Monday, November 30, 2015

Con tradiciones potosinas cierra Festival de Cultura

En la avenida Pedro Domingo Murillo, de la ciudad Satélite, a la altura del mercado solidario, ayer se cumplió la última actividad del XXI Festival Internacional de Cultura denominado “100 x 100 tradiciones potosinas”.
Como fue anunciado, en el lugar se podía adquirir las sabrosas sopaipillas, tahua tahuas, thayas y helados artesanales con una variedad de actividades de música, pintura, declamación y danza.
Se exhibieron las pinturas de los ganadores del concurso estudiantil de artes plásticas y se entregaron los premios a los mejores de la competencia de teatro, danza y música.
El primer espectáculo de la jornada fue la presentación del coro infantil de la escuela Simón Rodríguez, cantando los temas “Chespirito gracias por siempre”, “Óyelo, escúchalo” y “Que bonita vecindad”. El grupo presentará un concierto el martes 1 de diciembre a las 18:30 en el teatro Modesto Omiste.
También se presentó el grupo de danza de la escuela Enrique Viaña con el baile Incas Hijos del Sol y en canto actuaron los estudiantes del colegio Medinaceli, Don Bosco B y Modesto Omiste A.
Amenizaron la jornada los grupos potosinos de rock Leyenda, Craydon y Ófrico y las agrupaciones folclóricas Pasión Lipeña, Cuarta Clave y Kuwabara.

Saturday, November 28, 2015

Kallawayas transmiten sus conocimientos a los jovenes

Con el objetivo de apoyar a las comunidades kallawayas y la creación de condiciones favorables para la práctica y la transmisión del Patrimonio Cultural Inmaterial, el Ministerio de Culturas y Turismo entregó ayer certificados de reconocimiento a los participantes del Plan de Salvaguardia de la Cosmovisión Andina.

El viceministro de Interculturalidad, Ignacio Soquere, responsable de la entrega del plan, destacó que el proyecto se impulsó con un trabajo arduo y la conclusión de éste en el aspecto de la difusión, promoción, preservación protección de ese conocimiento para las generaciones actuales y futuras fue un éxito.

“Una de las garantías de la continuidad del presente proyecto es justamente demostrando resultados, es por la participación de todos los que pasaron a recibir su certificado de reconocimiento como participante y beneficiario de la transmisión de los conocimientos impartidos por nuestros facilitadores”, agregó el viceministro.

También mencionó que la revolución democrática y cultural se traduce en resultados que son trabajados conjuntamente cuando hay la voluntad entre las instituciones del Estado. Pero también hace un llamado a las autoridades departamentales y municipales para que acompañen este proceso, y desde el Ministerio se hará un compromiso más eficaz y eficiente para la preservación de la cultura boliviana.

El proyecto desarrolló actividades para el fortalecimiento de capacidades en seis módulos de transmisión y de sensibilización de los conocimientos y la memoria de la cosmovisión de la comunidad kallawaya. Además de la adecuación de seis módulos del programa de la Unesco orientado a la capacitación en los temas de confección de inventario del patrimonio cultural inmaterial con la participación comunitaria.

Friday, November 27, 2015

Certifican a jóvenes Kallawayas en culturas ancestrales

El proyecto busca transferir conocimientos de esta cultura.

Se presentó ayer el 'Plan de Salvaguardia de la cultura kallawaya', que destaca la práctica sostenible y transmisión de conocimientos ancestrales de esa cultura.

El evento contó con la presencia del viceministro de Interculturalidad, Ignacio Soqueré, la directora de la oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación Ciencia y Cultura (Unesco) en Quito, Sabia Sánchez, y representantes de la comunidad kallawaya.

Este proyecto nos muestra los resultados sobre la transferencia de conocimientos de la espiritualidad de la nación Kallawaya, la cual se vio reflejada en la práctica y la ejecución de un ritual que realizaron los jóvenes de esa región", indicó Soqueré.

Otro de los resultados, dijo que fue la elaboración del proyecto traducido en el 'Plan de salvaguardia del patrimonio cultural de la nación Kallawaya', que será difundido, promocionado y transmitido para generaciones futuras.



CAPACITACIÓN. Se eligieron 14 facilitadores que fueron “los practicantes” adultos mayores y ancianos con experiencia y a 30 estudiantes entre mujeres y varones, a fin de que puedan replicar los conocimientos adquiridos, al interior de sus comunidades.

La jefa de Unidad de Catalogación Patrimonial, del Ministerio de Culturas y Turismo, Lupita Meneses, informó que los talleres concluyeron el 22 de este mes.



CERTIFICACIÓN. Uno de los resultados del proyecto es la entrega de los certificados a 30 estudiantes, facilitadores kallawayas y a las autoridades locales que participaron de los talleres de capacitación sobre la cultura kallawaya; además de la entrega de los equipos informáticos donados por el gobierno del Japón.

Otro de los resultados es el documental “Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de las comunidades kallawayas”, preparado por el Secrad-UCB.

Por su parte, la representante de la Unesco explicó que el proyecto, que se realizó entre junio y octubre pasado, se desarrolló bajo seis módulos de transmisión y sensibilización de los conocimientos y seis módulos del programa mundial de la Unesco orientado a la capacitación en temas de confección de inventario de patrimonio cultural y material, este proyecto se dio con participación de pobladores de La Paz, El Alto, Charazani y Curva.

"En este tiempo han podido demostrar que son los principales artífices para salvaguardar, proteger, promocionar, transmitir, valorar y revitalizar su patrimonio cultural y material", sostuvo.



SEBASTIÁN QUISPE, DE LA COMUNIDAD KALLAWAYA, AGRADECIÓ POR LA ENSEÑANZA E INSTÓ A TRABAJAR Y SEGUIR CONOCIENDO MÁS ESTA CULTURA, PARA FOMENTAR LA INFORMACIÓN Y EDUCACIÓN DE LAS NUEVAS GENERACIONES.

Thursday, November 26, 2015

Convocan a comité de la Alasita para definir acciones

El Ministerio de Culturas confirmó que la postulación de la Alasita será evaluada en los próximos años, no en 2015.

El ministro de Culturas, Marko Machicao, confirmó que la carpeta de la Alasita para su postulación a la lista representativa del Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), será revisada en 2016 o 2017, por encontrarse en lista de espera, tal cual es el procedimiento regular de esa instancia, desde 2013, al recibir numerosas candidaturas del mundo.

Machicao explicó a La Prensa que hace poco recibieron un comunicado oficial de la Unesco, en el que se indica la actual situación de la postulación boliviana, que no será revisada este año por el Comité Intergubernamental del Patrimonio Inmaterial en su próxima reunión, del 30 de noviembre al 4 de diciembre próximo, en Namibia. Las nuevas inscripciones se darán a conocer desde el 1 de diciembre.



ACCIONES. "Efectivamente, está en lista de espera junto con otra cantidad importante de postulaciones. Es real, hemos recibido nosotros una nota de Unesco hace un par de días, indicando que está en lista de espera para su tratamiento en 2016 y si no fuese ese el caso —porque por una u otra razón, muchas propuestas de declaratorias a veces se dan de baja, ya sea por decisión del proponente o por decisión de la Unesco—, entraría (en tratamiento) el 2017", aseguró.

Así también adelantó que se llamó a una reunión, la semana que viene, al comité impulsor de la Alasita (integrado por representantes del Ministerio de Culturas, la Alcaldía, los artesanos y otros expertos) para tratar la respuesta de la nota de la Unesco y "ver cómo respondíamos de manera conjunta y ver las líneas de acción a futuro, pensando en que la propuesta de Bolivia se va a mantener, pero también que hay que hacer un seguimiento cercano para saber cuándo se va a tratar. Si en 2016, como estimábamos todos, o si tendremos que esperar, pero por un tema ajeno a nosotros, por la cantidad de postulaciones".

Aclaró que en los documentos de la Unesco sobre las postulaciones hay una acápite —que fue aprobado en 2013— que define cómo se evalúan las candidaturas, en tres niveles de priorización:

La primera tiene que ver con el tipo de postulación, donde las primeras a tratar son las que tienen que ver con más de un país. En este caso, las conjuntas. La segunda corresponde a las postulaciones de países que tienen menor cantidad de patrimonios inscritos. En tercer lugar se toma en cuenta a las carpetas de postulación por el orden de llegada.

"Como esto es de 2013, desde ese año se viene arrastrando carpetas que han sido presentadas ese año, 2014 y 2015, y esas se van priorizando de acuerdo a los criterios ya mencionados".



GRAN PODER, AÚN EN FASE INICIAL. Respecto a la postulación del Gran Poder a la misma instancia internacional, que fue anunciada durante la festividad de este año, la autoridad comunicó que hasta la fecha, el comité impulsor de la fiesta paceña y encargado de elaborar el expediente, aún no se reunió. "Es un trabajo que hay que hacerlo. Queríamos iniciarlo este año, creo que así lo haremos, para ya empezar con la elaboración de la carpeta", dijo respecto a que, de momento, sólo se tiene un avance de inicio de gestiones. Igualmente, una vez que se mande los documentos a la Unesco, "seguramente entrará en la lista y en la cola de todas las propuestas que tiene recibidas".

