Saturday, July 30, 2016

La rogativa de Tomayapo. Un ritual chapaco de llamado a la lluvia



María Clara Zeballos Puccherelli(26) Antropóloga

“Al patroncito San Francisco lo traen por las pampas. Hay que darle limosnita. Lo hacen sentar en noviembre por toda la zona, le pagan y lo sacan a su iglesia. Si está muy blanco o triste es que la sequía seguirá, pero si está con las mejillas rojas lloverá” (Remigia Segovia, 75 años. Tomayapo(27)

Resumen
Los estudios socioculturales en la región sur de Bolivia, concretamente en el departamento de Tarija han sido escasos aunque valiosos. Descubrir la conformación étnica e identitaria de esta región es un reto que se consolida con los años en investigaciones de diversa índole. En la oportunidad presentamos un artículo cuyo tema de estudio es un ritual agrario campesino denominado como “Rogativa” realizado para el caso en el cantón de Tomayapo en el norte tarijeño, lugar de tránsito entre la zona alta y los valles interandinos que refleja en sus expresiones culturales indicios de culturas andinas y resultados de procesos de evangelización colonial. Hoy en día, los tomayapeños, hombres de tierra y sociedad agrícola siguen entregándose a la voluntad divina para lograr sobrevivir en estas áridas tierras a través de expresiones culturales como las estudiadas.

Introducción
La preocupación por la lluvia es un tema que atañe de sobremanera a las culturas agrícolas, y los pedidos para volcar la voluntad divina en favor de los hombres se convierten en rituales que se realizan en la medida en que se necesite de ella para el riego de los cultivos, y con ello alcanzar del bienestar de la comunidad asegurando la continuidad sociocultural a través de las generaciones.
Tomayapo es un valle situado a los pies de la cordillera de Sama, a 85 km de la ciudad de Tarija, forma parte del municipio El Puente, en la Provincia Méndez. Se ubica de esta manera en las puertas al altiplano tarijeño, conformando un paisaje rodeado por imponentes cerros que le otorgan una geografía peculiar. Valle conocido en otrora por la producción de fruta, en especial el durazno, es alimentado por los ríos Tomayapo y San Juan del Oro, pero que en la actualidad sufre procesos impactantes de migración de sus habitantes que se refleja en el vaciamiento y abandono de las casas de adobe que dibujan los poblados que componen el cantón. La sequía de las últimas décadas ha arrasado con la capacidad de supervivencia de estos hombres de la tierra, pero que no ha aplacado con el sentido de fe y devoción a su santo patrón San Francisco de Asís.
El tema que se estudió en esta comunidad es el ritual agrario de la Rogativa, una manifestación de pedido de lluvia que hunde sus raíces en un pasado colonial y que ha sido impregnado de representaciones locales de latitudes andinas, denotando una simbiosis de sentidos y significados en la religiosidad que vive y experimenta el tomayapeño.
Con el mismo se quiere rendir un homenaje a los habitantes de Tomayapo, quienes portan en sí mismos la difícil, pero no imposible, tarea de salvaguardar su tradición cultural y es la acción que han tomado en los últimos años avizorando la necesidad de mantener la identidad y el sentido colectivo de sus habitantes. A ellos, mis agradecimientos por su amable acogida para realizar el registro piloto de la Rogativa del cual es fruto este trabajo.

Asentamientos prehispánicos en la zona de estudio.
Sin lugar a dudas la investigación arqueológica en Tarija se ha quedado estancada dejando vacíos en el conocimiento de los asentamientos prehispánicos en estas tierras, sin embargo para acercamos a la historia de los habitantes de Tomayapo nos hemos referido a investigaciones realizadas en la Cordillera de Sama y Río San Juan del Oro, por ser este afluente una de las fuentes hidrológicas que alimenta el valle del cantón de Tomayapo, apoyándonos en la teoría de la difusión cultural, en este caso en la co-tradición andina(28). Si bien es un apoyo, es necesario confirmar e indagar en material arqueológico local para tener un conocimiento más certero.
