Sunday, December 30, 2018

Uvas y ropa interior, lo que más buscan las féminas como cábala de Año Nuevo


Las venteras dicen que quienes más acuden en busca de lo necesario para cumplir las cábalas de Año Nuevo son las mujeres. Las clientas aparecen a última hora y lo que más se llevan son las tangas rojas para atraer el amor en la última noche del año.

En la feria, el mercado Siete Calles y el Nuevo Mercado Minorista La Ramada los comerciantes no necesitan adivinar, las cábalas son las mismas de siempre. La gente sigue, mayoritariamente, la tradición de ingerir 12 uvas (y al mismo tiempo formula un deseo por cada una), en segundo lugar está el usar ropa interior (roja para el amor, amarilla para el dinero y blanca para la esperanza).

Como aún no es tiempo de uva (febrero, marzo y abril), las importan de Argentina, Chile y Perú) y las venden en Bs 20 y 25 el kilo. Las tangas son en su mayoría panameñas y no pasan de Bs 25.

Los que quieren atraer dinero buscan rollos de billetes de diferentes cortes, que los ofrecen desde Bs 1.

Thursday, December 27, 2018

LEY N° 1058 - . Se declara Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado Plurinacional de Bolivia, a la expresión ritual del “Jula Jula”

LEY N° 1058
LEY DE 11 DE MAYO DE 2018
EVO MORALES AYMA
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA
Por cuanto, la Asamblea Legislativa Plurinacional, ha sancionado la siguiente  Ley:
LA ASAMBLEA LEGISLATIVA PLURINACIONAL,
DECRETA:
ARTÍCULO 1. Se declara Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado Plurinacional de Bolivia, a la expresión ritual del “Jula Jula” como práctica ancestral de su música, danza, coreografía y vestuario, celebrada por las naciones y pueblos indígena originario campesinos de la región andina.
ARTÍCULO 2. El Órgano Ejecutivo a través del Ministerio de Culturas y Turismo, en coordinación con las Entidades Territoriales Autónomas correspondientes, en el marco de sus competencias, podrán formular acciones de recuperación, promoción y conservación de la expresión ritual del “Jula Jula”
Remítase al Órgano Ejecutivo para fines constitucionales.
Es dada en la Sala de Sesiones de la Asamblea Legislativa Plurinacional, a los doce días del mes de abril del año dos mil dieciocho.
Fdo. José Alberto Gonzales Samaniego, Lilly Gabriela Montaño Viaña, Efraín Chambi Cora, Erwin Rivero Ziegler, Alicia Canqui Condori, Raúl Rocha Ayala.
Por tanto, la promulgo para que se tenga y cumpla como Ley del Estado Plurinacional de Bolivia.
Municipio de Caripuyo de la Provincia Alonso de Ibáñez del Departamento de Potosí, a los once días del mes de mayo del año dos mil dieciocho.
FDO. EVO MORALES AYMA, Alfredo Rada Vélez, Fdo. Gisela Karina López Rivas MINISTRA DE COMUNICACIÓN E INTERINA DE CULTURAS Y TURISMO.

Wednesday, December 26, 2018

El mundo aymara festejó el Illapacha de los Andes



Por tercer año consecutivo se llevó a cabo ayer en La Paz la festividad originaria del Illapacha. Un centenar de personas se congregó en la Plaza de San Francisco para celebrar el ritual que marca el inicio de la época de siembra en el altiplano.

Una illa —estatua de una deidad andina de la abundancia y la prosperidad— elaborada en basalto fue instalada en una especie de altar decorado con motivos originarios. A su alrededor se colocaron cuatro mesas con aguayos y varias ofrendas, como alcohol, hojas de coca, inciensos y lana de llama.

Aproximadamente a las 10 de la mañana, los amautas presentes comenzaron a recitar palabras dedicadas a la imagen sagrada y a la Pachamama (Madre Tierra). Simultáneamente, un grupo de músicos comenzó a girar en torno al altar interpretando melodías andinas con flautas y bombos.

