Tuesday, November 3, 2015

Todos Santos La Paz despidió a sus difuntos


Las familias se reunieron ayer al mediodía, en el cementerio Jardín, para despedir con globos blancos a sus difuntos. Una imagen emotiva que reflejó un episodio de la cultura y tradición boliviana.

Globos blancos, simbolizando el alma del ser querido, fueron soltados ayer al mediodía, por niños en la parte superior del Cementerio Jardín de la zona Sur, cumpliendo la tradición boliviana de despedir a las almas.

El acto se dio luego de una misa al aire libre, en la que el padre que ofició el acto, renovó los votos de fe de los feligreses, que se dieron cita en el lugar, para cumplir con la tradición de Todos Santos de “despachar” a las almas, que nos visitaron desde el día anterior.

Los familiares ataron, a los ramilletes de globos blancos, escritos en cartulinas, los nombres de sus seres queridos que partían en esta fiesta.

Luego, un grupo de niños, se dirigió al centro del campo santo y soltó los globos ante la alegría de los familiares mayores que repetían “hasta el año”.

Posterior a este singular acto, los presentes se acercaron a las mesas (ofrendas con variedad de panes frutas y dulces) que se habían armado alrededor del altar, donde se ofició la misa y luego de haber cumplido con la oración correspondiente, por el alma del difunto, procedieron a servirse los alimentos.

Estos actos, que son parte de nuestra tradición se repitieron en distintos puntos de la ciudad de La Paz y el país, donde los familiares visitaron los cementerios, para despedir a las almas de sus seres queridos.

Según la tradición, las almas partieron ayer al mediodía, después de visitar a sus familiares por un día. En el Cementerio General de La Paz, las familias despidieron a sus difuntos en medio de flores, frutas y música.

Rumbo al Cementerio General, las calles tenían un ambiente característico de la fiesta de Todos Santos. Los globos y flores sirvieron de antesala para despedir a las almas hasta el año que viene.

Antes de que las almas se marchen las familias honraron a sus antepasados, con lo que más les gustaba beber y comer. La gente ayer acudió masivamente a los cementerios a cumplir con una de las tradiciones más arraigadas, el armado del mast’aku, como se denomina a la mayor ofrenda que reciben los difuntos estos días.

En este año al igual que en anteriores, la llegada de las almas, al mediodía del viernes, estuvo marcada por el armado de mesas, con abundante comida, fruta, bebida y masitas.

Las mesas o mast’aku preparadas en honor a las “almas nuevas” fueron las más abundantes y coloridas. Los rezos, cánticos y rimas en idiomas nativos no estuvieron ausentes, puesto que cientos de niños y niñas, en su mayoría, visitaron las casas de los dolientes, para rezar con instrumentos musicales.

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