Seguramente, antes de los aymaras, hubieron en el espacio chapaco poblaciones más antiguas. Vino Tiwanaku, después el Reino Colla y, más cerca de nosotros, las configuraciones quechuas-incaicas. Sucesivamente fueron los españoles y finalmente se organizó la etapa propiamente “chapaca”. Sin embargo hay que reconocer que estas llegadas se escalonaron en las atalayas andinas... Tarija, zona liminar entre configuraciones territoriales diferentes, asumió características diversas, al paso que se integraba en los moldes de otras sociedades... evidentemente la ligazón andina fue preponderante por la diversidad de los productores de la tierra. (Calzavarini, 1994)
Los trabajos que refieren a la región indican que la zona alta del departamento de Tarija estuvo habitada por los indios Chichas, un señorío aymara cuya datación cronológica los sitúa después de la caída del Imperio de Tiwanaku alrededor de los siglos XV y XVI y sus asentamientos en regiones de la puna y sur al extremo de la actual Bolivia, en valles como Tarija y Tupiza.
Según Waldemar Espinoza Soriano, los Chichas, considerados como una sociedad compleja y guerrera, vivían al norte de los Churumatas, en territorio de la actual Tarija. También enviados al sur como mitmaq de los inkas entre los Churumatas, para resguardar la delicada frontera con los Chiriguanos, labor que cumplieron con valentía, lo que hizo que sean declarados orejones o inkas de privilegio. (Michel y Rivera, 2008:320)
Por lo mismo en este trabajo se ha optado por pensar en una continuidad cultural andina(29) con presencia en el actual valle de Tomayapo, ya que ciertas manifestaciones y expresiones de la tradición oral nos remontan a la cosmovisión andina quechua-aymara que se han establecido en estos territorios como producto de enlaces multiétnicos, y que hoy en día se manifiestan en las expresiones culturales inmediatas, insertadas en un sistema social complejo de denota múltiples influencias.

“La Rogativa”, ritual agrario cristiano
La Rogativa es un ritual procesional muy antiguo característico de las sociedades agrarias, donde el acceso del agua depende de la voluntad divina, ubicando su origen en España medieval, y su función es la de realizar una petición a la divinidad para que pueda propiciar lluvia en época de sequía, y para ello la imagen del santo o la virgen de la comuna es sacado de su iglesia y llevado por el pueblo, acompañado de rezos y cantos, la comitiva está representada por el sacerdote del pueblo y los feligreses.
Las Rogativas forman parte de la liturgia católica y consisten en súplicas solemnes realizadas por los creyentes, destinadas a pedir a Dios por los frutos de la tierra y diversas necesidades, empleando un conjunto de intercesores, por lo común santos o reliquias veneradas en las iglesias locales o en santuarios de ámbito regional. (Cuadrat, 2012:03)
Este ritual agrario llegó a América con la colonia, y su reproducción por las poblaciones indígenas se da mediante los procesos de evangelización, donde las doctrinas y las reducciones fueron usados como métodos de inculcación de la religión cristiana, constituyéndose en una institución organizada y planificada, desarrollando como técnicas introductorias las procesiones, cofradías, peregrinaciones, fiestas, etc., en un intento de reproducción y escenificación de la liturgia cristiana.
Hay pocos casos registrados en Latino América de la realización de Rogativas. Una hipótesis probable es que hayan estado relacionadas con el origen de los españoles asentados en las distintas regiones donde se dieron, ya que la Rogativa encierra en sus raíces prácticas paganas de culturas pre cristianas del noreste de España(30), ya que “pueblos y civilizaciones de la más variada índole han recurrido siempre al elemento mágico o al ceremonial y sentimiento religiosos para provocar la lluvia bienchechora(31)” por ello la referencia histórica encontrada más cercana a nuestra geografía sería en Santa Fe la Vieja en Argentina, donde hay registros de esta manifestación desde 1592.
Tomemos un ejemplo (bien podía ser hispano peninsular):
“En Santa Fe la Vieja se hizo la primera rogativa en 1592. El 17 de abril de ese año, el cabildo resolvió por unanimidad pedir al vicario que hiciera tres procesiones por la gran sequía por falta de agua. Esta gestión debía hacerla el cabildo en pleno y notificar a la vez al señor vicario que los alcaldes Pedro de Oliver y Feliciano Rodríguez estaban encargados de pedir a los vecinos en nombre del cabildo, la limosna que se haría a la Iglesia por esos servicios religiosos; pero luego de un cambio de ideas y teniendo en cuenta los grandes prejuicios que causaba la sequía de ese año, resolvieron que en vez de tres fueran nueve las misas que se harían decir a la madre de Dios nuestra Señora bendita”. (Duviols, 1983:202)
El hecho de ser San Roque “abogado para los contagios y pestes”, calamidades recurrentes que afectaban a la población en general, inspiraba expresiones devocionales que se plasmaban en la organización de rogativas, novenarios y procesiones que no se celebraban necesariamente en su iglesia. Las mismas implicaban sacar la imagen del santo de su templo, ponerla en circulación por las calles y, en ocasiones, depositarla por varios días en otras iglesias. (Morinoni, 2011:26)
En Tarija, la Rogativa se desarrollaba en la mayoría de las comunidades del Valle Central hasta hace unas décadas, y pertenecía a un calendario de fiestas espontáneas, es decir que se van realizando en la medida en que los ciclos naturales y agrícolas lo van requiriendo, y son aquellas relacionadas con los animales, la tierra, la necesidad de lluvia, el agradecimiento por la siembra y cosecha, la preparación para las fiestas religiosas, la concepción de la muerte, etc., y por lo mismo no están determinadas en los calendarios folklóricos/ culturales formulados.
