Monday, November 9, 2015

Los muertos que moran en el mundo de los vivos

Centenares de ñatitas fueron veneradas en los cementerios de La Paz y El Alto, ayer.

Las ñatitas, figuras de una tradición que despierta sorpresa y pavor en la sociedad paceña, son los muertos que habitan en el mundo de los vivos, y que ayer fueron recordadas con música y rezos en los principales cementerios de La Paz y El Alto.

Desde las cero horas del domingo 8 de noviembre, las calaveras humanas, las ñatitas, fueron veneradas por sus propietarios con alcohol, cigarro y coca, antes de ser trasladadas a los camposantos paceños para la bendición respectiva.

Los antropologos señalan que se llama "ñata o ñato" a aquella persona que no tiene nariz, y como las calaveras presentan esa figura achatada frontalmente, es que fueron denominadas así, ñatitas.

En este día especial, donde la gente deja sus actividades rutinarias para venerarlas y preparar frondosas fiestas, las calaveritas son retiradas de sus improvisadas tumbas, donde los 364 días del año están escondidas y solo sus fieles las visitan para solicitarles favores.



MULTITUDINARIA. La cantidad de gente que se arremolina alrededor de las ñatitas, muestra la cuantía de personas que son partícipes de la ceremonia. Un ritual clandestino al que asisten civiles y uniformados desde hace cuatro décadas, 1960.

Juanito y Javier, uno juez y otro policía, son dos ñatitas que se han ganado el respeto de cientos de sus veneradores.

Durante el año han ayudado a mejorar las relaciones familiares y a otros en florecer su negocio. Pero, el juez es quien ha ayudado a establecer el equilibrio entre el bien y mal, afirma uno de los miembros del presterío, fiesta, a la que cada año asiste junto a la propietaria de las calacas que en un principio atemorizan, pero después inculcan creencia.



FIESTA. Las ñatitas que salen a luz cada 8 de noviembre, se dan cita –primero– en el Cementerio General y –después– en ceremonia de procesión, acompañadas por bandas de música y grupos folclóricos, se trasladan hasta los locales donde se hace una fiesta en su honor. Es el presterío, una fiesta comunitaria, donde hay música, bebida y comida.

Dos ñatitas, de quienes no se olvidan los lunes, son Florita, la estudiante, y Andrea, que viven en la sala de un domicilio particular en El Alto, ambas se han puesto sus mejores galas, coronas y flores, y son veneradas libremente, a diferencia de sus hermanas. Sus “cuidadores” dicen que ellas no necesitan fiesta, sino ser recordadas con mucho cariño y respeto todos los lunes del año. En tanto, una de las pasantes, Lucia Alcón, señala que ellas -las ñatitas- le han dado fuerzas y ayudado en su negocio, para revertir todas las adversidades que hicieron en su contra.



INVESTIGADORES. Asimismo, hay dos ñatitas, a los que cada año mediatizan, Juanito y Juanita, que posee la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (FELCC) de El Alto. Desde 1985 ambas calaveras, según la Policía, han resuelto varios casos.

Los inculpados o testigos, brindan sus declaraciones delante de las imágenes de las dos calaveritas a las que también dan hoja de coca y cigarrillos.

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