Tuesday, November 17, 2015

Las imágenes de las wak’as, los dioses andinos materializados

El hombre andino actual es el resultado de los encuentros, a veces más traumáticos y a veces más tranquilos, entre diferentes culturas. Su creatividad y adaptabilidad le ha permitido durante siglos no solamente sobrevivir a momentos de crisis que amenazaron con extinguirle sino, en la mayoría de los casos, sacar provecho de ellos, interpretarlos a su manera y enriquecerse, logrando que su cultura ancestral salga cambiada pero también reforzada. Una buena muestra de esta habilidad es la exposición Retablos y piedras santos: la materialidad de las wak’as, que el miércoles se inaugurará en el Museo de Etnografía y Folklore (Musef). En ella se podrán contemplar 60 objetos religiosos portátiles —retablos, cruces, piedras santos, illas y misterios de la colección del museo— pertenecientes al arte popular de principios del siglo XX y que emparentan directamente con el pasado colonial y una forma de ver el mundo filtrado por esa prodigiosa capacidad de adaptación. El Musef comenzó la colección en los años 70 del siglo pasado. Desde entonces, sus técnicos intentan aumentar sus piezas cada vez que hacen un viaje a las zonas rurales del país, pero no resulta fácil porque “la gente las conserva con mucha devoción y no quiere desprenderse de ellas”, dice Varinia Oros, curadora de la exposición. Una religiosidad y una forma de interpretarla bien enraizadas que se mantienen hoy prácticamente igual que cuando surgieron al principio de la Colonia. ÍCONOS. Cuando los españoles llegaron a los Andes quisieron imponer su religión y sus santos. Y no lo consiguieron o lo lograron solo en apariencia, porque lo que los indígenas hicieron fue apropiarse de las imágenes pero no tanto de su significado. Las reinterpretaron de acuerdo con su realidad, las tradujeron y tomaron su forma exterior para utilizarla: los retablos y las imágenes representaban para ellos no a los santos cristianos —o no solo a ellos—, sino a las deidades ancestrales indígenas que hasta entonces no tenían una forma concreta y la encontraron en la iconografía cristiana. La exposición cuenta con varios retablos y piedras santos para adorar a Santiago, al que muchas comunidades indígenas bolivianas tienen una fuerte devoción, especialmente en Santiago de Bombori, Potosí, y en Huaqui, La Paz. En todas las escenas el santo, a caballo y blandiendo su espada, aparece acompañado de una bala de cañón o un perdigón de escopeta que representa a Illapa, una de las antiguas wak’as: el dios del rayo para las religiones andinas. Se presentan juntos porque para el artista y para el devoto que luego utilizará el retablo son lo mismo. Ambos significan acontecimientos violentos: Santiago matando moros y el rayo amenazando o fulminando al hombre. La violencia de Santiago es, además, útil porque protege a los llameros de las amenazas que le acechan en el campo. Por eso en los retablos se incluyen pequeñas llamas que completan la escena. CAJAS. La mayoría de las obras son pequeñas porque tienen que ser portátiles. El devoto o el yatiri o quien sea su dueño la utiliza para que le conceda bienes, a él y a su casa pero también a sus pertenencias, sobre todo la cosecha o el ganado. Por eso los campesinos llevan el retablo, la piedra santo o el crucifijo a su chacra y, para protegerlos durante el viaje, los instalan en una caja decorada. De esta forma ponen a la wak’a o deidad directamente en contacto con su vida, ya que según su creencia precolombina —y en contra a la tradición cristiana— el objeto no es una representación del dios sino el dios mismo. El indígena no utiliza la imagen para ponerse en contacto con un espíritu sagrado que está más allá, en el cielo, porque la misma obra es la wak’a que existe aquí y ahora. También los españoles tenían la costumbre de mover sus santos y sacarlos de sus casas, las iglesias, primero para evangelizar y luego para recorrer las calles de las ciudades coloniales con unas procesiones fastuosas en las que el estilo barroco alcanzaba su máxima expresión, recargado de colores, curvas y exageraciones visuales. El indígena se sentía identificado con las procesiones, que encajaban muy bien con su tradición porque hacían a la deidad móvil y porque tenían mucho que ver con sus gustos estéticos. FOLKLORE. Tanto, que cuando en el siglo XVII los españoles abandonaron ese estilo por el sobrio neoclasicismo, los indígenas no lo hicieron. Siguieron cultivando el barroco, como se ve en las obras de la exposición del Musef, y como se puede comprobar hoy en las calles. “Las actuales entradas folklóricas son claras herederas de aquellas procesiones”, afirma Oros. “Hasta ahora estamos viviendo un barroquismo exacerbado que se observa, por ejemplo, en el Carnaval de Oruro, con todos esos trajes cada vez más cargados, más brillantes, más exagerados. Nosotros no hemos dejado el barroco para nada”. Ese es el gusto artístico, el que se encuentra en las piezas de Retablos y piedras santos: la materialidad de las wak’as. Vírgenes muy vestidas, cargadas de adornos dorados y que lloran o sangran; cajas adornadas con motivos florales y que contienen hasta siete u ocho santos que —según lo que representan tradicionalmente en el cristianismo— nunca deberían estar juntos, y crucifijos policromados de los que salen abundantes rayos dorados y amenazantes y en el que Cristo sufre, se desangra y mira directamente al espectador. Un estilo que desde hace casi cinco siglos responde cabalmente a una manera de ver el mundo y el más allá, la indígena, capaz de reinventarlo todo y adaptarlo, dándole un significado pleno y apegado a la realidad para hacerlo útil. Y por eso mismo capaz de hacer visibles las wak’as, las eternas deidades andinas, materializándolas en el cuerpo, las vestimentas, el significado, los poderes y las amenazas de los santos cristianos.



Monday, November 9, 2015

MUESTRA DE MESAS DE TODOS SANTOS

El culto a los difuntos unió al Perú, México y Bolivia en el Museo Tambo Quirquincho, donde se armaron ostentosos altares con una serie de elementos para dar la bienvenida a las almas.

Fue una ocasiòn ideal para mostrar las tradiciones que comparten las tres naciones, a través de un conversatorio sobre la fiestas de Todos Santos en Latinoamérica, con la participación del embajador de México, Héctor Valezzi, el encargado de Negocios en ejercicio de la Embajada del Perú, Gonzalo Rivera, y Marc Dumchen, secretario Municipal de Culturas en ejercicio de La Paz.


Las ñatitas y la Santa Muerte, juntas

Tras una bendición en una de las puertas laterales del templo del Cementerio General de La Paz, las ñatitas (cráneos humanos) y la Santa Muerte de México se unieron ayer para celebrar su día.
"Hemos traído por primera vez a la Santa Muerte, una imagen a la que también hoy (ayer) se rinde culto en México, para que comparta con nuestras ñatitas la celebración de su día”, relató ayer Josue Gonzales, uno de los creyentes de la veneración a las calaquitas.
En un espacio de uno de los jardines de la parte trasera del cementerio estaba la imagen de la también conocida como "flaquita”, un esqueleto de unos 50 centímetros, vestido con una túnica amarilla, "es el traje de la virgen”, dicen. En un brazo sostenía una bola que simboliza al mundo y en la otra un hacha.
A sus pies, 20 ñatitas estaban expuestas para que los creyentes les ofrezcan cigarrillo, coca, dulces, flores, guirnaldas y velas. La mayoría tenía una gran cantidad de coca y flores a su alrededor.
En medio de diferentes tipos de música que tocaban las bandas y los kantus, Josue contó que él, hace más de una década, tenía cuatro ñatitas, heredadas de sus bisabuelos, pero a medida que pasaron los años la gente le regaló otras. "Ellas son como mis hermanas”, afirmó, al comentar que las ñatitas "cuidan la casa” y ayudan a la gente a encontrar a deudores, ladrones e incluso al estudio de los universitarios.

¿Ella también colabora? pregunta un creyente, que un poco tímido enciende un par de velas en el suelo. En tanto, un par de jóvenes se acercan a colocar un poco de mixtura de flores blancas, rezan y se alejan.
A unos pasos, doña Susana Tórrez, también tiene a su "flaquita”, que viste un traje negro. Ella está al centro de sus "wawitas (ñatitas): Fernando, José María e Isidro”, quienes ayudan a la familia. "Les pedí que sanen a mi esposo que tuvo embolia. Lo curaron, ahora está sanito” relató.
Contó que la Santa Muerte la acompaña dos años, pero ayer la llevó por primera vez al cementerio para que celebre junto a las ñatitas su día. "Ella también es milagrosa si le piden con fe”, agregó.
Ambas "flaquitas” recibieron ayer agua bendita en la bendición comunitaria que realizó uno de los diáconos de la iglesia del campo santo, José.
Además, junto a las miles de ñatitas que fueron llevadas por sus creyentes a la iglesia del cementerio escucharon la lectura del Evangelio, de voz del sacerdote. "Estas calaveras deben estar enterradas en el campo santo. No deben venerarlas”, afirmó el padre al concluir la ceremonia.
Por su parte, el diácono contó que desde 2006 está prohibido celebrar misa, pero este año se leyó el Evangelio.

En Cementerio General Devoción en Día de las Ñatitas

Cientos de personas acudieron hasta el Cementerio General, la jornada de ayer, portando cráneos humanos o “ñatitas”, para ofrecerles música, rezos, flores, bebidas y una liturgia al interior de la Iglesia Católica.

Desde tempranas horas de ayer, la gente empezó a concentrarse, en las afueras del camposanto, en la zona de Callampaya. Cráneos de diferentes colores, ataviados de distintas formas, en urnas variadas fueron llevados hasta aquel lugar.

Apenas las puertas del Cementerio General se abrieron, la gente ingresó y se situó para acomodar a las ñatitas, cada cráneo, en algunos casos rellenados con algodón en la parte de los ojos y nariz, tenía un nombre, que según los mismos devotos, les fue revelado mediante sueños.

Al promediar las 9.00, se desarrolló una liturgia, en la oportunidad quien dirigió la ceremonia afirmó que el 8 de noviembre no se celebra la muerte, sino la vida que es dada por Jesucristo, con esas palabras la gente procedió a salir del templo católico y en la puerta un hombre de civil, que no era el sacerdote, procedió a echar agua como simulando bendecir a las calaveritas.

Rosario Sacaca Quispe, maestra de sahumerios en la zona de Ballivián de la urbe alteña, también portaba en sus manos una ñatita, a quien desde hace 15 años le da cuidados a diario.

“Siempre les pasaba fiesta, pero esta vez no pude porque cayó domingo el Día de las Ñatitas, pero al año les voy a hacer en un local con música, kullaguada (…). Las ñatitas nos protegen de todo, ayuda en los negocios, estudios. El lunes (por hoy) es día de las almitas, por eso les prendo velitas”, relató a EL DIARIO.

Al igual que Rosario, mucha gente se apretaba en abandonar el templo, mientras salía gente que no llevaba ñatitas, se acercaban a quienes sí las portaban en sus manos. Les preguntaban el nombre de la calaverita, les echaban flores y les ponían una corona de flores blancas, “se le pone como aureola de los ángeles”, complementó Sacaca.

Maribel comentó que las ñatitas pasan de generación en generación, en el caso de ella la consiguió, porque su hermana le entregó, para que le cuidara y le pusiera velas.

En el Cementerio General también se observó, tanto en el atrio del templo católico, como en la puerta posterior, que da hacia el teleférico (lugar donde desenterraron un grupo de ñatitas) tocaron conjuntos musicales, con melodías que parecían ser dirigidas a un ser con vida.

Según un documento de la Alcaldía en noviembre se celebra la “Fiesta de todos Santos y las Ñatitas”. El Día de las Ñatitas es una práctica simbólica, que está relacionada con Todos Santos. En el mundo andino y en un contexto de creencias, sobre la presencia del ajayu, se inscribe la devoción a los restos humanos de personas fallecidas.

Los muertos que moran en el mundo de los vivos

Centenares de ñatitas fueron veneradas en los cementerios de La Paz y El Alto, ayer.

Las ñatitas, figuras de una tradición que despierta sorpresa y pavor en la sociedad paceña, son los muertos que habitan en el mundo de los vivos, y que ayer fueron recordadas con música y rezos en los principales cementerios de La Paz y El Alto.

Desde las cero horas del domingo 8 de noviembre, las calaveras humanas, las ñatitas, fueron veneradas por sus propietarios con alcohol, cigarro y coca, antes de ser trasladadas a los camposantos paceños para la bendición respectiva.

Los antropologos señalan que se llama "ñata o ñato" a aquella persona que no tiene nariz, y como las calaveras presentan esa figura achatada frontalmente, es que fueron denominadas así, ñatitas.

En este día especial, donde la gente deja sus actividades rutinarias para venerarlas y preparar frondosas fiestas, las calaveritas son retiradas de sus improvisadas tumbas, donde los 364 días del año están escondidas y solo sus fieles las visitan para solicitarles favores.



MULTITUDINARIA. La cantidad de gente que se arremolina alrededor de las ñatitas, muestra la cuantía de personas que son partícipes de la ceremonia. Un ritual clandestino al que asisten civiles y uniformados desde hace cuatro décadas, 1960.

Juanito y Javier, uno juez y otro policía, son dos ñatitas que se han ganado el respeto de cientos de sus veneradores.

Durante el año han ayudado a mejorar las relaciones familiares y a otros en florecer su negocio. Pero, el juez es quien ha ayudado a establecer el equilibrio entre el bien y mal, afirma uno de los miembros del presterío, fiesta, a la que cada año asiste junto a la propietaria de las calacas que en un principio atemorizan, pero después inculcan creencia.



FIESTA. Las ñatitas que salen a luz cada 8 de noviembre, se dan cita –primero– en el Cementerio General y –después– en ceremonia de procesión, acompañadas por bandas de música y grupos folclóricos, se trasladan hasta los locales donde se hace una fiesta en su honor. Es el presterío, una fiesta comunitaria, donde hay música, bebida y comida.