“Para acompañar a la Virgen, al Niñito cuando no llovía, había sequía entonces iban a la Iglesia, por ejemplo de ahí de mi casa de mi lugar más allá hay una iglesia que se llama El Cóndor ahí hay la Virgen de la Candelaria que tiene su Niñito ahí, lo sacaba al Niñito para la rogativa para que llueva y haiga cosecha, asique yo chiquito ahí sobre la piedra, rodilla pelada, rezando para que llueva para pedirle a la Virgen que llueva y así sabían hacer esos años, era importante llovía era milagro de la Virgen María, milagro del Niño Dios” (Justo Soto, Comunidad Junacas el Cóndor, 29/4/13)
Tomayapo es uno de los últimos estribos territoriales donde se realiza la Rogativa(32), y su procedimiento sigue las pautas expresadas en otras fuentes históricas, así la siguiente descripción(33) es fruto del trabajo de campo realizado el 17 de noviembre de 2013, cuando se presenció esta manifestación en dicha comunidad.
Es un espacio geográfico que en los últimos años se ha caracterizado por su sequía, y ha sido el motivo del abandono de cerca del ochenta por ciento de sus habitantes(34) durante varias décadas. Su paisaje se torna arisco y el calor en verano abrumador, y el frio que hela la poca producción en invierno, han convertido a Tomayapo en un pueblo donde se impone el silencio y las viviendas abandonadas.
Pero la colectividad no ha desaparecido, pues son las fiestas comunales las que reúnen a todos los tomayapeños venidos de distintos lugares para congregarse en tomo a la alegría de la reunión familiar. La fiesta que es más conocida en este cantón es la que se realiza en recordatorio a su santo San Francisco de Asís él 4 de octubre de cada año, también denominada “La fiesta de los michizos” nombre que se otorga a los bailarines - promesantes guardianes del santo, mismos que se caracterizan por la representación de personas negras y el rasgado de un caparazón de quirchincho, que con el pintado del rostro de los bailarines despierta mucha curiosidad sobre su origen. En esta fiesta es cuando se determina la fecha de realización de la Rogativa, iniciando quizás un ciclo que invita a ser estudiado.
La Rogativa es un ritual que aún se mantiene, pero que se queda con el tiempo en manos de los lugareños más cercanos, quienes arriban ese día para hacer bendecir sus cultivos con el patroncito, e intentar de esta manera estar protegidos contra las inclemencias de la sequía cuando San Francisco haga llover.
“Con esta imagen como es el patrón de Tomayapo, de todo el río de Tomayapo...ehh le tenemos una fe, una devoción que también ha quedado de muchos años, añadas que ha salido la Rogativa, en el mes de noviembre le sacamos siempre, no es fecha fija pero en ese mes lo sacamos a hacer su Rogativa. La Rogativa pretende en que nosotros salimos y la gente que está allá en sus propiedades, parcelitas están esperándolo a él ya con sus asientitos ahí con sus refresquitos, cualquier cosita para invitar a la gente y más que todo su limosna para el patrón, sus flores, si tienen cebollita, papita le ponen ahí unas dos, tres papitas, cebollitas eso es para que el eche la bendición a la agricultura, esa es la fe la devoción que tienen, esa es la Rogativa, todos le esperamos ya sabemos, el cuatro de octubre el día de su fiesta decimos tal fecha va a salir el patrón de aquí de La Parroquia y vamos así, un día vamos hasta San Francisco, el segundo día a la Quemada, el tercer día ya llegamos a Chinchilla, y ya retornamos, y la gente ya está esperando. Esa es la Rogativa nosotros siempre dentro de la Rogativa vamos pidiéndolo, vamos rezando rosario ya tenemos lugares especiales para rezar el santo rosario a la virgen y ahí pidiéndolo. Lo más importante que nosotros pedimos es la lluvia para nuestros campos que lo necesitamos tanto allá en Tomayapo es un lugar seco que no tenemos agua” (Estanislao Velázquez, Tomayapo)
El ritual comienza con la llegada de los pocos habitantes de aquellos poblados que están bajo la “jurisdicción” del patrono, arribando en el bus que sale a las seis de la mañana con rumbo a la ciudad y que los deja en la plaza “El Tomayapeño”.