Éstos fueron algunos de los momentos de la celebración ritual originaria llevada a cabo en plena plaza de San Francisco, donde antiguamente existía una waca (lugar sagrado prehispánico).

Según explicó en el evento el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, el Illapacha es una celebración en homenaje a la fertilidad de la tierra.

“El 21 de julio se inicia el tiempo masculino, el 21 de diciembre comienza el tiempo de la Pachamama, de la Madre Tierra, por eso en el campo ahora se baila moseñada y tarqueada, pero no en cualquier fecha. Hay que agradar a la Pachamama porque es el tiempo de la producción. Los campesinos vamos a cosechar papa y frutas”, explicó la autoridad. De modo complementario a los rituales, el Viceministerio de Descolonización instaló en los alrededores del altar siete estands en los que se exhibieron artesanías y en los que ceramistas enseñaron a los asistentes a moldear distintas figuras de barro de los bienes que pretenden obtener el próximo año, en una costumbre originaria que precede la celebración de la Alasita.

La festividad fue organizada en coordinación con varias instituciones, como el Viceministerio de Descolonización, el Gobierno Municipal de La Paz, el Consejo de Amautas Originarios Indígenas de Las Alasitas y el canal televisivo RTP, entre otras.

Festival Achachi Anata revaloriza danzas autóctonas de Oruro



El presidente Evo Morales participó ayer en el festival Achachi Anata, que se desarrolló en la comunidad de Chuquiña del municipio de Toledo (Oruro), y destacó que revaloriza las costumbres del departamento, además de que permite al mundo conocer la belleza cultural de Bolivia.

El Jefe de Estado inauguró el acto y durante su discurso destacó el resurgimiento de las culturas nacionales, “que en el pasado fueron olvidadas”.

“Antes nuestras músicas eran despreciadas, humilladas, ignoradas y marginadas; al igual que nuestros productos, como la llama, la quinua, ahora la más valorada en el mundo”, resaltó.

Una particularidad del acto es que los danzarines confeccionan sus trajes para exhibirlos mientras bailan en la festividad Achachi Anata, danza ancestral autóctona que representa a las personas de la tercera edad.

En el caso de la vestimenta, los varones llevan un pantalón y una camisa de bayeta, saco largo de color negro o plomo, barba de cola de vaca, sombrero copa alta negra con adornos, abarcas y una faja en la cintura. Dicho personaje representa a las personas de la tercera edad (achachi).

Las mujeres visten una pollera de bayeta de color rojo y una blusa blanca, un aguayo colorido de lana de oveja, la inkuña y sombrero blanco adornado con plantas de la temporada.

Durante el evento, los danzarines vistieron al presidente Morales y le invitaron a bailar para que acompañe la festividad en su recorrido por las principales vías de la comunidad.

“Es una enorme alegría compartir esta linda fiesta del Achachi Andino con el pueblo de Chuquiña. Es nuestra obligación recuperar nuestra cultura y promocionarla. En el pasado intentaron acabar con el movimiento indígena, pero nuestros abuelos resistieron”, escribió el Presidente en su cuenta Twitter @evoespueblo.

Afirmó que además de la recuperación de las danzas ancestrales del país, las autoridades nacionales y departamentales tienen la obligación de promocionarlas porque son “muy valoradas en el mundo”, y de esta manera se evita que se debiliten con el tiempo.


También comentó que en algunas provincias de La Paz vio ponchos confeccionados con tela china, a diferencia de Oruro.

Recordó que en los tiempos de la Colonia y al inicio de la República, los imperios trataron de eliminar al movimiento indígena en América.
“Los abuelos enfrentaron y resistieron, ahora los nietos han recuperado el poder político gracias a la unidad del movimiento campesino y los sectores sociales”, puntualizó.

Morales destacó la gastronomía del municipio, como el tradicional cordero al palo. “Con tantos años de vida, la mejor carne de cordero que comí es en Chiquiña; sabrosa, jugosa, me ha impresionado, ése es nuestro pueblo, Oruro-Bolivia”, indicó.