Dos ñatitas, de quienes no se olvidan los lunes, son Florita, la estudiante, y Andrea, que viven en la sala de un domicilio particular en El Alto, ambas se han puesto sus mejores galas, coronas y flores, y son veneradas libremente, a diferencia de sus hermanas. Sus “cuidadores” dicen que ellas no necesitan fiesta, sino ser recordadas con mucho cariño y respeto todos los lunes del año. En tanto, una de las pasantes, Lucia Alcón, señala que ellas -las ñatitas- le han dado fuerzas y ayudado en su negocio, para revertir todas las adversidades que hicieron en su contra.



INVESTIGADORES. Asimismo, hay dos ñatitas, a los que cada año mediatizan, Juanito y Juanita, que posee la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (FELCC) de El Alto. Desde 1985 ambas calaveras, según la Policía, han resuelto varios casos.

Los inculpados o testigos, brindan sus declaraciones delante de las imágenes de las dos calaveritas a las que también dan hoja de coca y cigarrillos.

Sunday, November 8, 2015

Video Varias familias llevaron a sus ñatitas al Cementerio General por su día

Despiertan a 38 ñatitas, cada año, para sumarlas a su festejo

Durante 363 días del año, 38 ñatitas (cráneos humanos) duermen en una fosa común en un rincón del Cementerio General de La Paz, pero dos días antes de su celebración, las despiertan, limpian y arreglan para que hoy en su día reciban la variedad de ofrendas que les llevan los creyentes.
"Los 363 días del año las tenemos enterradas en ese espacio -un rincón de la parte trasera del Cementerio General- que ya es conocido por la población, pero al haberse establecido el 8 de noviembre como un día de ritual para las ñatitas (dos días antes de esa celebración) las exhumamos para que la gente pueda venir y ofrecer sus ritos y agradecimientos”, apuntó el administrador del campo santo, Juan Carlos Parra.
Relató que los obreros son los encargados de exhumarlas de las tres fosas comunes para limpiarlas y colocarlas "en buen estado” y reciban visitas.
"Son 38 ñatitas que fueron sacadas en tres bolsas diferentes. Ahora las tenemos aquí (en una mesa del horno de cremación) custodiadas. Mañana serán limpiadas, arregladas y llevadas nuevamente a ese lugar para que reciban sus ofrendas”, indicó el responsable de Operaciones del Cementerio, Mauricio Garrón.
El espacio donde suelen dormir, ayer estaba hueco pero no se disimulaba la permanencia de las ñatitas en ese lugar, porque en la pared está inscrito el nombre de algunos, como Tío Jorge, Juanito, Rafito, entre otros.
Además, el humo negro de las velas delata la presencia de algunos creyentes que acuden ahí, para "pedirles algunos favores”.
Antes de ser exhumadas -relató Garrón-, los obreros "q ue les tienen bastante fe” les elevaron una oración.
"Ellas nos cuidan aquí. Nosotros les tenemos mucha fe y por eso las respetamos”, comentó don Julian Chauque, quien trabaja en el campo santo hace más de 20 años.
Garrón comentó que pese a que son 38 ñatitas, cada una tiene nombre y es reconocida por los obreros que las exhuman cada año. "Las más conocidas son la Nicol y la Carla”, apuntó.
Ayer todas estaban expuestas en la mesa del horno de cremación, para que hoy desde tempranas horas, los obreros las limpien con un trapo especial y un poco de agua, estén presentables y reciban la visita de los creyentes q ue les llevan guirnaldas, cigarros y coca a cada una.
"Algunas necesitan reparación porque ya están desgastadas, pero de eso se ocuparán más tarde los obreros”, añadió Garrón.
Hoy, esas ñatitas junto a otras que llegarán al campo santo serán veneradas por los creyentes que comparten esa tradición.

Según el administrador del Cementerio General de La Paz se espera que hoy lleguen cerca de 20.000 visitas.
Con ese motivo se alista un trabajo riguroso de custodia del campo santo.
"Estamos coordinando con la Policía, la Intendencia, la Guardia Municipal y funcionarios del campo santo para controlar el consumo de bebidas alcohólicas”, sostuvo.
Con ese objetivo se determinó el despliegue de 250 personas que harán el control respectivo en las instalaciones.

Prohíben el uso de velas negras
El uso de las velas negras para realizar culto a las ñatitas está prohibido dentro del Cementerio, informó el administrador del campo santo, Juan Carlos Parra.
"Todas aquellas personas que sean sorprendidas usando velas negras, serán invitadas a abandonar el Cementerio”, advirtió Parra.
Aseguró que el uso de las velas negras con figuras es para hacer maldad a la población. "Un campo santo se respeta, al igual que a todas las almas que descansan en este lugar”, aclaró.
Por eso, sostuvo que los más de 250 funcionarios ediles y policiales controlarán también esos excesos.
La advertencia también está inscrita en varios letreros que están en todo el recorrido del Cementerio.
Eso sí, aseguró que la gente puede brindar a sus ñatitas ofrendas comunes, como coca, cigarros y hasta los cirios blancos.
"Muchos vienen a participar de la veneración incluso ofreciendo comida”, añadió.

Hoy se celebra el Día de las Ñatitas

La gente pide favores y ofrece flores, velas, cigarros y coca e incluso prestes a lo grande.

En este día, 8 de noviembre, las "Ñatitas" (cráneos humanos) son las invitadas de honor. Con flores, música y oraciones, centenares de devotos celebrarán en los cementerios de La Paz y El Alto.

Este rito data de la época precolombina y está relacionado con la festividad de Todos los Santos, sobre la creencia de la presencia del ajayu o alma después de la muerte. Según las tradiciones andinas se les tiene que dar coca, vino, comida, cigarro, coronas de flores y prender velas, para que auguren el bien a la familia creyente y también para que alejen la mala energía.

Es un agradecimiento a los difuntos por los favores y cuidados que reciben de éstos.

"Consiste en venerar un grupo o grupos de calaveras que no están sepultadas en los cementerios", señalan amautas andinos.



SEGURIDAD. Para el desarrollo normal de esta celebración el Municipio de La Paz ha dispuesto de 280 guardias municipales controlarán el cementerio durante las Ñatitas

Asimismo, se informó que el camposanto estará abierto desde las 08.00 hasta las 18.00. La administración del recinto dispuso el trabajo en horario continuo de 60 funcionarios.

“Con el objetivo de que la festividad se desarrolle con total normalidad, dispondremos a 280 efectivos que brindarán seguridad a los visitantes, como también darán apoyo a los funcionarios del camposanto”, dijo el director Especial de Seguridad Ciudadana, coronel José Luis Ramallo.

Agregó que la Unidad de Regulación de Actividades Económicas enviará 32 funcionarios para que apoyen en el cementerio.

Hoy, también habrá 60 funcionarios del camposanto que trabajarán en horario continuo, informó el administrador del Cementerio General de La Paz, Juan Carlos Parra.

“Se prohibirá introducir cualquier tipo de bebidas alcohólicas al camposanto municipal e ingresar a los espacios verdes del lugar. La alcaldía paceña tiene previsto recibir a más de 15.000 ciudadanos”, dijo Parra.



FESTEJOS EN GRANDE. Este día los portadores de las calaveras preparan un festejo que incluye baile, bodas, bautizos, comida y bebida. Las almas disfrutan, según la tradición, compartiendo junto a los vivos.

"El festejo es impresionante. Es como un preste. Se arman banderas, estandartes y hay mucha comida, con banda y música. La convivencia, compartir, el ayni... eso es lo que importa”, asegura Edgar Arandia, antropólogo, artista plástico y director de Museo Nacional de Arte, que ha aprendido mucho en los años que sigue esta tradición.

Tres eventos importantes pueden suceder en estos festejos: matrimonio, bautizo y entierro de las calacas.



LA ALCALDÍA DE LA PAZ DISPUSO QUE EL CEMENTERIO DE LA PAZ ESTE ABIERO DESDE LAS 08.00 HASTA LAS 18.00. NO SE PERMITIRÁ EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS Y 280 GUARDIAS VELARÁN POR LA SEGURIDAD.

Saturday, November 7, 2015

Día de la Tradición en Minero y en Porongo

Para los que gustan de las actividades festivas en las provincias, este fin de semana podrán disfrutar de jornadas destinadas a revivir las tradiciones cruceñas en Porongo (Andrés Ibáñez) y en Minero (Santistevan). Los organizadores anunciaron actividades desde las 9:00 del domingo, entre las que destacan los juegos populares, degustación de comidas típicas, danzas y competencias deportivas
Por otra parte, en Buenavista (Ichilo) este sábado y domingo tendrá lugar el Festival del Café que reunirá a productores de todos los municipios de la región norteña. También se elegirá y coronará a la reina del café.

Asimismo, también para este sábado y domingo están programados los últimos actos festivos por el 224.º aniversario de fundación de San Carlos (Ichilo), que se recordó el 4 de este mes

Esperan a 15.000 creyentes para la fiesta de las ‘ñatitas’



La fiesta de las “ñatitas” se celebrará mañana en las regiones andinas del país, como cada 8 de noviembre. La administración del Cementerio General de La Paz estima la presencia de 15.000 creyentes en la necrópolis para la bendición comunitaria.

“Se prohibirá introducir cualquier tipo de bebidas alcohólicas al cementerio e ingresar a los espacios verdes del lugar. Tenemos previsto recibir a unos 15.000 creyentes en el camposanto”, indicó ayer el administrador del Cementerio General, Juan Carlos Parra.

Para esta festividad, la necrópolis abrirá mañana seis puertas, de 08.00 a 18.00. Los creyentes acostumbran asistir a la iglesia del cementerio para que sus “ñatitas” reciban la bendición del sacerdote, tras “escuchar” la misa.

Luego suelen trasladarse al sector que colinda con la calle Picada Chaco (Yacimientos), donde prenden velas y cigarros. Otros preparan música y comida para quienes acompañen en el ritual.

El antropólogo Milton Eyzaguirre explicó que en el mundo andino se acostumbra a celebrar las “octavas” de la fiesta de Todos Santos (2 de noviembre). “Se trata de un ritual a los ancestros para pedirles favores. En la época prehispánica se desenterraba a los muertos para comer y beber con ellos, pero ahora solo se maneja el cráneo. En el área rural, las ‘ñatitas’ son las reguladoras de las lluvias”.

La Iglesia Católica emitió un documento en 2008, en el que se prohíbe la celebración de misas para las “ñatitas”; sin embargo, las parroquias acceden a las ceremonias y bendiciones a insistencia de la población creyente. Eyzaguirre consideró que la Iglesia Católica “siempre fue permisiva con esta creencia”. “Antes se cobraba Bs 25 por bendecir a cada ‘ñatita’, tampoco lo hacían gratis”.

Elizabeth, maestra consejera, aseguró que cuando existe fe, la “ñatita” ayuda en todo lo que se le pide. “Conozco a parejas que no podían tener hijos, pero después de pedir a las ‘ñatitas’ se estrenaron como papás. Ellas siempre cumplen”.

Por otro lado, la Secretaría Municipal de Seguridad Ciudadana destinará guardias al camposanto. “Con el objetivo de que la festividad se desarrolle con total normalidad, desplazaremos a 280 efectivos que brindarán seguridad a los visitantes y apoyo a los funcionarios del cementerio”, dijo el director, coronel José Luis Ramallo.


