En Valle Hermoso, una de las tradiciones religioso-paganas más conocidas a nivel nacional, es la de Santa Vera Cruz que se cumple cada 3 de mayo de todos los años y es una de las fiestas más típicas en Cochabamba.
La capilla, actualmente, se encuentra a ocho kilómetros de la capital del departamento, en Valle Hermoso, siendo la tercera que se ha verificado en veneración del crucifijo; pues las dos primeras se encontraban en la misma región, pero en la que construyeron hace mucho tiempo atrás.
Cuenta la leyenda que antiguamente un indígena que recorría el lugar, halló una piedra de forma casi triangular, en cuyo centro, formada por las venas de la misma, dibujábase una cruz uniforme, creyó entonces el indio haber encontrado en ese bloque el milagro divino.
Según ellos, era el deseo de Dios que hacía un pedido de morada donde se le veneraría.
Así lo hicieron y la primera construcción era una pequeña habitación, incómoda y sucia, en cuyo fondo sobre un poyo de adobes, construido para altar, descansaba la piedra de su idolatría. Más tarde, como aumentaba el número de fieles, la trasladaron a otro sitio más espacioso hasta llegar al sitio donde actualmente se encuentra.
La piedra primigenia, motivo de la fiesta, ha desaparecido, sustituyéndose hoy con un crucifijo.
Las mujeres que tienen muchos hijos y no desean más familia, llevan a Santa Vera Cruz, muñequitas de trapo, envueltas en hilos de colores, idénticamente como lo hacen en la vida cotidiana y depositan en una especie de hoyo que se encuentra en la parte posterior del altar mayor, pidiendo al instante en que arrojan la muñeca, el milagro de no tener más niños.
Lo contrario ocurre con las mujeres estériles que recogen esas muñequitas pidiendo tener familia.
Generalmente, los pedidos se los hace en la explanada o atrio de la iglesia, donde se busca un sitio y se preparan las ofrendas que consiste en una mezcla de lanas (millmas) de ovejas, cabras, plumas de aves y pelos de vacas; formando un bolo unido con excremento de los mismos animales. Se lo junta con la grasa “untu” de animal para que empiece a arder.
Al mismo tiempo se encienden las velas (uno por cada miembro de la familia incluso cuando están ausentes), se colocan en formas especiales, circular, en cruz, en línea o se toman todas las velas juntas en la mano. Es el momento de la oración y de gran recogimiento, se supone que están en oración a Cristo, se intercala con alguna bebida o cigarro.
Este rito dura cerca de dos a tres horas, esperando que se consuma todo el preparado (no se puede apagar, es señal de mal agüero).
Al concluir esta ceremonia, los miembros de la familia se acercan al Cristo a besar los pies de la imagen, recogiendo luego las cenizas de la ofrenda guardándola para llevarlas a sus comunidades donde se esparce a los campos y sembradíos, en algunos casos se conservan para curar enfermedades. La fiesta dura tres días, cuando aprovechando la ocasión, delante de la capilla y formando una avenida, levantan los comerciantes carpas, donde expenden bebidas alcohólicas, como chicha y además comidas de variado sabor. (Educa.bo)
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