Challa Grande (provincia de Tapacarí), a 107 kilómetros de distancia de la ciudad de Cochabamba, es escenario del concurso tradicional del Toro Tinku, que se realiza cada 25 de julio y reúne a cientos de personas con el objetivo de medir el desempeño agropecuario de sus habitantes.
La población de Challa Grande se encuentra al borde de la carretera y al pie de algunas colinas que se mezclan con el color de las casas hechas de adobe.
Un clima propio de la zona andina del país caracteriza el lugar. El viento mueve el pelaje de las llamas y ovejas que son expuestas para ser comercializados o intercambiados; entre ellos, se encuentran algunos toros sujetos con sogas a la tierra que "esperan su turno".
El Toro Tinku es una manera indirecta de competir para definir el poderío de la producción agropecuaria, ya que ganar el concurso es un indicador de que se realiza una buena labor agrícola y ganadera.
"Vemos la potencialidad de cada familia, que produce la parte ganadera y agrícola. Esta zona tiene potencial en producción camélido y bovino", expresó Justino Chambilla de la Central Regional Originaria del Ayllu de Aransaya,
La competición
Los comunarios de la zona se preparan con un mes de anticipación para participar del Toro Tinku y de la Feria Agrícola y Ganadera, que se desarrollan simultáneamente.
Aguardan que los primeros retadores se encuentren al pie de la colina, donde existe una especie de canchón rodeado de muros y algunas construcciones que son usados para resguardarse de alguna eventualidad dentro el concurso.
No existe una inscripción previa a la pelea, las personas deciden en el momento si su ganado concursará.
El comienzo es lento, los animales se ponen frente a frente y se empujan con los cuernos y luego se separan. "Los toros son sabios. Saben si van a poder ganar", explica Chambilla.
Las personas se limitan a poner frente a frente a los vacunos y a la primera muestra de huida, los contendientes son separados. Por su parte, las autoridades de las diferentes comunidades fiscalizan el evento, tomando nota del desarrollo de los encuentros.
Los toros bajan la cabeza y chocan sus astas y comienza una puja, hasta que alguno desiste y se separa.
Los colores de los animales ayudan a diferenciarlos. El toro de color negro con una línea roja en la cabeza aparenta ser el más fuerte, se enfrenta a otro y lo hace huir despavorido y mugiendo.
El público ríe ante el escape de algunos toros, mientras consumen los alimentos que se ofrecen en la feria. Nueve retos se desarrollan y termina el Toro Tinku.
Luego, todos los espectadores se dirigen hacia la construcción que alberga la oficina de sus autoridades y una comisión decide sobre el desempeño para elegir a los ganadores.
Es un día de competencias ya que los habitantes también concursan en las categorías de artesanía, gastronomía, ganadería y Toro Tinku.
Los premios son herramientas de agricultura, frazadas, enseres de cocina y el reconocimiento de la comunidad.
Este año ganó Don Crispín Falso, dueño del toro negro con rojo, de la comunidad de Condorini. "Es la primera vez que vengo", comenta feliz al recibir su premio.
La feria
La Feria Agrícola Ganadera se realiza desde hace 20 años, sustituyendo la celebración religiosa del Tata Santiago. Este evento marca el final de las ferias anuales en la región, sin embargo las ferias semanales continúan.
Personas de distintas comunidades se reúnen desde temprano para ofrecer sus variados productos como papa, chuño, artesanías, cebada, quinua y ganado.
"Los compradores vienen de Cochabamba, de la Huachaca, de Caracollo", explicó el Concejal de Tapacarí encargado de la Comisión de Cultura, Guillermo Tomás Nina. En cuanto a los precios de los productos se puede encontrar la arroba de papa desde 30 bolivianos y "los mejores toros cuestan hasta 7 mil bolivianos" añadió Nina.
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