En otro tuit, se refirió el trabajo de las autoridades originarias debido a que recuperan la cultura, identidad y vestimenta de los pueblos bolivianos.

Tuesday, December 25, 2018

Allá donde murió el diablo



Es lejos, tanto que, allá, el diablo no solo perdió el poncho… perdió la vida

Se llama Aullagas y está construida totalmente de piedra.

Incrustada en el cuerpo inferior del puntiagudo Cerro Hermoso, la ciudad de piedra se yergue imponente, enigmática y silenciosa. Su plaza principal, testigo de sus tiempos de gloria, no está ubicada en el centro del conglomerado de ruinas sino a un costado, aparentemente para facilitar el acceso a los yacimientos de plata que forjaron su historia, una que se pierde en los andurriales de los tiempos prehispánicos. El Banco de Rescates, ubicado en una esquina, parece confirmar la versión. En la otra está el templo de San Miguel de Aullagas y, casi frente a él, destaca un promontorio. Cuando uno se aproxima se da cuenta que se trata de una burda lápida con un rótulo inquietante: “tumba del diablo”.

Las leyendas


“El diablo existía aquellos tiempos: lo llamábamos ‘Niño Jorge’ –dice Timoteo Mamani, trabajador de la Cooperativa Minera Colquechaca R.L.–. Existía, dice… como aquí atrás se llamaba Jankonasa, la plata dice que era cuando estaba aquí ‘Niño Jorge’ su mamá o su hermano ‘Huayrafuruca’ se había llamado. El señor Dios había llevado porque aquí había mucha corrupción. No se respetaba ni a su mamá ni a su padre…”.

En la versión de Timoteo aparecen, entremezcladas, muchas de las leyendas que circulan en el norte potosino, específicamente en Colquechaca, capital de la provincia Chayanta del Departamento de Potosí.

Aullagas y Jankonasa eran dos poblaciones prehispánicas que fueron ocupadas por los españoles apenas estos ingresaron al territorio hoy boliviano. La explotación de la plata, que existe en el lugar con una alta pureza, permitió la conversión de esos pueblos en dos pujantes ciudades construidas enteramente de piedra. Durante su periodo de mayor auge económico bullían de gente y, como suele ocurrir al influjo del dinero, fueron escenario de excesos y desmanes.

Como también es común, las vetas desaparecían a veces y sus habitantes creían que era el castigo a sus pecados. Incentivada por la evangelización –y la superposición de cultos–, surgió la creencia de que el causante de todos esos males era el diablo.

La leyenda más común dice que, cuando desaparecieron las vetas, el diablo se apoderó de Aullagas y se instaló en la mismísima plaza principal pero, debido a las oraciones de sus habitantes, el arcángel San Miguel –Timoteo dice que el mismísimo Jesucristo– se apareció para enfrentarle. Le derrotó en mítica batalla y lo mató. Su cadáver fue enterrado ahí, casi frente al templo que lleva el nombre del arcángel, y permanece hasta ahora, apenas unos centímetros bajo tierra.

La tumba está ahí, visible a los ojos humanos, pero la gente de Aullagas ha desaparecido. Se fue hasta la cercana Colquechaca llevándose sus mitos y creencias y, desde luego, a su arcángel San Miguel.

La diablada


Freddy Arancibia Andrade es el antropólogo que más investigó este tema y, plantándose encima de la tumba del diablo, afirma que ese lugar fue un centro ceremonial del ayllu Aullagas Warakjata en el que se adoraba a la Pachamama, la madre Tierra, y al Tanga Tanga, la deidad tricéfala de los cerros.

“El sitio que está tras nuestro, el templo del arcángel Miguel era un sitio ceremonial, una waka sagrada procedente desde el periodo de los charka qaraqara. Aquí se adoraba al Tanga Tanga, un dios tricéfalo, lítico, dios de piedra tallada”, dice.