De simples cráneos a ñatitas de culto

En noviembre de 2012 restos óseos humanos fueron hallados en cercanías de la Terminal de Buses de La Paz. Fueron abandonados, presuntamente, por un estudiante de medicina arrepentido que había tomado el cuerpo de un cementerio clandestino. Ese cráneo es hoy una ñatita.
"Los jóvenes piensan que es llevarse los cráneos como si nada, pero no saben cómo murió la persona y que su alma se queda en sus restos”, comenta Hortensia Valda. Tras la puerta de su negocio tiene una urna desde donde un par de gafas negras refleja el humo del cigarro que se desvanece entre los dientes de su sonrisa plana y desgastada. En el sombrero de esa ñatita hay un cintillo con el nombre "Teo”.
"Mi hijo la consiguió de segunda mano cuando estudiaba medicina, pero no sabemos de dónde lo sacaron los anteriores dueños. Entre los mismos estudiantes dicen que sacan las calaveras de los cementerios clandestinos. No saben que son almas milagrosas que te cuidan, te hacen favores y que tienen poder”, dice.
Relata que al poco de adquirir la ñatita, su hijo comenzó a tener pesadillas y en la casa -donde sólo viven los dos- se escuchaban ruidos extraños. "Una amiga me dijo que era por la ñatita y que debía hacerle dar una misa y prenderle velas los lunes para que nos proteja”. Y eso hizo.
De la misma forma Lobo llegó a manos de la familia de Marcela Barrios hace ya casi 20 años. "Mi hermana estudiaba medicina y vio un anuncio en el periódico que ofrecía no sólo la ñatita, sino todo el esqueleto”, cuenta Marcela, como quien habla de un miembro de la familia.
A diferencia de Teo, Lobo fue entregado con nombre y apodo. "La anterior dueña nos confió su nombre verdadero y el apodo que tenía. Nos dijo que teníamos que hacerle fumar, ponerle velas y celebrar su día en Todos Santos”, relata.
Su labor de cuidador es infalible y su buen humor, inigualable. "A veces las cosas se pierden y cuando no las encontramos vamos donde él y le decimos: ‘Ya, Lobo, no te pases; devolvé tal cosa, y aparece”, dice entre risas.
En una ocasión su madre despertó con el sonido de pasos en la parte alta de la casa que se hacían más fuertes. Cuando se levantó no encontró a nadie, pero vio que la puerta estaba abierta. "Él (Lobo) la despertó para decirle que algo estaba mal”.
En la lista familiar de los difuntos para la misa de salud del 2 de noviembre, el nombre real de Lobito siempre está presente. "Ha pasado del laboratorio de medicina a ser guardián de la casa y parte de la familia”.
Para el sociólogo David Mendoza, las ñatitas son símbolo de vida porque desmitifican el dolor de la muerte. "En la fiesta de las ñatitas -el 8 de noviembre- la gente viva es la que se alegra, festeja y establece vínculos familiares y cofradías en alegoría a la muerte, por medio de un objeto al que se le da vida”, explica.

En sus investigaciones encontró relatos que aseguran la compañía física de las ñatitas en situaciones de peligro. "Acompañan, cuidan e incluso hablan. Será en sueños o en una dimensión diferente es algo que aún no tiene explicación”, expresa. Mañana las ñatitas estarán de fiesta.

El Cementerio recibirá las ñatitas

Con motivo de la celebración del Día de las Ñatitas, este domingo 8 de noviembre, se reforzarán los operativos de control al interior del Cementerio General y se prohibirá el ingreso de bebidas alcohólicas. Se prevé que cientos de personas participen en el festejo de las osamentas.
"Para la celebración del Día de las Ñatitas se tomará acciones con el fin de precautelar la seguridad de los visitantes. Este domingo se prevé recibir la visita de más de 15.000 personas”, informó el administrador del Cementerio General de La Paz, Juan Carlos Parra.
Recalcó que los visitantes no podrán ingresar a las áreas verdes del lugar y sólo podrán hacer uso de los pasillos. Seis puertas serán habilitadas desde las 8:00 hasta las 18:00 de mañana.
El secretario edil de Seguridad Ciudadana, José Luis Ramallo, indicó que para el resguardo de las personas en el camposanto se desplegarán 280 efectivos de la guardia municipal.

Ñatitas: devoción a los muertos Cementerio General espera visita de 15.000 personas

La socióloga y asistente técnico en investigación de la Secretaría Municipal de Culturas, Vida Tedesqui, informó que el 8 de noviembre, mucha gente se constituirá hasta el Cementerio General, para cumplir con la tradición de rendir culto a las ñatitas.

Según el administrador del camposanto, Juan Carlos Parra, el Cementerio General espera la visita de al menos 15.000 personas. Las medidas de seguridad serán reforzadas y se prohíbe el ingreso de bebidas alcohólicas.

VISITA

La Administración del Cementerio General de La Paz asumirá este domingo, por la festividad de las Ñatitas, medidas similares a las de Todos Santos. Reforzará el control y prohibirá el ingreso de bebidas alcohólicas al camposanto, entre otras acciones.

“Para la celebración del Día de las Ñatitas se tomará acciones similares a Todos Santos con el fin de precautelar la seguridad de los visitantes. Este domingo se prevé recibir la visita de más de 15.000 personas”, informó Parra.

Recalcó que los visitantes no podrán ingresar a las áreas verdes de lugar. “Recomendamos a los visitantes que cuiden las áreas verdes. Si desean sentarse van a poder hacerlo en los pasillos del camposanto”, agregó Parra. Se espera que asistan unas 15 mil personas.

Está prohibido también el consumo de bebidas alcohólicas dentro del recinto y el ingreso de personas en estado de ebriedad.

PUERTAS

Para esta festividad, el Cementerio General abrirá seis puertas del camposanto durante el domingo 8 de noviembre, desde las 8.00 hasta las 18.00.

Las puertas 1, 2, 3, 4, 5 y 9 estarán abiertas a los visitantes.

CULTO

La socióloga Tedesqui sostuvo que la tradición de culto a las ñatitas se la realiza cada octavo día del mes de noviembre, práctica que en el siglo pasado era considerado como malo, puesto que en la antigüedad quienes rendían devoción eran gente prostituta y otros sectores de la sociedad; sin embargo, en la actualidad, y de acuerdo a la concepción andina, esto cambió.

En la concepción andina, se trata de reciprocidad por parte de los vivos y muertos. Los vivos piden a los muertos fertilidad en los campos.

De ese modo, los devotos de las ñatitas este próximo 8 de noviembre se darán cita hasta el Cementerio General. Llevan cráneos de humanos, les ponen nombre, los atavían, les ponen un cigarrillo en la boca y llevan desde rezos hasta música.

Según la socióloga hasta antes de los años 90, 2000, aquel rito a las ñatitas era rechazado por la Iglesia Católica, debido a que significaba no dejar en paz al difunto.

GUARDIA MUNICIPAL

Por la festividad de las Ñatitas, la Secretaría Municipal de Seguridad Ciudadana destinará 280 guardias municipales en el Cementerio General el domingo 8 de noviembre, desde las 08.00 hasta las 18.00.

“Con el objetivo de que la festividad se desarrolle con total normalidad, dispondremos a 280 efectivos que brindarán seguridad a los visitantes, como también darán apoyo a los funcionarios del camposanto”, dijo el director especial de Seguridad Ciudadana, coronel José Luis Ramallo.

Agregó que la Unidad de Regulación de Actividades Económicas enviará 32 funcionarios para que apoyen en el cementerio.

DATOS

Ingresos y salidas al Cementerio General

- Puerta 1: entrada principal a la iglesia del camposanto (para el ingreso y la salida)

- Puerta 2: ubicada sobre la avenida Baptista (salida)

- Puerta 3: situada sobre la avenida Baptista, frente al exsurtidor (salida)

- Puerta 4: da a la avenida Baptista (ingreso y salida)

- Puerta 5: ubicada sobre la calle Picada Chaco, hacia YPFB (salida)

- Puerta 9: que conecta con la parada del teleférico en la avenida Entre Ríos (ingreso y salida)

Wednesday, November 4, 2015

La Paz Almas y aparecidos del Cementerio General

Los vecinos que viven en las zonas que rodean el Cementerio General de la ciudad de La Paz y los trabajadores del panteón cuentan que durante la noche y la madrugada, en el campo santo aparecen monjas, curas, novias y otros fantasmas a los que no hay que mirar de frente, sino, más bien, "enfrentar” con padres nuestros y avemarías.
El cementerio, construido hace 184 años en la zona conocida actualmente como El Tejar, es el primer panteón legal de La Paz. Fue mandado a construir por el presidente de entonces Andrés de Santa Cruz ante la necesidad de establecer un lugar donde enterrar a los paceños muertos.
Hasta entonces las creencias mandaban que para alcanzar el cielo, los difuntos debían ser sepultados en los atrios de los templos. Las personalidades y la gente acomodada tenían el privilegio de ser enterrados en el piso de las mismas iglesias, se lee en el libro Tradiciones y leyendas de la ciudad de La Paz, escrito por Randy Chávez y Carlos Gerl y publicado por la Alcaldía de La Paz.

Así, el panteón de casi dos siglos es el hogar de cientos de almas, muchas de ellas condenadas, que todas las noches salen a llorar su pena, cuentan algunos hombres y mujeres que suelen pasar por el campo santo durante la noche.
"Son condenados que seguramente han actuado mal cuando estaban vivos. También se trata de gente que no se ha dado cuenta que ha muerto”, casi susurra Marina Campos, quien nació en la avenida Entre Ríos, que se encuentra detrás del Cementerio.
Pero la mujer añade inmediatamente que "no hay que tenerles miedo porque están muertos, no pueden hacer nada, sólo hay que orar por sus almas a Dios”.

Cuando la fiesta de Todos los Santos se acerca, las historias de almas y aparecidos en el Cementerio se vuelven a repetir entre la gente y pasan de padres a hijos.

Ana Paredes, la primera huésped del panteón

La gente no recuerda su nombre, sólo sabe que es la primera persona que fue enterrada en el Cementerio General. Sale algunas noches -dicen- vestida de negro, de "dama antigua”, con un gran sombrero que impide ver su cara. La mujer se para en la puerta del Cementerio, mirando hacia adentro, como si buscara a alguien. "No hay que acercarse. Muchos ya la hemos visto y nos pasamos nomás, rezando por su alma. Dicen que no quería que se construya el Cementerio aquí, pero ella lo estrenó”, cuenta Martha Choque. De acuerdo con el libro Tradiciones y leyendas de La Paz, la mujer que se opuso a la construcción del Cementerio fue Ana Paredes, quien murió de un paro cardiaco.

La novia condenada

Los que aseguran haberse tropezado con ella dicen que "los pelos se ponen de punta” al verla.
Aparece también entre los mausoleos. Vestida completamente de blanco inmaculado y con un velo que cubre su rostro, deambula sin rumbo.
"Dicen que es una mujer muy hermosa y que muchos hombres han querido acercarse, pero desaparece ese ratito. Cuentan que está condenada porque murió el día de su boda y no se dio cuenta, por eso no descansa en paz y sale en las noches a buscar a su novio, por eso atrae tanto a los hombres”, cuenta Ernesto López. El hombre de 72 años vive al principio de la Kollasuyo, una de las avenidas principales que pasa por el campo santo.

