Saturday, January 2, 2016

SABEMOS QUE ESTA NOCHE HARÁS TUS RITUALES FAVORITOS PARA RECIBIR DE LA MEJOR MANERA ESTE NUEVO AÑO,

Una noche en la que juegos, cábalas y rituales se combinan formando una especie de locura general donde los gritos, los saltos y las corridas son protagonistas. Y claro que cada año alguien llega con una nueva actividad que se suma a ese éxtasis cabalero que caracteriza cada fin de año con la intención de dejar atrás lo malo y recibir el nuevo ciclo con la mejor de las energías.

Te contamos cuáles son las cábalas de fin de año más tradicionales. Elige la que más vaya contigo y ¡Feliz Año Nuevo!

Vestirse de blanco

Hace unos cuantos años empezamos a vestirnos todos de blanco. Esta tradición de Año Nuevo tiene que ver con atraer la buena salud y alejar las enfermedades. Puedes combinar tu ‘outfit’ con accesorios de color y darle un toque personal a tu look de año nuevo.

Enterrar la pobreza

Unos minutos antes de las 12 cada uno busca una moneda y la entierra en algún lado del jardín (o maceta en su defecto) al grito de “entierro mi pobreza”. Cada uno pone una marca para asegurarse de encontrar su moneda una vez empezado el nuevo año y poder desenterrarla en forma de “riqueza”.

Hacer la cuenta regresiva

El clásico conteo no podía faltar entre nuestras cábalas de Año Nuevo. A medida que se acerca la hora vamos sincronizando los relojes y definiendo cuál va a ser el que vamos a tomar como referencia. No faltan las clásicas peleas de “todavía faltan 2 minutos” o el infaltable “¡esperen que servimos las copas!”.

Saltar de la silla

Unos minutos antes de la medianoche ya estamos todos subiéndonos a nuestra silla listos para dar el gran salto cuando se cumplen las 12 en punto. Comenzar elevados el nuevo año, hará que tengamos doce meses de ascenso.

Con el pie derecho

Todos conocemos el viejo dicho que nos dice que empezar con el pie izquierdo trae malos augurios. Por eso, qué mejor forma de comenzar un nuevo año que hacerlo con el pie derecho. ¿Cómo lo hacemos? Al saltar de la silla tenemos que asegurarnos de caer en el suelo solamente con el pie derecho.

Brindar con un anillo

No importa si somos o no cabaleros. Si hay algo que nunca puede faltar en este festejo es el brindis de Año Nuevo. Las mujeres colocamos un anillo en nuestras copas en señal de buena suerte e -intentando no volcarla por completo al dar el salto al suelo- brindamos con el resto deseando un buen comienzo de año.

Además no puede faltar la cruz de champagne que se pinta en la frente de niños y grandes.

Las 12 uvas

Esta es otra de las tradiciones más conocidas para el 31 de diciembre. Cada uva simboliza un deseo que se cumplirá en cada mes del año entrante.

Algunos deciden adaptarla y ampliar las opciones de las uvas a maní con chocolate, confites, pedazos de turrón o cualquiera de las opciones que se incluyen en la mesa. Cada uno elige lo que más le gusta pero debe contarlas y tenerlas en la mano antes de subirse a la silla.

Llevar un bolso

Se dice que con este ritual aumentamos las posibilidades de viajar durante el año siguiente. Así que nosotros pensamos que nunca está de más tomarse unos minutos antes de las 12 para ir a buscar un bolso, cartera (incluso los más creyentes se agarran una maleta) para darle una mano a la buena suerte.

Dar 12 vueltas a la mesa

Girar alrededor de la mesa 12 veces es otra de las cábalas para esta noche, teniendo en cuenta que la regla de empezar el año con el pie derecho, no termina hasta concluidas todas las vueltas. ¡Sí! Aunque parezca de locos las damos saltando en un solo pie.

Desenterrar la riqueza

Una vez que terminamos de dar las vueltas y nos tomamos unos segundos -o minutos- para reponernos, llega el momento de recuperar nuestra moneda. Entonces al grito de “desentierro mi riqueza” la sacamos y la conservamos durante el resto del año. (Claro que solo unos pocos realmente consiguen guardarla sin confundirla con el resto y gastarla por error). /

En resumen

Así que, recopilando: agarramos el bolso, tenemos las 12 uvas, llenamos nuestra copa, nos subimos a la silla, contamos para atrás y saltamos a las 12 en punto usando toda la concentración posible para caer con el pie derecho y no derramar el champagne en el intento.

Después brindamos, recibimos la cruz de champagne, comemos las 12 uvas -o lo que más nos guste- y tomamos unos tragos para bajarlas. Nos preparamos entonces para comenzar (con bolso en mano y terminando de tragar las uvas) a dar las 12 vueltas correspondientes mientras recibimos empujones de los que intentan pasarnos.

Por último, desenterramos nuestra riqueza (si es que no olvidamos de marcar en qué porción de tierra la habíamos enterrado) con la intención de que nos espere un año con trabajo y prosperidad.

Y así es como empezamos el año. Entre una combinación eufórica y muy divertida de cábalas, risas y felicidad. Podemos pecar de supersticiosos pero este es el momento del año en el que sacamos todos los rituales a la luz.

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