Luego de haberse reunido, comienza la preparación al santo en la parroquia de la localidad del mismo nombre, realizado por personas adultas de la comunidad y algunos niños. Don Estanislao Velázquez(35) es el encargado de dirigir el proceso, es el “Esclavo Mayor” como se denominan jerárquicamente dentro de la cofradía de los guardianes del patrono. A falta de un cura que encamine el acto litúrgico, Estanislao comienza ofreciendo una bendición al santo rezando y cantando junto con las pocas personas presentes pidiendo a San Francisco bendiga los cultivos y haga llover.
Primero comenzaron limpiando las andas donde se coloca el santo para trasladarlo, era de madera pintado de color dorado, después bajaron al santo de su vidriera en el altar para colocarlo allí, adornado con citas, un rosario grande de madera y una cubierta de tela blanca para que no se ensucie con el polvo del camino. (Extracto Diario de Campo, 17/11/13)
Al culminar, salen todos los participantes de la iglesia alzando al santo en sus hombros, comienza la procesión acompañada de algunos participantes y un tambor que va anunciando a lo largo del camino la llegada del patrón a las chacras. Años antes, la música estaba representada por el erque y el violín, instrumentos originales de los chapacos lo que expresa la continuidad cultural con el Valle Central, ahora debido al fallecimiento de los músicos y la imposibilidad de su transmisión, la Rogativa es acompañada sólo con el tambor.
Cuando salieron de la iglesia eran pocas personas, unas diez contando unos niños quienes llevaron los bombos y cuetillos. Comenzaron y bajaron por un caminito a la derecha de la iglesia, hasta bajar al camino principal de la plaza, de ahí subieron la loma para ingresar a los sembradíos, que se encuentran a la orilla del río Tomayapo... Sobre la música, nos contó que antes la procesión era con erque y violín (por la época de lluvia) pero que ya se habían muerto los músicos y no había a quién enseñarle, y por eso ahora solo tienen tambor. (Extracto Diario de Campo, 17/11/13)
Existen lugares donde se reza grupalmente al santo, es Estanislao el catequista y michizo mayor el que lleva la cuenta del rosario, el primero de ellos es bajo la sombra de un gran nogal, cerca del poblado y a puertas de los cultivos, se constituye en la primera parada de la Rogativa, donde a través de rezos y cantos se pide a San Francisco bendiga los cultivos que va a visitar en los próximos días.
Se apostaron todos bajo un nogal muy grande (para este momento se triplicó el número de participantes) que daba una buena sombra, pusieron al santo en el medio y todos se sentaron o arrodillaron alrededor de él, el rezador se hincó frente al santo y comenzó con el rezo del rosario. Entre cada conjunto de padres nuestros, todos cantaban el ave maría, en una solemne sincronización. Así rezaron todo el rosario, después algunas personas le dieron monedas y flores, y le rezaron personalmente y en silencio. (Extracto Diario de Campo, 17/11/13)
La primera parada es la chacra más cercana al poblado, donde comienza la primera “Sentada” ya que se lleva la imagen del santo hasta el lugar, se lo sienta y se deja que los dueños del lugar se hinquen a rezarle, le den flores y dinero, a “cariño” del creyente, al culminar se hacen pisar por la imagen y continúa la procesión, pues el camino es largo hasta recorrer las localidades que están bajo el resguardo de San Francisco, la gente se va sumando en la medida que avanza el santo.
Este ritual procesional en la actualidad tiene una duración de casi tres días, donde se lleva a la imagen de La Parroquia, a San Francisco, luego a Quemada, a Loros culminando en Huancar. En la segunda población se estima un almuerzo comunitario y la misa con un sacerdote, quien es llamado desde Tarija para estas procesiones, fiestas y funerales, es así que es la gente que vive en los poblados las que con gran devoción cuidan de sus capillas y santos.
Siendo tan largo y agotador el camino, es obligado pasar la noche en los poblados, especialmente la imagen del santo, a quien hacen “dormir” en las capillas donde arribó en la oscuridad de la noche. A la mañana siguiente todos se preparan para continuar subiendo por las pampas y cumplir con todos los devotos del santo. La culminación se realiza en Loros, en Pampa Grande, el lugar donde se cree el santo realizó su primera aparición, allí con la misa propiciada por un sacerdote venido de la ciudad, es cuando acaba el ritual por el año.