El cura del mausoleo Ascarrunz

Dentro del Cementerio General se encuentran decenas de mausoleos que datan de cientos de años. En ellos están enterrados familias completas de paceños ilustres y reconocidos.
Entre estos sepulcros suntuosos se destaca uno, el mausoleo Ascarrunz, que los trabajadores del Cementerio aseguran es el más lujoso, porque, de punta a punta, fue construido con un fino mármol importado.
Es allí donde muchos dicen haber visto a un cura que, envuelto en una sotana negra, ronda por el lugar, buscando quién sabe qué.
"No hay que mirarlo de frente porque enseguida uno comienza a sangrar de la nariz. Dicen que quienes lo miran pueden hasta desmayarse. Algunos se han vuelto locos”, cuentan.

La monja que se pierde en la capilla

La religiosa aparece en el atrio del pequeño templo construido a la entrada principal del Cementerio, donde se realiza la misa de cuerpo presente para los difuntos que pasarán a ocupar su lugar en el panteón.
Muchos han visto desde la calle a la "madrecita” cuando el campo santo está cerrado. Dicen que la mujer sale de los mausoleos a paso apurado y desaparece en la puerta de la capilla.
"Parece que tiene prisa de llegar a algún lado, pero desaparece en la puerta de la iglesia. Dicen que cuando se la ve, sólo se tiene que pedir a Dios”, cuenta una de las vendedoras apostadas en las afueras del Cementerio.
"Nosotras nos pedimos a los muertos que nos cuiden y nos hagan ir bien en la venta”, añade la mujer.

El mast´aku para las almas nuevas


Herencia cultural. En la cosmovisión andina los vivos comparten con sus seres queridos más allá de la muerte y la elaboración de masas para el mast’aku es la forma de hacer sentir al “alma” que aún se la recuerda con amor.

Son las 11 de la mañana y la familia Moya Soto -que vive en la localidad de Tiataco en el Valle Alto cochabambino- está contra reloj para terminar de armar el mast’aku de Flora Soto, quien fuera madre y abuela en este hogar. Ella falleció el 22 de enero de este año; en los hechos es una “mosoy aya”, cuya traducción al castellano sería “alma nueva”.

Emocionalmente, este primero de noviembre es una fecha particular para la familia y los allegados, ya que en la cosmovisión andina se afirma que tendrán la primera visita del alma de la mamá Flora a su casa y, por lo tanto, hay que esmerarse en su presentación.

Hoy el movimiento en la cocina será acelerado, cinco mujeres de la familia no tendrán descanso, ya que tienen que cocinar los platos que le gustaban más a la difunta.

La experiencia que vivirá la familia Moya será similar a la que experimentó la familia Flores Peredo el año pasado, en la localidad de Capinota, cuando recibieron la llegada de su Mosoj Aya.

En esa ocasión, la temperatura del ambiente de la cocina era elevada por el vapor de las ollas y el calor del horno, que permaneció encendido varias horas para cocer una variedad de carnes (pato, pollo, cerdo y cordero tierno); las sartenes rechinaron de tanto uso; es que, mientras en una se freían las papas ralladas para la sopa de maní, en otra se asaba las carnes para colocarlas sobre el fideos uchu.

A pocos minutos para el mediodía todo estaba listo y por fin, se colocó el último plato a la mesa. Solo quedaba esperar la llegada del alma.

Un golpe de brisa fresca anunció su arribo, -muchos son los simbolismos que se maneja en la cultura popular para señalar el arribo de un ánima-; pero, en este caso, el viento trajo al alma de Óscar Flores.

De acuerdo a Nelson Tapia, miembro de Agruco (Agroecología Universidad Cochabamba), la participación de la comunidad y de los familiares en la preparación del “Mosoj Aya¨" es vital en esta celebración.

“Es una cita sin invitación. La personas

que en vida compartieron alegrías y penas con el difunto, o crearon nexos de “compadrerío” son los llamados a presentarse y honrar con las tradiciones de la comunidad”, señala Tapia.

COMUNIDAD DE AMOR

Marcial Moya Soto, hijo de la señora Flora, afirma que el primer año de preparación del mast’aku no es una tarea sencilla ni barata; por suerte para ellos, unos meses antes a la festividad de “Todos Santos” los ahijados y otros familiares de la difunta comenzaron a visitarlos para ofrecer su ayuda y colaboración. Lo que comúnmente se entiende como “Ayni” o trabajo comunitario.

“El primer año se elabora más de cuatro cántaros de chicha y se produce los urpus con dos quintales de harina, sin dejar de tomar en cuenta la compra de otros productos para la mesa”, explica Marcial Moya.

Este año la familia Moya Soto gastará unos tres a cuatro mil bolivianos, de los cuales una parte proviene del “Ayni”, ya que los visitantes llegaron con una donación para la familia, por lo general masitas o algún ingrediente para la elaboración de las mismas.

En algunos casos, también trajeron ingredientes para la preparación de la comida de este día, que formarán parte de la mesa para recibir a la señora Flora.

De acuerdo a Moya, los hombres fueron los encargados de elaborar el elixir del valle, la chicha, tarea que se inició con casi una semana de anticipación. Ahora, la bebida está en su punto para su consumo.

“No se produce mucha chicha, porque ahora la gente prefiere tomar cerveza u otra bebida” asegura Moya, por lo tanto, la elaboración se convierte más en un acto de respeto para los antepasados o un ritual de hermandad.

El profesor y promotor de jornadas socioculturales en Cochabamba, Wilfredo Camacho, explicó que en Todos Santos se reafirman los lazos familiares, vecinales, comunitarios y hasta políticos. “Hay valores que están a flor de piel durante esta festividad, como el “ayni” donde la ayuda mutua nace entre ellos”, A ello se suma que no se trata de “una festividad cualquiera”, sino de una celebración que “reafirma la identidad social y política de todo un pueblo”.

HORNEANDO RECUERDOS

Las mujeres de la familia de Flora Flores, fueron las encargadas de producir y hornear los urpus, las masitas y t’anta wawas. Durante tres días de esta semana trabajaron intensamente para tener todo listo esta jornada y poder entregarlas a los visitantes.

María Elena Novillo, historiadora, afirma que antiguamente el pueblo estaba comprometido a apoyar con la tarea, por ejemplo algunos donaban una parte de su cosecha de trigo para que las familias se encarguen de hacer moler el grano en los molinos y con esa harina se elaboren las masas.

Otra tarea que se realizaba y que se fue perdiendo con la industrialización es la recolección de grasa de cerdo de las chicharronerías para usarlo como manteca.

En la actualidad, los ingredientes se han modificado, pero la esencia del ritual en la preparación de los componentes de un mast´aku no ha cambiado. Por lo general, es el familiar con mayor edad el que comanda a la nueva generación; es así como se va pasando la receta de generación en generación.

Los roles de cada persona se encuentran definidos. Por ejemplo, en la preparación de los urpus, los hombres son los encargados de amasar la harina, los niños y las mujeres de dar forma a las masas, los varones más experimentados se encargan de atizar el horno y de la cocción.

Durante la preparación y el horneado de las masitas, los familiares comienzan a recordar a la difunta, de sus historias, anécdotas, enseñanzas.

“El cuerpo mayor, que representa a la difunta, debe ser elaborado de acuerdo a las características físicas que tenía. Esta masa es la que se llena de decoraciones y cuidados”, asegura Melvi Mojica, promotora sociocultural.

Mientras dure el horneado existe una rotación en el grupo de ayuda, mientras unas personas llegan otras se van, solo la familia del difunto no se mueve.

Así pasaban las horas y poco a poco los gangochos (bolsas de plástico o tocuyo) y los cajones se van llenando de masas.

La noche del 31 de octubre, nuevamente se dan cita los familiares y amigos, esta vez para encargarse de armar la mesa, dejando espacios para poder acomodar los platillos de comida que se cocinarán el primero en la mañana, tampoco se colocan las bebidas, que son los últimos detalles.

COMUNIDAD DE AMOR

Melvi Mojica afirma que el “Ayni” es una manera de integrarse los vivos con los muertos y viceversa; “es que de acuerdo a la cosmovisión andina todos somos parte una misma comunidad”.

Este trabajo en comunidad traspasa las fronteras nacionales e internacionales, puesto que en algunos casos regresan a sus comunidades de Europa o Norteamérica.

En algunos casos, si el difunto hubiera vivido en el extranjero, los familiares o amigos de ese lugar tratarán de mandar alguna comida que al difunto le gustaba en vida.

“Tanto los vivos como los muertos, desde sus espacios se cuidan los unos a los otros”, afirma Nelson Tapia, quien además asegura que este enfoque de reciprocidad no es simplemente el intercambio de elementos materiales, sino es el aporte al nuevo conocimiento universal, que se va pasando oralmente de generación en generación.


Tuesday, November 3, 2015

Día de los santos, los difuntos y los chullpares

Es necesario aclarar que el Día dedicado a Todos los Santos es el 1º de noviembre, instituido por Gregorio III (731-791) consagrando una capilla en la Basílica de San Pedro de Roma, fijando como aniversario de todos los santos a esta fecha, de esta manera Gregorio IV extendió esa celebración en toda la iglesia, vale decir, que se incluye a todos los santos que viven aun corporalmente.

Sin embargo, el 2 de noviembre el monje benedictino San Odilón estableció oración por los difuntos llamándolo "Conmemoración de los fieles difuntos", extendiéndose posteriormente a otras congregaciones, en consecuencia está dedicado exclusivamente a aquellos que ya han muerto corporalmente, pero que tienen la esperanza de la resurrección. Y de acuerdo a la Iglesia se dice que se debe honrar a los difuntos con misas de réquiem.

En nuestro medio, especialmente en Bolivia, por influencia de la Iglesia Católica, llegada desde España, traen consigo ciertas costumbres, donde no se hace una diferencia entre el día de los santos y los difuntos.

En consecuencia, por tradición en nuestro medio, el día 1º de Noviembre a horas 12:00 se recibe a los difuntos preparando unas tumbas en la zona altiplánica y altares en la zona de los valles, cada uno con sus características. En ambos casos en esta fecha se espera con la "Bienvenida" que consiste en organizar la tumba con una serie de pisos, mayormente de tres niveles o el altar que es una mesa horizontal, cuya cabecera está formada por un solo piso.

Los altares y las tumbas se cubren con mantelería negra o morada para las almas mayores y mantelería blanca para los niños o jóvenes, en la cabecera se ubica un crucifijo y en segundo plano la fotografía del difunto.

En los espacios correspondientes a la mesa se ubican las "Ofrendas" que consisten en panes con distintas formas como escaleras, bizcochuelos, maicillos, suspiros "T´anta wawas" con iniciales del nombre de difunto, búhos, caballos, llamas; comidas que gustaron al alma en vida, una sopa de maní, refrescos, especialmente chicha de maní y agua, colocados en vasos a los que se introducen una paja que sirve como especie de sorbete por el que las almas puedan absorber el líquido, cañas de azúcar, diversas frutas, cebollas con su "tucuru", panales, guirnaldas, y cintas o cadenas de color morado, canastitas de azúcar y colorantes, en la parte al pie de la mesa se ubican flores especialmente la retama. Cada uno de estos elementos tienen su significado particular.

Frente a las tumbas o altares se establecen los personas que visitan para rezar por el alma que se encuentra presente, un padre nuestro, tres avemarías y algunas veces el credo; otras veces un grupo de niños canta a coro bajo la conducción de un director que sabe una serie de versos adecuados para la fecha.

En compensación, los dolientes les retribuyen con panes, masitas y refrescos.

Ceremonia que dura hasta el día 2 de noviembre y a horas 12 del día, cuando se realiza el "despacho" o despedida levantando estas tumbas o altares, previa elevación de oraciones a las diferentes almas que se recuerdan, primero los familiares y posteriormente los parientes fallecidos finalizando la oración para las "almas olvidadas" es decir para todas las almas en general.

