se recoge su sangre en recipientes, luego se comienza a ch’allar la entrada de la bocamina, los rajos de las vetas, además se saca el corazón aún latiendo del animal, que antes que pare de latir debe ser enterrado.

"También con la sangre de este animal son pintados los trabajadores del sub suelo para darles la fuerza de continuar trabajando en la mina, además de salud para ellos y sus familias", aseveró.

Manifestó que agosto es considerado como el "mes del diablo", por lo que cada primer día de ese mes se realiza la "wilancha" que consiste en el pago a los seres sobrenaturales, pidiendo su protección y ventura durante el año.

Asimismo, mencionó que cada cuadrilla, ofrece una mesa al Tío, cuya imagen se encuentra en los diferentes niveles.

"La entrega de la mesa se realizó en el cerro Posokoni, María Francisca, Provenir, además de los ingenios que dan la producción minera a Huanuni", aseveró.

Pachamama recibe “agradecida” las primeras ofrendas de agosto

Desde las 0:00 de ayer, 1 de agosto, la Pachamama (Madre Tierra) se abrió para recibir las ofrendas en la Cumbre, cerros y apachetas. En la ciudad se preparan mesas blancas y de colores para agradecer y pedir por salud, estudio, negocios y trabajo.
"En agosto, la tierra se abre para recibir las ofrendas. Le tenemos que dar de comer a la Pachamama con mesas que representan diferentes pedidos que la gente le hace, especialmente para la salud, estudio, negocios y trabajo. Y ella recibe agradecida si le gusta”, dijo el amauta Eusebio Maldonado Huanca en el rito que ofreció la Alcaldía ayer en la plaza de San Francisco.
En las calles Linares, Illampu y Jiménez, las chifleras ofrecen diferentes tipos de mesas, dependiendo de las preferencias del cliente. Entre las más solicitadas se encuentran las blancas y las de colores. "La mesa blanca es para la salud y la mesa de colores es para el trabajo, dinero y estudio. Ambas mesas se preparan con azúcar, q’oa, hojas de coca y sullu (feto de llama) o grasa de llama”, explicó Flora López, chiflera de la calle Linares.
Sandra Altamirano compró en la calle Linares una mesa blanca para pedir a la Pachamama por la salud de su familia. "La mesa blanca que compré tiene azúcar, bombones, q’oa, wira q’oa. En esta oportunidad quiero pedirle a nuestra Pachamama por mi hijo que está enfermo”, contó.
Luis Miranda prefiere combinar la mesa blanca con la de colores. "Vivo en departamento, la vendedora me preparó una mesa que tiene componentes de la mesa blanca y de colores para la salud, trabajo, armonía y tranquilidad. Quiero pedirle a la Pachamama un manto de protección para mi familia”, señaló.
María Helena Ocaña, de nacionalidad francesa, admira la costumbre de los bolivianos. "Tienen la religión católica y la combinan con las festividades andinas. Nosotros no tenemos tanta variedad ni color en nuestras costumbres, lo de ustedes es algo increíble”, resaltó.
"Cada 1 de agosto nos vamos a la Cumbre junto con mi esposa para realizar la ofrenda a la Pachamama”, cuenta Gonzalo Loza. Mientras ofrecía una wajt’a aseguró que cumple la tradición todos los años.

El precio de las mesas se adecúa a la economía del cliente. "Hay mesas de todo precio, desde los 20 hasta los mil bolivianos. Los clientes cuando les va bien quieren ofrendar más a la Pachamama y piden mesas hasta de mil bolivianos con un sullu de llama”, aseguró Gregoria Quispe de Saravia, chiflera de la calle Jiménez.
Según Marcelo Fernández, delegado municipal para el Fomento de la Interculturalidad del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, el mes de agosto es una forma de establecer la administración del tiempo y el espacio desde un punto de vista andino.

"Se tiene que agradecer a la tierra donde nosotros habitamos y todo lo que compone nuestro mundo. Es una forma de tiempo que nuestros ancestros han establecido. Por ejemplo, la Plaza Mayor de San Francisco fue una wak’a, por eso también ahí se realizan ofrendas”, explicó.

Las wajt’as conservan la tradición en El Alto

Página Siete / El Alto
Con una wajt’a para pedir prosperidad a la Madre Tierra, el municipio de El Alto dio ayer la bienvenida al mes de la Pachamama. La ceremonia se complementó con una feria de valores ancestrales.


