Sunday, November 16, 2014

Alasitas intenta mantener en vigencia las miniaturas

La Feria de Alasitas continúa siendo la mayor vitrina que los artesanos tienen en Cochabamba para exponer sus creaciones; sin embargo, este espacio está cada vez más invadido por productos importados. Entre los artesanos que aún quedan está Bernardina Contreras que hace diminutas hormigas de porcelana y ha creado “Hormigolandia”. También está Constantino Tapia, uno de los vendedores más antiguos de abarrotes y utensilios en miniatura.

Estos y otros artesanos coinciden en afirmar que los juguetes de plástico son las que abundan. Bernardina explicó que ella elabora cada una de sus hormigas con porcelana fría y alambre, los materiales que más utiliza para dar vida a pequeñas hormiguitas, que llegan a medir hasta seis centímetros. Su oferta contiene 150 profesiones representadas por diminutas y coloridas hormigas.

“Hormigolandia” está en la Feria de Alasitas desde hace 18 años y cada edición presenta novedades en profesiones. Sin embargo, la artesana comentó que este año, la feria no fue productiva por el lugar que se eligió para la reubicación. “Hemos empeorado, porque el lugar tiene mucha tierra, llueve y se hace barro. Estamos pésimos en ventas”, dijo.

Constantino Tapia, uno de los artesanos más antiguos que expone sus productos hace más de 40 años, expresó que fue uno de los fundadores de la Feria de Alasitas. Contó que el término “alasa” significa “cómprame” en aimara y que la tradición está relaciona con la leyenda del Ekeko o dios dela abundancia. Lamentó que Cochabamba no cuente con un espacio propio para exponer sus creaciones. La feria se ha establecido en diferentes zonas como la calle Aroma, La Recoleta, la Costanera y ahora la avenida Sajama.

Contó que el envasado de abarrotes es un negocio familiar, en el que participan al menos siete personas. Añadió que los niños son los que más aprecian su esfuerzo y quedan maravillados con los productos de miniatura que ofrece.

A pesar de que alasitas es una feria diseñada para los artesanos de las miniaturas, el comercio de comida y juegos ha aumentado. Después del paseo las familias tienen la posibilidad de ir a las casetas de juego y probar la suerte sin blanca, los niños pueden subirse al tren, la montaño rusa o el carrusel.

La feria que este año cuenta con 700 expositores concluye este domingo con una oferta en textiles, aluminio, abarrotes, cuero, madera y otros. Entre los productos clásicos están las frutas y menaje de cocina.

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