Se reparten todas las ofrendas a las personas presentes, y luego los dolientes se dirigen al cementerio llevando las flores, algunas veces restos de panes que sirven de remuneración para los "reciris" o personas y niños que rezan.

Por lo descrito, podemos colegir que el Día de los Difuntos pareciera tener cierta relación con los "ajayus" aymaras precolombinos, especialmente con los chullpares que son torres funerarias construidas especialmente para albergar o enterrar a los restos mortuorios de los mallkus o personalidades de la nobleza aymara o incaica. Es más, cuando en el área rural o zonas periurbanas citadinas se siguen ciertas costumbres que tienen mucha relación con las tradiciones precolombinas especialmente con la recordación de las almas, formando de esa manera una síncresis religiosa entre el aymara y la religión católica.

Indudablemente, el objetivo de estos chullpas era proteger el cuerpo para recibir cierta veneración y fervor de sus familiares, además en la zona andina servía para fortalecer los lazos familiares de los allegados a las personas que están enterradas, es más, cuando a su alrededor se reunía a la comunidad, tal como ocurre en nuestros medio en el Día de los Difuntos.

Estas construcciones se erigían sobre cistas cavadas en tierra, en las cuales se colocaban los cuerpos en posición fetal las que se introducían en bolsas de cuero de llama, envueltos en paños tejidos o en sacos de paja trenzada, de la misma manera se rodeaban junto a este cuerpo los bienes personales, donde se incluyen comidas y bebidas de preferencia del fallecido.

El país vivió la tradición de “despachar a los difuntos”

Ya con las bosas de yute llenas de pan pasankalla, frutas y algunas golosinas, los niños de las zonas rurales recorren todas las casas en donde se despidieron a las almas como marca la tradición de Todos Santos.

Esta festividad que sobrevivió cerca de 500 años de colonización, establece que el 2 de noviembre (ayer), las almas que llegaron un día antes nuevamente parten al centro del cosmos, es por ello que las personas, especialmente los niños arman pequeños grupos para ofrecer rezos. Muchos de ellos, con toda emoción elevan sus plegarias en cánticos religiosos, mientras que los más tímidos sólo rezan por el feliz retorno de las almas. La gente los acoge con los brazos abiertos pues se cree que las oraciones que provienen del espíritu puro de los niños llegan con más eficacia a Dios.
“Los niños rezan con más cariño, le ponen más sentimiento y además a través de ellos esta tradición queda aún viva en nuestra sociedad”, comentó a Cambio Gonzalo Arnes, comunario de la población de Ocobaya en Sud Yungas de La Paz. Los adultos de este sector, también forman parte de estas prácticas y es que en realidad en esta parte del país la tradición se muestra más latente que nunca, el recojo de la mesa es tan ceremoniosa como el recibimiento.
Tras la última oración, todos los alimentos de las mesas se reparten entre los comunarios que visitan el hogar, al igual que un buen plato de comida y diversas bebidas.
No obstante, en muchas zonas de las principales urbes del país también se mostró ese compromiso con la tradición, los cementerios se llenaron para cumplir esta tradición. En el cementerio la Llamita de La Paz, por ejemplo, desde muy temprano las familias armaron faustuosas mesas de alimentos y después de las 12 del medio día comieron y compartieron todo lo que en vida le gustó a su familiar difunto.
Es un poco diferente en Beni, donde la tradición más extraña consiste en enviar mensajes a los difuntos a través de las gallinas.
“Nosotros pensamos que los animales también tienen alma y es por ello que se cría a unas gallinas especialmente para mandarles saludos o algún mensaje a nuestros difuntos”, contó Griegy Ojopi ciudadana de Trinidad.
En Tarija también se acostumbra armar la tradicional mesa, al medio día también se la recoge para el despacho de las almas hasta el siguiente año.
“Luego es necesario dirigirnos al cementerio para llevar velas y flores, también se realizan algunos arreglos a la tumba y se colocan guirnaldas”, contó Abel Flores de la comunidad de Turumayo.
Sentido
Cancio Mamani, jefe de la Unidad de Antropología del Ministerio de Cultura explicó que es importante que recordemos atendamos y despidamos a nuestros difuntos porque de no hacerlo ellos también se olvidan de las familias y de la comunidad, tiene que existir el principio de la reciprocidad y así se hizo a través de las prácticas tradicionales en gran parte del país.

Sucrenses despiden a las almas en los tradicionales k'anchakus

Siguiendo las costumbres, miles de sucrenses despidieron a las almas de los difuntos en los tradicionales k’anchakus en los que las familias ofrendaron todo aquello que les gustaba en vida e incluso expusieron los objetos con los que se destacaron.

Unos sencillos, otros ostentosos, los sucrenses armaron las acostumbradas mesas para recibir el alma de algún familiar fallecido en los últimos años.

Ayer, después del mediodía la gente peregrinó rezando casa por casa y degustando el tradicional mondongo, recibiendo masitas y consumiendo bebidas alcohólicas, con ello, despidiendo a las almas.

Una de las primeras mesas en ser levantadas, ayer antes del mediodía, fue la que instaló la administración Cementerio General en honor a las almas olvidadas. Los asistentes recibieron t’antas wawas, una variedad de comestibles y bebidas bajo el compromiso de que devuelvan el doble el próximo año.

En los k’anchakus de las casas, las mesas se levantaron por la tarde tras la visita de familiares y desconocidos. Muchas familias prepararon hasta unos 500 platos de comida, además masitas y bebidas para entregar a los visitantes, cuyos gastos, en algunos casos habrían superado los 2.500 dólares, según comentó José Luis Saavedra que instaló una mesa para su esposa.

En otras tumbas, no sólo se colocaron los alimentos que les gustaban a los difuntos, sino aquellos objetos con los que conquistaron la fama y los premios que recibieron. Fue el caso del músico Román Romero, cuyo armonio fue el elemento principal de la mesa armada en su honor por sus hijos en su vivienda del barrio Lindo, y por otro lado, la mesa del competidor Juan Carlos Díaz, más conocido como Cachín, que estuvo rodeada por sus dos motocicletas y los trofeos conquistados en su corta carrera.

“Nuestras costumbres de Todos Santos no se tienen que perder nunca. La mesa para mi padre lo hemos preparado con todos sus gustos, por ejemplo, no podría faltar su sopita de maní, su picante de cola y lengua, que le encataba”, comentó el hijo de Román Romero, Juan Pablo Romero Uribe.

Mesas de ofrendas y flores para despedir a las almas

Desde la intimidad de un domicilio, hasta lo popular de un cementerio, la festividad de Todos los Santos en Tarija generó un importante movimiento en la sociedad, que se dio tiempo para recordar a sus seres queridos de distintas maneras, acorde a las tradiciones de cada lugar. Las mesas de ofrendas, con los alimentos preferidos del difunto, y flores de vivos colores marcaron la despedida de las almas. El administrador del Cementerio General de Tarija, Ariel Zamora, informó que más de 20.000 personas visitaron el campo santo durante el domingo y el lunes por la festividad de Todos los Santos, actividad que aseguró se desarrolló sin inconvenientes, gracias a las entidades e instituciones que participaron, y a la población. Es así, que en la jornada del domingo 1 de noviembre, desde horas 07:00 de la mañana, uno a uno familiares fueron llegando al cementerio general, con ornamentaciones para sus tumbas, nichos o mausoleos, que fueron llenándose de color en el transcurso del día hasta llegada la noche. Escenas de gente pensativa, algunos solitarios y más que todo en familia, se veían en el cementerio. Hubo muchos niños presentes, que aprovechando que sus padres charlaban en torno a las tumbas, jugaban a sus anchas por el lugar. Aproximadamente 200 efectivos del Comando de la Policía Boliviana, más unos 30 de la Guardia Municipal, se encargaron de vigilar el cumplimiento de las normas, mientras que se vio además funcionarios de la Intendencia Municipal, del Departamento Municipal de Aseo de Tarija (Demat) y la Cooperativa de Servicios de Agua y Alcantarillado de Tarija que colaboraron acorde a sus funciones. Sin duda la diferencia éste año la hizo el personal de Servicios Eléctricos de Tarija (Setar), que trabajó en las conexiones de luz para mausoleos y nichos, por lo que el cementerio estuvo en su mayoría iluminado, desde horas 21:00 aproximadamente, hasta la media noche, cuando la gente fue dejando el campo santo para irse a sus hogares, tras lo cual volvió la oscuridad. Ya en la jornada de lunes, 2 de noviembre, nuevamente desde horas 07:00 de la mañana, familiares llegaron hasta el cementerio, que tuvo una importante concurrencia de gente, estando programado el cierre de la actividad a horas 19:00, por lo que a partir de hoy, retornaría a su normal funcionamiento. El administrador, a tiempo de agradecer a las instituciones que cooperaron, dijo estar sorprendido por el buen comportamiento de la gente, que a diferencia de anteriores años, respetaron más la prohibición de ingerir bebidas alcohólicas lo que sirvió para rescatar el sentido de la tradición. “Se registraron solamente dos casos de decomiso, uno de chicha y otro de singani”, agregó. Durante las dos jornadas, fue evidente el movimiento comercial que implica la actividad, pues se vio comercio de cosas propias de la festividad como flores, velas, guirnaldas, motivos religiosos, y otras, como adornos decorativos para el hogar, juguetes, comida, etc. Por otra parte, surgieron los “decoradores de tumbas”, quienes por 5 bolivianos alquilaban una escalera para los nichos más altos, y por 10 decoraban cualquier tumba. Todos los Santos rural En las comunidades tarijeñas, Todos los Santos se vive de una manera distinta. El domingo, las familias en sus casas se dieron a la tarea de preparar mesas, llenas de alimentos y bebidas, que en vida le gustaban al difunto, para que éste se sirva a la hora de almuerzo, los platos que quiera. En algunos casos los preparativos en el campo empezaron días antes, ya que la ornamentación en su mayoría es elaborada artesanalmente, mientras que platos como el chancho al horno, o las masas, requieren de mayor tiempo para su preparación. Una vez servida la mesa, que se adorna con fotografías del fallecido en algunos casos, los familiares se sientan a compartir alguna bebida al rededor. En caso de tratarse de “un alma nueva”, que es cuando se tiene un fallecido reciente, la familia recibe visitantes, a los que trata como un miembro más. Así, transcurren el domingo, y llegada la noche, dejan sola la habitación, con la creencia de que el difunto vendrá a visitarlos. Una vez llegado el día lunes, a media mañana, nuevamente los cuartos donde se prepararon las mesas, se abren, para continuar con la conmemoración al fallecido, esta vez con un tono menos nostálgico, se deja a los niños probar algo del banquete preparado. Luego, se levanta la mesa, para dirigirse a los cementerios comunales donde visitan y adornan las tumbas de sus muertos, para despedirlos hasta el próximo año. El evidente negocio tras la festividad Durante las dos jornadas, se vio movimiento comercial, en puestos que exhibían cosas propias de la festividad como flores, velas, guirnaldas, motivos religiosos, y otras, como adornos decorativos para el hogar, juguetes, comida, etc.

Halloween en los Andes




El Halloween, es una antigua fiesta de origen celta, un pueblo que habitaba zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia, su ingreso al Nuevo Mundo fue efecto de la migración irlandesa, convirtiéndose en una de las celebraciones contemporáneas más populares de los Estados Unidos.