Los indios qaraqara se comunicaban con la Pachamama mediante el zapateo y, en sus rituales, su marcha es un zapateo a medias pero fuerte, vigoroso; es su manera de avisarle a la madre Tierra que se le está hablando. Y la marcha se convierte en encuentro, en enfrentarse con el hermano para brindar la ofrenda de sangre a Tanga Tanga. Es el origen del Tinku.

Y mientras Freddy habla, comienza a retumbar la tierra. Instintivamente, miramos la tumba para saber si el diablo se levantaba pero no. La tumba sigue ahí… el diablo no se ha movido. Los que provocan el temblor son decenas de danzantes de tinku que marchan, le avisan a la Pachamama que han llegado.

“Ahora imaginen a esos mismos danzantes vestidos de diablos o de ángeles que marchan y avanzan. No saltan todavía pero marchan así, en un zapateo a medias pero fuerte, vigoroso…”.

La leyenda del diablo liquidado por San Miguel comenzó a rememorarse anualmente cada 29 de septiembre, festividad de los santos arcángeles. Los indios se cubrieron con cueros de oveja y se pusieron a bailar; unos se disfrazaron de diablos, otros de ángeles. Es el origen de la diablada.

De pronto, otros danzarines irrumpen en la plaza de Colquechaca. La mayoría están cubiertos con cueros de oveja y algunos llevan máscaras de diablos. Hay también un cóndor, el mallku, el señor de las alturas. Bailan al son de quenas, zampoñas y tambores. Uno de ellos lleva un zorro muerto alrededor del cuello que es depositado sobre la tumba del diablo en un acto que es burla y conjuro al mismo tiempo. Es para que el maligno no se levante nunca más. En un descanso, uno de ellos se quita la máscara y se presenta. “Soy René Quintana –dice– y estos son los tinkudiablos”.

Pero Aullagas se llenó de gente solo ese día, con motivo de la segunda convención internacional de historiadores y numismáticos. La mayor parte del tiempo es un lugar desierto y desolado. “La ciudad perdida de los Andes”, le llaman.

“Entre 1885 a 1895, en esos diez años, en este distrito y hasta 1904 se cerraron180 minas de plata en esta gigantesca montaña –agrega Arancibia–. Miles de trabajadores mineros en las calles, en la desocupación, y al mismo tiempo se abrió la era del estaño y el estaño estaba en las montañas de Uncía y Llallagua”.

Tras el agotamiento de sus minas de plata, Aullagas y Jankonasa se vaciaron de gente. Sus pobladores se fueron primero a Colquechaca y después a Uncía y Llallagua. Con ellos se fueron San Miguel y los diablos. Al finalizar el siglo XIX, grandes grupos humanos se fueron un poco más allá… a Oruro.

La ciudad de piedra se quedó y tanto el templo como sus casas perdieron sus techos, que eran de paja. A Jankonasa la barrieron el tiempo y los saqueos pero Aullagas está allí, incólume. Permanecen de pie el templo, el Banco de Rescates, la casa de fiestas y el pozo de agua que muchos creen que es de la juventud y que han bautizado como “San Rocanto”. Y está la tumba que testimonia que un día, en el imaginario popular, el arcángel San Gabriel nos hizo justicia y mató al diablo. •

(*) Juan José Toro es presidente de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP)

La ciudad de piedra

Aullagas es una impresionante ciudad de piedra cuya primera vista nos recuerda de inmediato a Machu Picchu y mueve a pensar que los incas pudieron haber tenido algo que ver en su construcción.

Citando a Waldemar Espinoza Soriano, una publicación oficial de la Alcaldía de Colquechaca señala que “Aullagas y Jankonasa fueron invadidos y conquistados por el inca Tupac Yupanqui entre 1471 a 1482, saqueada toda su riqueza y anexada a la cultura inca, impuesta la política social, el idioma inca, la mitma y mita” (1), referencia que da cuenta que aquellas eran poblaciones prehispánicas.

