Sunday, November 1, 2015

Tras festividad de Todos Santos Creyentes listos para compartir con “ñatitas”

Cada ocho de noviembre algunas personas tienen la costumbre de rendir culto y devoción a la “ñatita” o “calaverita. Según la socióloga y asistente técnico en investigación de la Secretaría Municipal de Culturas, Vida Tedesqui, conforme la lógica prehispánica, este tipo de ritos se realizan, porque la gente quiere compartir con los difuntos.

Al octavo día del mes de noviembre, desde hace años, se viene rindiendo culto a la “ñatita”, actividad que antes era visto como algo malo y sólo los ladrones y otros sectores de la población realizaban. Sin embargo, esta actividad cada vez fue extendiéndose de forma visible.

“Antes lo realizaban las prostitutas y otros, pero ahora el Cementerio se ve colmado por la festividad, a las ñatitas se les ofrece cultos”, declaró a EL DIARIO Tedesqui.

En la actualidad la gente que brinda devoción a los muertos, lo hace realizan no sólo elevando rezos, sino también les proporcionan música, desde “qantus” hasta mariachis. “Muchas veces se realiza un preste a la ñatita, una celebración”.

“Ha sufrido una hibridación, no todo es blanco o negro, se interrelacionan ese proceso de la interculturalidad, de alguna manera se agradece los servicios de la ñatita (…) Se interrelacionan las relaciones interculturales, si antes estaba mal visto, desde la visión occidental, desde la visión andina, los muertos cumplen una función social, entonces esto estaba de manera clandestina”, complementó.

Según la documentación proporcionada a EL DIARIO, por parte de la Alcaldía “Fiesta de Todos Los Santos y las Ñatitas”, el culto y devoción a la “ñatita” o “calaverita” es una práctica simbólica que está relacionada con la Fiesta de Todos Santos.

“En la concepción andina, existe la visión de la reciprocidad entre los vivos y los muertos, en este caso se acude a la fuerza sobrenatural del mundo de los muertos para solicitarles fertidlidad en los campos, en el ciclo agrícola los aymaras continúan convocando hasta hoy a sus ancestros a través de la celebración de la fiesta de los ajayus y rituales a las calaveritas”, señala el texto que fue producido por por el municipio paceño.

CEMENTERIO

El Cementerio General de la zona de Callampaya, en la ciudad de La Paz, se constituyó en un espacio para rendir culto a las calaveritas.

Cumplida la primera semana del mes de noviembre, en la puerta trasera del camposanto, exactamente donde está ubicada la estación de la Línea Roja del teleférico, la gente empieza con el desentierro de las calaveritas. Lo deben realizar con cuidado para no entorpecer el trabajo.

De ese modo, cada ocho de noviembre, mucha gente acude llevando los cráneos ya sean desenterrados o los que lo hayan tenido en su casa, lo llevan hasta el Cementerio General, lugar donde le atavían con gorros, aretes, le ponen cigarrillos, coca, entre otros elementos.

RITO

Según el documento “Fiesta de Todos Los Santos y las Ñatitas”, la octava de Todos Santos, se celebra el culto a la ñatita. El ocho de noviembre se concentran en el atrio del Cementerio General los devotos que esperan ingresar al interior del tempo con sus calaveritas para hacerlas bendecir con el sacerdote católico.

La gente que idolatra a las ñatitas, también acostumbra poner un nombre, el cual es revelado, por lo común en sueños, relata Tedesqui.

“Las ñatitas son llenadas de flores, coca y más, hay que cumplir una especie de rito todos los martes y viernes se los tiene que hacer fumar y con mayor fuerza en noviembre. También se les pone nombres (…) Se dice que el nombre es revelado en los sueños”, relató.

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