La extraña afición por las brujas y los dulces, aterrizó cómodamente en Bolivia por la ruta de la globalización e impulsada por mercados consumistas, pese a que gozamos de fuertes raíces culturales de las Naciones Uru, Aymara y Quechua, consecuentemente de un tiempo a esta parte, en estas épocas del año, que en otrora eran exclusivas de masitas, t´anta wawas, rezos y coritos, ahora nos vemos invadidos por personajes macabros de la televisión y cine norteamericano; Hombre Lobo, Drácula, Frankenstein, Jack "El Destripador", Chucky, o tal vez otros más actuales como Monster Inc., Plantas vs. Zombies, entre otros.

En esta coyuntura, es menester precisar, que los Andes generó sus propios protagonistas de terror, más tenebrosos y oscuros que los ofrecidos por el país del Norte, que comparativamente con los nuestros resultan simples mercachifles, y sólo para muestra, describiremos algunos de estos tétricos seres con los que cohabitamos:



DUENDES

Los testimonios de su existencia es recurrente, a quienes definen como seres de estatura pequeña, agresivos, de orejas puntiagudas, cuerpo fornido y desproporcionado.

Cuando estos traviesos ingresan en alguna casa, hacen ruidos extraños, entran a la cocina, arrojan cosas a la comida para arruinarla, los niños empiezan a jugar y hablar con amigos imaginarios.

El peligro de los duendes, es su obsesión de robarse a los niños (algunos señalan que solamente a los que no están bautizados), los engañan con dulces y juguetes bonitos, si no caen en estas argucias se los llevan a la fuerza. Una vez que tienen al niño en su guarida, juegan pellizcándolos, su llanto es como una música alegre para ellos y bailan a su alrededor.



EL LARI LARI

Es tal vez nuestro personaje de terror andino que más vigencia tiene, pues si observamos a nuestro alrededor, podemos identificar algunas casas que en lo alto del techo, dejaron grandes cuernos de toro, considerado la mejor defensa contra el Lari Lari.

Tiene diferentes presentaciones, en algunas zonas se presenta como felino, pero también como ave y serpiente, su morada son cuevas alejadas y de difícil acceso.

En nuestro contexto tenemos al Lari Lari como felino (gato), se lo describe con ojos brillantes, pelaje rojizo, cola con espuelas filosas, que goza caminando por los techos. Su presencia enferma a los niños pequeños y mujeres embarazadas, ocasionándoles severas hemorragias.



ANCHANCHU

El Anchanchu o Abchanchu, es una especie de vampiro que habita en las montañas del altiplano, refugiándose en los cañadones y cuevas. Tiene la apariencia de un anciano bondadoso (misk´i simi), calvo, un tanto barrigón y viste ropas de corte antiguo.

El Anchanchu hace su aparición engañando a sus víctimas, con su cuento del "tío", se muestra como un anciano en problemas, pide ayuda, los conduce supuestamente a su vivienda, finalmente hace desaparecer a sus eventuales colaboradores. También ataca las casas cuando no están bien aseguradas. Si escuchamos extraños toques o arañazos en los vidrios, seguro es el Anchanchu que está rondando cerca de nuestros hogares.

A este vampiro de tierras frías, también se le culpa de muertes extrañas, incendios y otras catástrofes producidas en los campos.



JAPIÑUÑU

El Japiñuñu, que traducido al español significa coger o atrapar con el pecho. Es otro de los símbolos del terror andino, se trata de una bruja o espíritu maligno femenino, que ostenta grandes senos, además unas prominentes alas, que le permite sobrevolar por los cielos, atacando a quienes caminan solos en las noches por las planicies.

En algunas ocasiones se aparece a los borrachos, quienes embelesados por la supuesta belleza de la Japiñuñu, fácilmente caen en sus garras, y en un momento de placer los aprieta fuerte contra sus pechos, hasta que caen muertos.



EL K´ARI K´ARI

El K´ari K´ari, kha´risiri o lik´ichiri, uno de los personajes más conocidos en el mundo andino, sobre el cual se han tejido muchos cuentos, e incluso se han acusado a diferentes personas de tener esta actividad maligna. Entre sus despiadados actos se conoce que extrae la grasa de las personas, y enfermar a sus víctimas mortalmente. Nunca se deja ver el rostro.

Se comenta que para abrir el vientre a sus víctimas y extraerles la grasa, corta la piel con un cuchillo tan filoso que deja una cicatriz casi imperceptible a la vista. Entra en acción en las noches, sobre todo en las áreas rurales o zonas muy oscuras, robando la grasa a los trasnochados que se quedan dormidos en los transportes públicos.

Como apreciará estimado lector, en esta breve descripción de algunos de los personajes del terror andino, usted como nosotros, llegaremos a la conclusión definitiva, que no tenemos la necesidad de importar monstruos para Halloween, pues podemos encontrarlos en nuestro medio o simplemente ellos nos encontrarán.

Costumbres imperdibles del Día de los Difuntos

Los cementerios de la ciudad de Oruro se vieron repletos por la presencia de deudos, quienes "despidieron" a sus seres queridos en el Día de los Difuntos, como dictan las costumbres y tradiciones de nuestros antepasados, donde las oraciones, la música y el consumo de alcohol que no se pudo impedir en esta fecha importante en el calendario cristiano, estuvieron presentes.

Todos los cementerios, General, Iroco, Chapicollo, de la comunidad de Vito y el Cementerio Jardín, se abarrotaron de familiares y amigos de aquellas personas que dejaron una huella inolvidable en sus vidas, armando las tradicionales tumbas.

Según la creencia popular, los difuntos llegaron del más allá al mediodía del 1 de noviembre y estuvieron con sus seres queridos durante un día. Para ello, se prepararon en los hogares orureños, las tradicionales tumbas o mesas para el difunto, consistentes en una serie de alimentos y bebidas que eran preferidas cuando estaba en vida el familiar.

La tradición dicta que, llegado el mediodía del 2 de noviembre, se levanten las tumbas armadas en las casas, para que las almas vuelvan a su descanso, hasta el próximo año.

Después de cumplir con las tradiciones en las casas, las familias se dirigieron a los cementerios, donde están enterrados sus seres queridos, para entregar ofrendas florales, además de armar otras tumbas en el mismo nicho, para hacer rezar a las personas, que son recompensadas con los urpus y las t´anta wawas.

En el caso del Cementerio General, no se permite el armado de tumbas al interior del camposanto, pero las familias arman improvisadas mesas en la plaza "Ángel Mendizábal", aledaña a esta necrópolis.

Una actividad que va creciendo en estas fechas, es la del Cementerio Jardín, donde cientos de familias, arman las mesas y personas arribadas del campo, son las que recogen las mismas con cantos en idioma aymara y quechua, una característica que matiza esta festividad religiosa.

Si uno se acercaba a los cementerios como los de Iroco, Chapicollo o el de Vito, se encontraba con una inmensa fila de motorizados a la espera de ingresar a estos camposantos, en algunos casos creando tensión entre los conductores.

En los cementerios, la Policía ejerció un control estricto para evitar el ingreso de personas en estado de ebriedad y que se metan bebidas alcohólicas al campo santo. Sin embargo, algunos ciudadanos burlaron el control y se dieron modos para visitar el cementerio, infringiendo las prohibiciones.

Creyentes realizaron la Cacharpaya

Muchas de las tradiciones de la fiesta de Todos Santos iniciaron en áreas rurales del departamento de La Paz, es el caso de la Cacharpaya o despedida de las almas de los difuntos en el tercer año del recordatorio de su fallecimiento.

Esta costumbre se cumplió ayer en todos los cementerios de la urbe alteña, para lo cual los dolientes contrataron grupos de bandas, Kantus o hasta conjuntos de guitarra, charango y bombo, para que puedan animar la estadía de los familiares de los difuntos junto a su tumba.

Para los dolientes, esta ceremonia debe ser efectuada con mucha fe porque, según las creencias de los mismos, el tercer año de recordatorio a su ser querido debe también despedirse de una manera muy especial, luego de que los dos anteriores años se inició este tipo de ceremonias.

En el tercer año de despedida, conocido también como Cacharpaya, los dolientes ya dejan de brindarle una de las mayores atenciones a su difunto, pero con el compromiso de no olvidarse del mismo en los años venideros, aunque ya no con el mismo entusiasmo, demostrado durante todo este tiempo.

Asimismo, para la oportunidad los familiares del difunto preparan todo los relacionado a los productos que debe tener una mesa de Todos Santos con el “triple” de la cantidad de productos que en los dos años anteriores se efectuaron por ser el último año de recordatorio del familiar que partió al más allá hace tres años.

Para el efecto, también se opta por invitar a todos sus familiares y amigos del fallecido para compartir con ellos el día de la llegada de las almas y la despedida de las mismas.

Ciudadanos despidieron a los espíritus visitantes

Con la fe puesta en que los espíritus de sus seres queridos llegaron de visita a sus hogares el pasado domingo, miles de dolientes despidieron ayer a sus muertos en los cementerios de la urbe alteña.

Uno de los más visitados fue el camposanto “Héroes del Gas Sur”, que está ubicado en la zona Villa Santiago I del Distrito Municipal 1, donde la población acudió con masas, comida y bebida para compartir la despedida de sus familiares.

Pasado el mediodía, las personas que tienen a sus seres queridos enterrados en dicho cementerio se trasladaron hasta este sector para rezar. A esta actividad se sumaron ciudadanos de diferente índole, conocidos como los “rezadores”, que llegaron hasta el lugar para orar por el alma de estos difuntos.

Cabe recordar que el cementerio “Héroes del Gas Sur”, fue creado en homenaje a los “caídos” en la Guerra del Gas de 2003.

CELEBRACIÓN

Música, comida, panes, masitas, fruta y todo cuanto le gustaba al difunto fue preparado para la ocasión y puesto en grandes mesas donde los dolientes esperaron a los “rezadores”, quienes a cambio de sus plegarias recibieron como pago los alimentos que en gran cantidad fueron debidamente preparados para regalarlos en el cementerio como un desprendimiento de los dolientes.

Los preparativos para iniciar la despedida a sus difuntos comenzaron desde muy temprano en los alrededores y en el interior del cementerio de Villa Santiago I, donde familias enteras llegaron a cumplir con lo prometido para despedir a sus seres queridos.

En muchos casos se pudo ver como las personas que cumplieron con la tradición por el primer año de fallecido de su familiar llegaron al cementerio completamente vestidos de negro, mientras que en otros la población cumplía el tercer año por la pérdida de sus seres queridos, para lo cual los preparativos son mucho más especiales, porque se conoce a esta gestión como la última para su despedida y por ende debe tener una mayor espectacularidad.

Para el efecto, de la misma manera, estos ciudadanos son acompañados por familiares, vecinos y amigos del difunto hasta ocasionales visitantes en el lugar de la tumba del ser querido que durante tres años asisten al lugar de la tumba para rendirle sus oraciones, cariño y por sobre todo la promesa de que nuca se olvidarán de él.

Asimismo, este cementerio alteño se ha convertido en uno de los más visitados debido a sus tradiciones y con mayor énfasis desde que se produjeron los luctuosos hechos de las jornadas de la Guerra del Gas del año 2003, donde fallecieron muchos alteños quienes fueron enterrados en su mayoría en dicho camposanto del Distrito 1.

RESIRIS

Como no podía ser de otra manera, muchas personas, especialmente procedentes de las provincias, llegaron hasta los diferentes cementerios de la ciudad de El Alto, donde familias enteras recorrieron los diferentes nichos para brindarles una oración especial o los cánticos tradicionales que son característicos de esta fecha. Estas personas son más conocidas como los ‘resiris’ o ‘rezadores’.