"Esta tradición debe permanecer en nuestras costumbres por ser parte de la cosmovisión andina de las naciones originarias. Ellos siempre han basado la producción agrícola en el mes de agosto”, explicó el responsable de la Unidad de Promoción, Saberes y Conocimientos Ancestrales de la comuna alteña, Pablo Apaza, durante la ceremonia.

La actividad se realizó en predios de la Alcaldía Quemada y contó con la presencia de autoridades ediles y del consejo de amautas. Los sabios dirigieron la mesa ceremonial para pedir la bendición de los alteños.
Apaza agregó que gran parte de la población de la urbe alteña recibe este mes con mesas, ofrendas o rituales. "También tenemos lugares sagrados como el Waka Jamp’atu o a la Apacheta Warak’o, donde también se hacen ofrendas”, dijo.
Por otro lado, la Unidad de Protección del Adulto Mayor realizó una feria de valores ancestrales con la participación de asociaciones de adultos mayores, que expusieron artesanías elaboradas por ellos mismos.

Blanca o colorida
Mesas El precio de los sullus (fetos de llamas) oscila entre 30 y 100 bolivianos.
Elementos La mesa dulce debe ser acompañada por azúcar, hojas de coca, vino, canela y cigarros.
Agosto La wajt’a debe ofrendarse entre el primer y el último día de agosto. Durante este mes, según la tradición, la Pachamama "tiene hambre”.

Friday, August 1, 2014

Con wajt’as y mesas, se recibe hoy al mes de la Pachamama

Con wajt’as (ofrendas), las familias paceñas reciben hoy al mes de la Pachamama. Las chifleras ofertan mesas dulces para la prosperidad entre 30 y 200 bolivianos. En la Plaza Mayor, habrá una ceremonia dirigida por yatiris.
La mesa dulce -que incluye elementos para el buen augurio en la salud, la economía y el trabajo- cuesta desde 30 bolivianos hasta los 200. El monto está en función al tamaño del sullu (feto de llama disecado).
A Paola Chávez, chiflera de la calle Illampu, no le alcanzaron las manos para preparar las mesas dulces. La mañana de ayer vendió al menos 30 preparados.
Según Chávez, si bien la tradición manda hacer la ofrenda a la Madre Tierra el primer día de agosto, hay gente que prefiere realizarla en vísperas del nuevo mes. "Más antes, mejor te recibe la Pachamama”, dijo.
Elba Millares, vecina de la Max Paredes, prefiere que la wajt’a sea antes de la noche del 31 de julio. "Nosotros siempre nos anticipamos. Dicen que todos dan de comer a la Pachamama en agosto, pero antes o después está de hambre”, explicó.
Al preparado, ella le pondrá hojas de coca, azúcar, canela y alcohol, "para recibir más bendición y que no pase nada”, dijo. Como cada año, quemará la mesa dulce en la terraza de su casa y el día siguiente la enterrará.
En la calle Linares se ofertan preparados de mesa dulce en 30, 50, 80, 120, 150 y hasta 200 bolivianos. "Mientras más grande la casa, más grande la mesa”.
Según Sandra Chávez, chiflera de la calle Santa Cruz, los clientes coinciden en buscar prosperidad para el trabajo, negocio, salud y amor. Al momento de preparar una mesa dulce para un cliente que llevará el preparado hasta los Yungas, Sandra le recomienda que queme el sullu con vista al norte. "Para que la Pachamama lo reconozca bien”.
Explicó que el copal es para alejar las envidias, el incienso para la bendición y el palo santo para que haya progreso.

"Tengo mucha fe en esto, toda la vida hago la wajt’a; le doy la mesa a la Pachamama, pero además le sirvo un buen vino oporto y también vierto Coca-Cola a mis casas, porque es dulce”, manifestó Victoria Ortega, quien recalca que la ceremonia de la mesa debe ser un viernes de agosto.
Para hoy, a las 11:00, la comuna organiza un ritual andino con la ofrenda de una wajt’a en la Plaza Mayor. "Yatiris dirigirán la ceremonia en la que se ofrenda en retribución por la existencia de la naturaleza y de los seres vivientes del Universo”, dijo el delegado edil paral Fomento de Interculturalidad, Marcelo Fernández.

La mesa dulce
Costo El precio de los sullus (fetos de llamas) oscila entre 30 y 100 bolivianos.
Elementos La mesa dulce debe ser acompañada de azúcar, hojas de coca, vino, canela y cigarros.
Entierro La tradición manda que noche después de la ofrenda, ésta debe ser enterrada en un sitio de la vivienda.
Agosto La wajt’a debe ofrendarse entre el primer y el último día de agosto.