La fiesta no concluye con la adoración de los michizos, sino que es el comienzo de lo que luego continúa con la peregrinación y procesión del Santo Patrono por todas las comunidades del Valle de Tomayapo, comenzando por la comunidad de la Parroquia, pasando por las demás comunidades como Loros, San Francisco, Santa Rosa, Baltazar, Pucupampa, Huancar, Chinchilla. Desde Chinchilla se saca la imagen de la Purísima con la que se da alcance a la procesión y luego continúan juntos hasta Chinchilla, a su paso los comunarios hacen bendecir sus terrenos y cultivos, la fecha de inicio de la rogativa se la realiza en mutuo acuerdo entre los promesantes el 4 de octubre en ocasión de la adoración, siendo esta por lo general en la primera quincena de noviembre. (Soruco, S.F. tarijaturistica.com)
La tradición oral narra que hasta hace seis años la Rogativa de La Parroquia se sumaba con la de Chinchilla, un poblado más abajo que tiene como protectora a la virgen de La Purísima. San Francisco “bajaba” y La Purísma “subía” para darse encuentro en Monte Grande y continuar juntos bendiciendo los poblados. Ahora con el despoblamiento de las comunidades y del cantón este encuentro entre regiones ha quedado en el pasado, ya que son pocos los participantes de estas procesiones.
“Antes había mucho más vecindad en Chinchilla, salían, ellos tienen la virgen de La Purísima patrona de Chinchilla...ehh...salían con la virgen, el día que nosotros salíamos de La Parroquia ellos salían de Chinchilla y el encuentro era en Monte Grande ahí hay un lugar que se llama Monte Grande ahí era el encuentro de la virgen con el patrón y de ahí recorrían ya junto los dos para abajo” (Estanislao Velázquez, Tomayapo)
Este encuentro entre divinidades, nos remonta a la cosmovisión andina de los opuestos complementarios, donde lo masculino (San Francisco) y lo femenino (La Purísma) son dos partes opuestas de un mismo sistema cósmico, donde la paridad de los entes divinos y naturales es la base de las relaciones económicas, sociales y políticas de los territorios andinos. Una investigación más profunda de este proceso puede dar luces sobre la organización política y religiosa del territorio, para obtener un acercamiento a la conformación de Tomayapo en sus raíces andinas.

La imagen del santo
Es conocido en tierras americanas que la presencia de santos y vírgenes venerados en distintos lugares, tienen el común denominador en su historia lo de “moverse”, es decir que aparece y desaparece del lugar donde ha realizado su primera aparición, la que finalmente será donde se construya su santuario o adoratorio.
En Tomayapo esta historia se repite con la imagen de San Francisco, los lugareños cuentan que su primera aparición fue en un lugar denominado localmente como “Morro Santo”, en la comarca de San Francisco, en el que volvía a aparecer después de haber sido traslado, incluso la historia oral menciona que lo encontraban en el río (Tomayapo), donde estaba mojado, y el ritual de la Rogativa avanzaba por la orillas de este río, ya que además las parcelas se encuentran a sus costados.(36)
“Bueno ahora respecto de nuestro patrono San Francisco de Asís es una historia muy larga que nuestro patrono ha aparecido dice...según la historia de nuestros antepasados ha aparecido ya debe ser muchísimos años porque todavía cuando él ha aparecido la iglesia disque era una iglesia pequeñita que no tenía más que una torre pequeñita...apareció el patrón, se lo ha encontrado en un lugar abajo en la comarca San Francisco y de ahí se lo han traído, el que lo ha encontrado es de Lluscayo(37) y él se lo ha encontrado y se lo ha traído aquí, como Lluscayo corresponde a La Parroquia se lo ha traído a La Parroquia y lo ha puesto en la iglesita y de allá se desaparecía el patrón, dice según la historia desaparecía él, estaba unos días cuando iban a verlo no había ya en la iglesia...lo encontraban cerca del río por ahí en esos terrenos por eso hay lugar que se llama mi papa me ha enseñado “el morro santo”...porque aquí lo han encontrado a San Francisco una vez sus ojotas mojaditas” (Estanislao Velázquez, Tomayapo)
El padre Ananias Barreto en su obra hizo una comparación de este fenómeno con la creencia andina de las piedras que se mueven, haciéndonos recuerdo sobre las raíces quechuas que alimentan la identidad sociocultural de los chapacos.
