Wednesday, June 22, 2016

Tiwanaku recibió desgastado las primeras horas del solsticio



Su protagonismo mengua y sus piezas se deterioran. Tiwanaku, otrora principal centro ceremonial del Año Nuevo Aimara en Bolivia, recibió desgastado el 5524. El sol rasante y la lluvia pasan cuantiosas facturas a sus restos arqueológicos y el descuido de las autoridades merma la llegada de visitantes.

Menos de 1.000 personas acudieron a recibir los primeros rayos del sol en las ruinas del centro sagrado y apenas 2.000 se trasladaron al poblado, distante a 70 kilómetros de La Paz. “Es un poco menos que años anteriores, pero eso se debe a que hay más puntos para recibir el solsticio de invierno y la población prefiere acudir a los lugares más cercanos a sus casas”, explicó a EL DEBER el ministro de Culturas, Marko Machicao.

Los que acudieron, en su gran mayoría universitarios, tuvieron que hacer fila por más de una hora para ingresar al templo de Kalasasaya, que fue acordonado por razones de seguridad.

Primero ingresaron turistas extranjeros, luego los nacionales y de último las autoridades nacionales, a la cabeza del vicepresidente Álvaro García Linera.

En el Chaco
Por primera vez se celebró en Itanambicua, comunidad indígena situada a pocos kilómetros de Camiri y que mantiene sus usos y costumbres ancestrales, el ritual de la cultura guaraní que marca el inicio de un nuevo amanecer: el Lucero del Alba. En la lengua nativa chaqueña se lo denomina Yasitata Guazú y también Koe Mbia

Según las creencias guaraníes, la llegada del Koe Mbia trae energía y paz y determina si un año será próspero o no. “Esperemos que el Lucero del Alba llegue hasta los corazones de nuestros gobernantes y autoridades para que escuchen nuestras necesidades de desarrollo integral”, dijo Ernesto Arteaga, mburuvichá comunal (jefe) de Itanambicua


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