La festividad de Santa Vera Cruz dio inicio a sus actos centrales ayer con la llegada de cientos peregrinos devotos de la imagen que vienen a pedir más ganado, hijos y buena cosecha. El templo y su canchón están llenos con gente del campo y la ciudad que por unos días llegan a pedir y cantar coplas que evocan la fertilidad de los seres vivos.
Los devotos hacen fila en medio de rosquetes, réplicas que evocan la abundancia y velas, para entrar al templo. Casi al atardecer había gente casi a dos cuadras esperando llegar al altar del Santo para hacer su petición. Muchas parejas cargaban bebés entre sus brazos, mientras que otros llevaban figuras de animales e incluso casas y autos.
“Se trata de una fiesta con el fin de la fertilidad de pedir a la Madre Tierra que produzca, para que los animales tengan crías y las parejas hijos. Pero, en los últimos años la gente llega con todo tipo de miniaturas como casas, autos y tiendas”, señaló uno de los sacerdotes de la parroquia Santa Vera Cruz, Paul Sykora.
En la extensa fila se encontraba una pareja que llegó al altar de Santa Vera Cruz por tercera vez. “Mi esposo está agarrando un bebé y yo otro. Son los mismos que adquirimos el año pasado, pero esta vez venimos a agradecer porque ya tuvimos nuestra wawita hace tan sólo un mes. Es muy milagroso, siempre cumple”, señaló Leonor, mientras su esposo Joaquín asentía.
Junto al sector en el que se encuentra la Cruz está ubicada la capilla de la parroquia. Muchas personas oraban en silencio mientras lágrimas salían por sus ojos. Otros llegaban con sus hijos pequeños para agradecer.
“Venimos a agradecer por la vida de mi nietita. Mi hija vino hace tres años a pedir a la bebé y la tuvo”, señaló Virginia, mientras su hija con la niña en brazos colocaban una vela al Tatala.
Por otro lado, frente a la imagen se encuentran familias o amigos que hacen la q’oa. Animales y bebés envueltos en serpentina, vela y alcohol son quemados. La familia Álvarez también contrató a un amauta (brujo) para que la invocación sea más efectiva.
“Es la primera vez que venimos. Todos nos decían que es bien milagroso y nuestros chanchos y pollos no están teniendo crías. Estamos pidiendo que nuestros animales se reproduzcan”, señaló Alicia Álvarez.
“Según la tradición, se quema la imagen de lo que se pide y se ofrendan las cenizas al Tatala. Antes, la gente venía con bebés y animales hechos de trapo y hojas. Pero, considero que uno de los aspectos principales de la fiesta es pedir a la Madre Tierra y para pedir hay que cuidar y eso es algo que, en la situación que nos encontramos, absolutamente todos deberíamos hacer”, dijo. Este año se invitó a un equipo de la Unesco para que conozca la fiesta de la fertilidad.
ORÍGENES Y TRADICIÓN DE LA FESTIVIDAD
Según la historia, esta festividad tiene dos raíces, una andina y otra religiosa que confluyen durante cinco días. Desde hace 500 años los pobladores hacían ofrendas por ser considerada una época para la fertilidad. Con el fin de pedirle a la Madre Tierra que las cosechas sean abundantes y los animales tengan crías.
Por otro lado, la historia señala que un 3 de mayo el Obispo de Jerusalén descubrió la Cruz que fue utilizada para crucificar a Jesús. Por ello, este día se recuerda a la Santa Cruz.
Con la llegada de la cultura occidental se unieron ambas festividades creando un festejo con aspectos de la tradición andina como la q’oa y la ch’alla. Mientras, desde el catolicismo se celebran las misas.
Hasta el jueves la población puede trasladarse hasta el kilómetro seis de la avenida Petrolera, a pocos pasos de YPFB, para conocer esta tradición. Se pide mesura a la población, pues existen excesos en el consumo de bebidas alcohólicas lo que deriva en sucesos infortunados. Además, en todo el festejo sólo se observó una patrulla de la Policía, pese a que la festividad recorría más de cuatro cuadras con todo tipo de comercio; desde juegos, alasitas, comida, entre otros que mostraban desorden y dificultaban el tránsito.
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