Cuando los quechuas hablan de piedras santos aparecidos en ciertas festividades o santos aparecidos en piedras de nuestros campesinos tarijeños, no hay mucha diferencia, piedras santos de los unos y santos en piedra de los otros... y como los quechuas también creyeron que los santos pueden aparecerse, en cierto momento, en una piedra porque el santo o la virgen quieren que se les rinda culto. (Barreto, 1993:135)
Por otro lado y completando esta visión mágico-religiosa sobre la imagen del santo, los tomayapeños le atribuyen ciertas respuestas a su comportamiento, por ejemplo Don Estanislao tiene la convicción que el santo le habla en sueños para guiar su labor como Esclavo Mayor, y respecto a la respuesta hacia la Rogativa esta se expresa a partir del color en que se pongan sus mejillas para saber si su pedido será concedido. Si se sonroja lloverá, si empalidece seguirá la sequía.
“Ah bueno, ahí tenemos nosotros, siempre tenemos ya una experiencia con nuestro santo, a veces se pone pálido él, sale a su fila está bien amarillo, blanco está su carita entonces como cara de triste está entonces la gente “no va a llover, no va a haber agua todavía “ y a veces está su carita rojita, está como si estuviera sudando entonces “ah ya lueguito ya va a haber agua” y es una experiencia segura que tenemos la gente, ya la gente ya conoce ya dice “luego va a haber agua” es una experiencia eso...si los tomayapeños tenemos mucha fe en ese santo” (Estanislao Velázquez, Tomayapo)
A lo largo de las generaciones los pobladores de Tomayapo han depositado una fe inmensa en este santo, que incluso se afirmaría que no entienden su identidad desligada de él. Quizás esto sea el resultado de los procesos de la presencia franciscana, ya que la iglesia con sus más de doscientos años(38) y su arquitectura que imita el primer diseño de la Iglesia de San Francisco, ha sido parte de un sistema de reducciones en la zona alta de Tarija, que estarían conectadas con las del Valle y Chaco.
“El templo San Francisco de Asís de Tomayapo fue construido aproximadamente el año 1850 en la época de la colonia; actualmente es considerado patrimonio arquitectónico nacional” (http://www.tariiabolivia.net/)
La llegada del santo bien puede estar relacionada con esta misión evangelizadora, y que sea la herencia oral local la que la ha teñido en tradiciones culturales que se remontan a los pasados prehispánicos, incluso los lugareños tienen la creencia de que la imagen apareció en el lugar y que los padres se la habían llevado a la Iglesia San Francisco en Tarija, y de ahí no volvió más que una réplica.
“Pero después ya los franciscanos al ver eso (la imagen del santo) ya se lo han traído aquí a Tarija y de aquí ya no ha vuelto a salir ya, ya se había quedado firme en la iglesia y ya los franciscanos han dispuesto construir seguramente la iglesia según la historia que yo sé y mantengo en unos libros que me lo hizo el padre Lorenzo Calzavarini, una historia ya cuenta esta iglesia desde el 808 que ha empezado a construirse esa iglesia hasta el 858 han construido cinco iglesias la de Tomayapo primero, San Lorenzo , Entre Ríos, Valle de la Concepción, y Padcaya esas son las cinco iglesias construidas en esa temporada, ehh después de eso ya el patrón con lo que lo han traído a Tarija ya formalmente ya se quedó allá” (Estanislao Velázquez, Tomayapo)
Pero la tradición oral prehispánica se funde con la tradición oficial cristiana transmitida en el siglo XIX, ya que el conocimiento que los pobladores tienen acerca de la vida del santo es aquella que se remota a la historia oficial de la iglesia, donde se narra la vida ejemplar de un hombre que dejó la riqueza para unirse a la causa de los pobres.
“Mi tío me decía que eso significa que San Francisco ha sido un hombre de persona rica, su padre ha sido un gran comerciante pero a él le gustaba la pobreza se apegaba a la gente pobre...y a esa gente esclavizada a esos les daba incluso su ropa que su padre le daba se los daba a los mendigos y él se lo colocaba su ropa de los mendigos según su historia ¿no? por eso nosotros representamos a esos esclavos de que andaban con él, los negros” (Estanislao Velázquez, Tomayapo)
Así, por todo lo apuntado se puede observar toda la gama de creencias y cosmovisiones que giran en torno al sentimiento de fe de los pobladores en torno a San Francisco, están alimentadas tanto por raíces indígenas prehispánicas como por el resultado de la religión cristiana insertada en estas tierras con los diversos procesos de evangelización. Una expresión de fe que manifiesta su grandeza en el momento en que es a partir de ella que la gente de Tomayapo construye su colectividad enraizada en una identidad religiosa latente a través de las generaciones.