Freddy Arancibia refiere que “los invasores arribaron a estas tierras por el periodo comprendido entre los años 1535 y 1538 e inmediatamente construyeron templos católicos en las poblaciones nativas catequizando por la fuerza a los naturales. Entonces, muy pronto llegaron a las alturas de la provincia Chayanta donde se yerguen imponentes y azulados picos tocando los 5200 metros sobre el nivel del mar, cubiertas casi eternamente de frío glacial…”. (2)

Entre 1538 y 1541 son construidos los templos de San Miguel de Aullagas y San Gabriel de Jankonasa (3). Según Arancibia, su objetivo era eliminar el culto a la Pachamama y Tanga Tanga. Jankonasa ha desaparecido, probablemente por causa de los saqueos, pero Aullagas permanece mostrando cómo se construían las ciudades tanto en tiempos prehispánicos como en los primeros años de la colonia. “Si bien se trata de una ciudad precolonial, por su trazo y distribución de calles, en la construcción recoge generosamente la herencia prehispánica de su antecesora, Jankonasa, sintetizada en la tecnología de doble pared, siempre en piedra. La doble pared, una interior y otra exterior, era la mejor respuesta del minero de esas épocas para combatir las inclemencias del tiempo” (4).

1) COLQUECHACA, Gobierno Autónomo Municipal de. AULLAGAS PATRIMONIO TANGIBLE INTANGIBLE. Sin datos de imprenta. 2018. Pág. 3.

2) ARANCIBIA Andrade, Freddy. DIABLADA AMERICANA. Origen de la Danza en el Norte Potosino: la tierra de los Tinku-Diablos. Grupo Editorial Kipus. Quinta edición. 2016. Pág. 44.

3) COLQUECHACA. Op. Cit. Pág. 3

4) Ídem. Pág. 1

Cómo llegar

Para llegar a Aullagas se debe pasar primero por Colquechaca, la capital de provincia, que está ubicada a unos cuatro kilómetros de la ciudad de piedra.

Aunque todavía no cuenta con infraestructura hotelera adecuada, Colquechaca también es un lugar digno de visitar porque allí están las viviendas de expresidentes como Aniceto Arce, Gregorio Pacheco y del príncipe de La Glorieta, Francisco Argandoña, quien también instaló allí el banco más antiguo de Bolivia.

Un atractivo adicional son las monedas del “tapado” que fue encontrado recientemente y que son exhibidas en las oficinas de la Cooperativa Minera Colquechaca R.L.

Para llegar a Colquechaca desde Potosí se puede tomar buses de la terminal interprovincial (conocida como exterminal) todos los días. La mayoría de las flotas que prestan el servicio salen a partir de las 6:00. El tiempo de viaje es de dos horas y media.

Desde Sucre es más complicado porque la flota San Salvador asigna apenas un bus que realiza el servicio solo los jueves.

Una vez en Colquechaca, se debe acudir a la Unidad de Turismo de la Alcaldía que asigna un vehículo para llegar hasta Aullagas. Desde allí, el viaje dura 10 minutos.






Saturday, December 22, 2018

Illas fueron consagradas en San Francisco

Al medio día de ayer, amautas realizaron la consagración de illas e ispallas en la plaza San Francisco, de la ciudad de La Paz. Muchos presentes adoraron a la imagen, al ritmo de la música autóctona.

La tradición milenaria se realizó también por ser el 21 de diciembre, que es el Solsticio de Verano.

Las Illas e ispallas son símbolos de la cosmovisión andina que representan al inicio del tiempo de la fertilidad y abundancia. Son amuletos que representan los deseos de las personas. La jornada de ayer muchos llevaron figuras elaboradas de greda y otros accesorios de sus negocios para hacerlos sahumar.

El ejecutivo de la Federación Nacional de Expositores de Navidad y Alasita (Fenaena) señaló que la actividad en plaza San Francisco se la realiza desde el 2016, asimismo, indicó que la actividad es la antesala a la celebración de la Alasita, declarada en el 2017 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).