Cabe destacar que a cambio de sus oraciones, estas personas reciben los alimentos puestos en las mesas de los difuntos para lo que llevaron yutes, mochilas y bolsas de nylon, donde acumularon pan y otras ofrendas.

De la misma manera no faltaron los ‘kantus’ y algunas agrupaciones musicales, quienes en medio de cánticos y música lograron compartir unos momentos a los dolientes. En muchos de los casos estas agrupaciones no sólo recibían alimentos a cambio de los servicios prestados, sino dinero cobrando una tarifa de Bs 20 por al menos seis canciones ofrecidas.

Tradiciones y anécdotas bolivianas El collar de la Virgen


Por Ley de 11 de agosto de 1825, el primer Congreso Constituyente que dio nombre a la República Bolívar, había decretado entre otras cosas, que se gratificase a las tropas colombianas que dieron triunfo a la causa de la independencia en los campos de Junín y Ayacucho. Destinando para ello un millón de pesos, y autorizando al gobierno para que contratase un empréstito al efecto. Pero Magdalena no estaba para tafetanes.

Como nueva República era difícil que gozase de crédito, apenas declarada como estado independiente, parece que no hubo forma de conseguir el mencionado empréstito, y como por otra parte, urgía hacer la gratificación decretada, para que las tropas colombianas se restituye-sen a su país, por las rivalidades que se suscitaron; en tal apuro se decidió echar mano de los valores que se sabía existían en la iglesia de Copacabana, cuya riqueza era proverbial.

Se constituyó una comisión militar en dicho pueblo, requirió la entrega y se vi-no a La Paz, custodiando su preciosa carga. A falta de dinero, se resolvió que dichas joyas se vendieran en remate, adjudicándolas al mejor postor.

Entre los varios postores, el general Braun había obtenido la adjudicación de un precioso collar de oro, enjaezado con perlas y piedras preciosas para que las luciese su esposa, bella mujer a quien hizo el presente.

Se cuenta que hubo en esos días una representación teatral, a la que fueron in-vitados el general y su señora; ésta apro-vechó la ocasión para estrenar su precioso collar y exhibirlo con orgullo en ese acto público.

Así fue que llamó la atención de la con-currencia, tanto la belleza natural de la mujer y la reluciente joya que ostentaba; pero he aquí que antes de terminar la función, se sintió indispuesta la señora con agudísimos dolores en la garganta, se alarmó su esposo, abandonaron el lo-cal del teatro, para ir a dar el último sus-piro en su casa, sin dar tiempo a prodi-garle algún auxilio médico.

Esta relación se repetía siempre que se iniciaba en la prensa o en las cáma-ras, algún proyecto de expoliación de bienes eclesiásticos, recordando el su-ceso de la muerte de la señora que usó el collar de la Virgen, aludiendo aquello de que, si la limosna dada de buena vo-luntad tiene ciento por uno de recompen-sas, la usurpación de los bienes de la iglesia, tendrán en cambio otro ciento por uno de desdichas por castigo anexo a la excomunión.

Sea cual fuere la importancia que se dé a la moraleja, el hecho es que en esa época se dio el primer zarpazo a las alhajas de la Virgen de Copa-cabana; y, según se asegura, se repitió estas apropiaciones en posteriores gobiernos, como lo atestiguaba un grueso cable que pendía del techo en la iglesia, el que había sostenido una enorme araña de plata hasta el gobierno de Santa Cruz, que dispuso de ella en sus apuros económicos, para sostener a su ejército en las campañas militares. Para desdi-cha del pueblo de Copacabana, desde esa época hasta el pre-sente, la Virgen ha sufrido cons-tantes robos y ultrajes, de los cua-les la mayoría no resueltos por las instancias que corresponden.

Chulumani arrasó en carrera de cochecitos sin motor

Los primeros lugares de la Carrera Departamental de Cochecitos sin Motor, organizada por la Dirección Municipal de Deportes de El Alto, fueron ocupados por representantes de la localidad de Chulumani.

En la competencia participaron 68 corredores que arribaron desde distintas provincias de La Paz para descender por la autopista El Alto-La Paz.

“Estoy muy feliz por la victoria, porque es el resultado del esfuerzo y la preparación que nuestro equipo ha tenido durante mucho tiempo. Agradezco a la ciudad de El Alto por organizar estas actividades que son un motivo más para trabajar en familia”, dijo Víctor Mamani, que ocupó el primer lugar en la categoría de Cochecitos con llantas de carretilla.

Junto a él, Jorge Yapu y Néstor Apaza, fueron los otros dos competidores que lograron culminar el recorrido en menor tiempo.

De la misma manera, en la categoría de “Cochecitos con ruedas de madera forradas con goma”, Federico Rodríguez ocupó el primer lugar, seguido de Luis Deheza, ambos de Chulumani, mientras que el tercer puesto fue ocupado por Imer Blanco, proveniente de Irupana.

Todos Santos La Paz despidió a sus difuntos


Las familias se reunieron ayer al mediodía, en el cementerio Jardín, para despedir con globos blancos a sus difuntos. Una imagen emotiva que reflejó un episodio de la cultura y tradición boliviana.

Globos blancos, simbolizando el alma del ser querido, fueron soltados ayer al mediodía, por niños en la parte superior del Cementerio Jardín de la zona Sur, cumpliendo la tradición boliviana de despedir a las almas.

El acto se dio luego de una misa al aire libre, en la que el padre que ofició el acto, renovó los votos de fe de los feligreses, que se dieron cita en el lugar, para cumplir con la tradición de Todos Santos de “despachar” a las almas, que nos visitaron desde el día anterior.

Los familiares ataron, a los ramilletes de globos blancos, escritos en cartulinas, los nombres de sus seres queridos que partían en esta fiesta.

Luego, un grupo de niños, se dirigió al centro del campo santo y soltó los globos ante la alegría de los familiares mayores que repetían “hasta el año”.

Posterior a este singular acto, los presentes se acercaron a las mesas (ofrendas con variedad de panes frutas y dulces) que se habían armado alrededor del altar, donde se ofició la misa y luego de haber cumplido con la oración correspondiente, por el alma del difunto, procedieron a servirse los alimentos.

Estos actos, que son parte de nuestra tradición se repitieron en distintos puntos de la ciudad de La Paz y el país, donde los familiares visitaron los cementerios, para despedir a las almas de sus seres queridos.

Según la tradición, las almas partieron ayer al mediodía, después de visitar a sus familiares por un día. En el Cementerio General de La Paz, las familias despidieron a sus difuntos en medio de flores, frutas y música.

Rumbo al Cementerio General, las calles tenían un ambiente característico de la fiesta de Todos Santos. Los globos y flores sirvieron de antesala para despedir a las almas hasta el año que viene.

Antes de que las almas se marchen las familias honraron a sus antepasados, con lo que más les gustaba beber y comer. La gente ayer acudió masivamente a los cementerios a cumplir con una de las tradiciones más arraigadas, el armado del mast’aku, como se denomina a la mayor ofrenda que reciben los difuntos estos días.

En este año al igual que en anteriores, la llegada de las almas, al mediodía del viernes, estuvo marcada por el armado de mesas, con abundante comida, fruta, bebida y masitas.

Las mesas o mast’aku preparadas en honor a las “almas nuevas” fueron las más abundantes y coloridas. Los rezos, cánticos y rimas en idiomas nativos no estuvieron ausentes, puesto que cientos de niños y niñas, en su mayoría, visitaron las casas de los dolientes, para rezar con instrumentos musicales.

Monday, November 2, 2015

Música, llanto y flores en el despacho de Todos Santos

Decenas de personas y "resiris" llenaron los cementerios públicos de La Paz y El Alto.

Con música, llanto y flores despidieron ayer, centenas de dolientes, a sus difuntos en los cementerios públicos de la Paz y El Alto en el despacho de Todos Santos.

En un día nublado y con moderados vientos, ciento de resiris, veneradores de difuntos, se dieron cita en los distintos campo santos de La Paz para desearle un feliz retorno al más allá, al Alaxpacha, afirmó Graciela Fernández, quien junto a su hijos recordaba el segundo año de la muerte de su madre Teresa Aruni viuda de Fernández.



EL RECOJO. Después de 24 horas de visita, las familias paceñas y alteñas, que engalanaron sus mesas con ramos de flores de color blanco y decenas de masitas elaboradas durante la semana anterior, dieron al ritual del recojo colocando uno a uno las t’antawawas, dulces, bizcochuelos y diversas frutas que al difunto le gustaba en vida.

En algunos domicilios se celebraron misas de cuerpo presente donde el párroco del barrio bendijo las ofrendas colocadas en las mesas en honor a su seres queridos, que cada 1 y 2 de noviembre son recordados y, según las tradiciones, comparten estos ritos con ellos por 24 horas.

Graciela Fernández, quien preparó bolsas de color morado para introducir las ofrendas para los resiris, explicó que puso una botella de cerveza, refresco y un plato de ají de arvejas, además de otras ofrendas, que gustaban a su mamá.

“En la mesa ponemos todo lo que le gustaba la difunta, es una tradición que pasa de generación en generación. Mi madre antes de su muerte recordaba de la misma forma a su esposo, ahora nos toca a nosotros”, dijo la mujer de 55 años, mientras secaba las lágrimas de su rostro.



LLANTO Y DOLOR. En algunos parajes del campo santo paceño, se escuchaban lamentos, lamentos que recordaban el vacío que dejaron los difuntos. Silvia Flores, una mujer de pollera de 45 años, no dejaba de secarse el rostro mientras escuchaba la música de un trío de guitarristas y ponía ramos de flores en la tumba de su madre, quien la dejó —según contó— sola hace cuatro años.

En tanto, Eusebio Huasco, de profesión policía, limpiaba la lápida de su hijo, también policía, quien murió de forma trágica en Oruro.

Luis Sánchez, sentado en una de las jardineras del cementerio y cuidando la tumba que preparó para su esposa, decía “este día es especial porque baja del cielo para reunirse con nosotros, pero no sólo la recuerdo el 1 de noviembre, sino todos los días de mi vida, desde que me dejó junto a mis tres hijos”.

En tanto, la primera voz del trío de guitarristas canta el tema “oh señor…, donde esta mi mamá…, donde está la que siempre nos ayudado. Solo y triste llorando estoy, no puedo vivir sin su amor…”, desgarraba los corazones de los visitantes.



MÚSICA. La música, un aditamento infaltable de esta época, al igual que los resiris, estuvo presente en cada rincón. Tríos de guitarristas competían con k’antus y bandas de música, que recordaban a los familiares de los difuntos el dolor de las partidas. Carlos Tintaya, guitarrista, afirmó que “los dolientes piden dos a tres temas que los recuerde a su padre o madre, esposa o hijo. Son temas que tienen mucho sentimiento”.

Empero, no faltaron la bandas que alegraron la nublada tarde con ritmos de morenada, caporales que al alma, al ajayu, le gustaba, según dicen.

Al final de la tarde, decenas de ramos de flores, entre rosas, gladiolos e ilusiones daban vida a cada una de la tumbas, algunas olvidas, mientras cada ajayu continuaba con su periplo hacía el más allá, apoyado en las cañas como bastón, y cargado de su cantimplora, tokoro (cebolla en flor), además de sus alimentos.





100 mil personas aproximadamente llegaron hasta el Cementerio General. Otro número similar estuvo en El Alto.