Lo ancestros enterrados, la leyenda del Caserón
La mitología andina tiene un tratamiento muy especial acerca de la muerte, una de ellas es la concepción de los ancestros considerados como los caciques de los ayllus, los mismos que fueron enterrados en lugares especiales, (apachetas) para que sean protectores de la comunidad. Otra mitología habla de los chullpas como una humanidad aymara que se enterraron u ocultaron en cuevas a la llegada de los españoles(39)
Por lo mismo, lo lugares donde la tradición local indica como enterramientos se constituyen en espacios sagrados, donde el respeto y la veneración de los descendientes los reconoce como lugares con poderes y presencias especiales, relacionándolas con la salud-enfermedad.
Aún hoy en día abundan los relatos folclóricos que hacen referencia a enfermedades sobrenaturales causadas por indebido acercamiento a un lugar ancestral de entierro o por descuido en la manipulación de los restos mortales de “los antiguos”. La investigación etnográfica en los Andes bolivianos y argentinos arroja luz sobre el “mal de los chullpas o pilladura de los gentiles” (Bianchetti, 1996) que puede afectar a quienes visitan las ruinas o antigales en horas no apropiadas. (Ceruti, 2012:04)
Desde la perspectiva folklórica tradicional las momias no constituyen solamente objetos pasivos para el estudio científico de la enfermedad en épocas pretéritas, sino que funcionan como sujetos activos capaces de causar enfermedades sobrenaturales - aikadura o pilladura de los chullpas - o bien de convertirse en eficaces intercesores por la salud de los vivientes, de acuerdo con la naturaleza del vínculo que se establezca en cada caso con ellas. (Ceruti, 2012:10)
La tradición oral es una de las fuentes que queda hoy en día para el acercamiento a las realidades sociales más inmediatas, así en Tomayapo los comunarios señalan a sus antepasados enterrados en unas lomas del vallecito, denominada El Caserón donde la herencia cultural ha construido un acercamiento con los elementos arqueológicos enterrados en el lugar, construyendo una identificación con ellos en líneas de parentesco, dotándolos de poderes capaces de influir en la salud de los que se acercan a las ruinas.
“Si usted va a cavar en una tumba de esas ahí están con carboncito, ellos se enterraron con su fuego todo eso para vivir allá...entonces pero...entonces es que esos son...nosotros lo llamamos los Cacerones ahí la gente, se encuentra ahí, se encuentra eh hilos se encuentra, cositas de estaño se encuentra a veces así en esas tumbitas ollas también se encuentra, platitos también, entonces quiere decir que se enterraban ellos de miedo por no morir a manos del español se enterraban para salvarse ahí morían más rápido seguramente no?....esos cacerones” (Estanislao Velásquez)
“Si te acercas mucho, los huesos se te introducen y producen heridas que no sanan”, relata Nilo guardando su miedo para sí mismo” (Nilo Soruco, Tomayapo(40))
Aun así, como en muchos lugares de la región, un relevamiento arqueológico arrojará luces más precisas sobre la datación de estos restos y su ligazón cultural con la tradición oral de Tomayapo y el establecimiento de la continuidad cultural con la zona andina, valle central y norte argentino.

Conclusiones
La Rogativa es un ritual de pedido de lluvia propio de culturas agrarias que llegó a ser replicado en América a través de los procesos de evangelización y asentamientos españoles en diferentes regiones. Una de ellas es el valle tarijeño, donde era una práctica insertada en la cotidianidad campesina pero que hoy en día solo quedan resabios en algunas comunidades.
Una de ellas es Tomayapo, que se constituye en sitio de tránsito entre los valles y la zona alta de la región, y por ello las identidades culturales que expresa están sumergidas en contextos y cosmología andina prehispánica, la vivencia de una religión católica cuya fe hacia San Francisco es uno de los elementos de continuidad sociocultural más fuerte de este cantón.
La antropología nos permite estudiar manifestaciones culturales inmediatas con las posibilidades de que a partir de ello se pueda explorar en el pasado y en la historia que determinaron las configuraciones identitarias de los grupos. Así, el estudio de la religión y sus expresiones populares es un abordaje que brinda una infinidad de posibilidades de investigación, y que en la región del sur de Bolivia aún se encuentra en sus inicios, proponiendo pautas epistemológicas y metodológicas que reflejen las peculiaridades culturales de la región e iniciar un proceso comparativo con la macroregión donde se inserta el valle tarijeño y poder establecer de esta forma continuidades culturales que permitan ampliar el panorama histórico y la memoria colectiva de esta región.
El trabajo está enmarcado dentro de las manifestaciones religiosas de los chapacos con fuertes indicios de una religión andina precristiana y sumergida en la fe y prácticas católicas. Por lo mismo es una expresión más en este basto continente de las formas religiosas complejas que se han tejido a raíz de nuestra historia colonizadora.
Este artículo es el inicio de un trabajo mayor y profundo en el rescate y puesta en valor de nuestras culturas populares campesinas, esperando motivar en la indagación de la historia prehispánica de la región y de la presencia de la iglesia.

(26) Licenciada en Antropología Cultural y en Administración Turística de la Universidad Católica Boliviana. Mail. mariaclarazeballos@,gmail.com
(27) Extracto recuperado de www.bolivia.com.
(28) Michel y Rivera, en “Dinámica social y continuidad cultural en la Reserva Biológica Cordillera de Sama” hacen mención a esta teoría propuesta por M. Bennet quien la expresa como “Un área de tradición con profundidad temporal, en la cual el desarrollo cultural puede ser seguido en una línea” y Lumbreras, quien en 1981 se refirió a este término como la distribución de rasgos culturales a lo largo de miles de años conformando un común denominador en base a la cohesión.
(29) En este caso nos referimos como “Andino” a las tradiciones culturales altiplánicas con raíces lingüísticas del puquina, el quechua y aymara.
(30) Como indica Cinca et al. “Esta religiosidad popular de carácter muy local, se establece en cierta medida al margen de la religiosidad oficial con una serie de ritos que perviven a lo largo de los siglos, herencia de un paganismo subyacente que no es erradicado; en palabras de Sánchez Albornoz “la ahincada solicitud de lluvias a la omnipotencia divina por los moros y por los cristianos españoles provenía por separado de prácticas del cristianismo primitivo a su vez, enraizadas a cultos anteriores a Cristo y a Mahomá’ (2000:02)
(31) Juan Frago, Universidad de Zaragoza. En “Tradición y folklore sobre el agua de riego y la lluvia”
(32) También hay referencias que se realiza en Tolomosa y zonas aledañas
(33) Igualmente las fotografías forman parte del registro piloto audiovisual realizado junto a Cherelli films, de mi hermano el Ing. Mauricio Zeballos A él, mis agradecimientos más profundos por la compañía en este trabajo.
(34) http: ww vv .tarija.gob.bo, gobernación-solucionara-problema-del-agua en-tomayapo.html
(35) Entrevista realizada el 3 de diciembre de 2013, en su casa en la comunidad El Rancho, Provincia Méndez
(36) En la actualidad este caudal se encuentra en un estado de sequedad lamentable, la Rogativa avanza por las huellas del río, que ahora es un caudal de piedras.
(37) No se tiene ninguna referencia de este lugar.
(38) La fecha es muy variable en las fuentes consultadas, se sabe que la iglesia de Tomayapo es una de las que más años llevó, junto con Tolomosa Grande y San Roque en la ciudad, hasta 1900, según el P. Calzavarini (S.f), en otras fuentes aluden que es del 1700 por lo tanto estaría en los 300 años. “Además, la iglesia de Lazareto fue fundada 1.858 pero las crónicas dicen que fue construida sobre las base de un anterior templo. La arquitectura del templo de Tomayapo viene de 1.700, es decir que es antigua y son templos similares de toda la región que va a San Juan de Oro, es decir son iglesias similares” (http://tomavapo.blogspot.com/)
(39) La mitología sobre los chullpas y dataciones de manifestaciones físicas de la misma (torres funerarias) en los Andes, han sido ubicadas en las culturas post tiwanakotas, los señoríos aymaras del que formaron parte los Chichas asentados en la zona alta del departamento de Tarija. Para más información ver investigadores como Risto Kesseli y Martti Párssinen.
(40) Extracto obtenido del artículo periodistico:
http://www.bolivia.com/noticias/autonoticias/DetalleNoticia29687.asp

DEL LIBRO: Buscando el cielo, Rogativas, Santos y Promesantes en Tarija, Jujuy y el altiplano paceño
Serie Jornadas Tarija 2014
Editor: Daniel Vacaflores
Editorial La Pluma del Escribano
Tarija. Septiembre de 2014


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