Las navidades que se vivían en Cochabamba durante el siglo XX difieren en muchos sentidos con las actuales, ya que algunos platos típicos, cantos populares y las ofrendas realizadas al Niño Jesús son algunas de las costumbres que se han ido perdiendo con el transcurso del tiempo.
El antropólogo y filósofo Wilfredo Camacho menciona que: “las Navidades en nuestra ciudad han tenido una gran trascendencia, especialmente en los años 50, 60 y 70 en los cuales había mucho fervor espiritual en todos los habitantes, tanto del área rural como urbana”.
Comida tradicional
Esta festividad religiosa fue formando parte de las tradiciones nacionales desde el tiempo de la Colonia, pero siempre caracterizada por los matices propios de la cultura boliviana.
Dentro de las costumbres culinarias más apetecidas en aquellos años se encuentran las lawas de choclo, papawayk’u y maicillos, vestían las mesas familiares. También el api rojo y blanco junto con los buñuelos y la variedad de pasteles que la familia preparaba noche anterior para el desayuno de la familia, eran las más apetecidas y que además continúan siendo una de las delicias navideñas.
Según cuenta Camacho, “algunas familias acumulaban harina, trigo, levadura y maíz para hacer las tradicionales masitas de navidad”.
Por su parte, María Julia Ávila, propietaria del Salón de Eventos A&B afirma que “la rosca de navidad es una costumbre copiada de otros países; pero que desde hace un tiempo se ha adoptado en la ciudad como propia”.
También menciona que desde siempre la comida navideña se ha caracterizado por la abundancia y la variedad.
Según cuenta Nancy Ferrufino, al tocar las doce de la noche la familia se reunía en la sala de la casa para dedicar un brindis para el homenajeado... es decir el Niño Dios.
El brindis se realizaba con algún licor de preferencia de la familia. Aunque no faltaban aquellos hogares que preferían la chicha culli y chicha amarilla como bebidas espirituosas de media noche.
otras costumbres
En estas fiestas familiares los más pequeños de casa eran enviados a dormir durante la Noche Buena, para ser convocados un tiempo antes de las doce.
Según cuenta Wilfredo Camacho, los pequeños de la casa eran despertados con campanas, pues se creía que éstas daban el inicio de la llegada del Salvador. “A las doce de la noche nos despertaban. Los mayores decían que había llegado el redentor, lo cual para nosotros era una emoción” dice Camacho.
Nancy Ferrufino menciona que “cuando eramos chicos esperábamos la llegada del niño Dios con alegría y nuestros padres nos despertaban para rezar y brindar”.
En aquella época los pequeños recibían ropas y juguetes, pero los pequeños le daban más importancia a los regalos que ellos mismos elaboraban y no tanto los que recibían; porque el regalo era para el niño Jesús.
Según Camacho, se preparaban ofrendas como pequeños sembradíos de maíz y trigo plantados con anticipación en latas de sardina u otros recipientes. Entre los mismos chicos, mencionaban que si una planta crecía más que otra, era porque le había puesto más voluntad y amor.
Los tradicionales villancicos eran cantados luego de la cena navideña junto con toda la familia. Algunos como “A la nanita nana” o “Niño Manuelito” eran interpretados, otros eran inventados creativamente por los mismos niños y no podía faltar los cánticos en quechua.
Tareas para los más chicos
Una de las tareas que realizaban los niños era de fabricar animales de barro o yeso para el pesebre como parte de sus ofrendas.
Los pesebres eran elaborados con variedad de ramas. Los sauces llorones o molles con sus pequeños frutos rosados caracterizaban la escenografía del pesebre. La albahaca era considerada una planta navideña por su peculiar aroma. “Cada que sentíamos el olor a albahaca recordábamos la Navidad” dice Camacho.
En algunas familias populares se vestía al Niño Jesús con indumentaria nativa, al igual que a María y a San José. Los nacimientos creados en otros tiempos eran más simples, recreando las características del pesebre de Belén, dejando de lado los adornos excesivos.
Sin embargo, según el Padre Miguel Manzanera “la época actual ha traído adelantos positivos como las luminarias navideñas, que han convertido a los nacimientos en hermosos puntos de encuentro y espectaculares obras, las cuales han ido reemplazando a las velas que antes eran usadas para la iluminación”.
Desde otro punto de vista, según el antropólogo Wilfredo Camacho, esta época se ha deformado simbólicamente introduciendo costumbres que no forman parte de la festividad religiosa, como la distribución de regalos que es una costumbre de origen pagano. Según Camacho “desde cierto modo tiene una connotación más que todo de pérdida de fe y espiritualidad, introduciendo a la festividad el consumismo, la vanidad y la ostentación para hacer regalos”.
Haciendo alusión a este punto, el Padre Miguel menciona que a veces estas nuevas tradiciones de consumo desmedido pueden producir consecuencias como el cambiar el concepto mismo de la Navidad.
Por otro lado, la misa de gallo o misa navideña era celebrada a las doce de la noche y acudían familias enteras. Ahora se realiza a las diez en la Catedral y en todos los templos y parroquias de la ciudad. Además de festejar el nacimiento de Cristo, la Navidad propone un mensaje de reconciliación y reencuentro familiar y es que en esta época festiva, los valores de cada individuo trascienden.
Según el Padre Miguel Manzanera es un momento de perdón y refuerzo del amor filial. Así también mencionó Camacho quien explicó que durante esta época la interacción con vecinos se realizaba con mucha frecuencia, creando y reforzando vínculos de amistad.
Por otro lado, muchas familias decidían celebrar esta fiesta en compañía de familiares lejanos o amigos que se encontraban solos, pues el sentimiento de amistad crecía y el compartir un momento agradable reforzaban mucho más los lazos de parentesco .
Para hablar de la Navidad no se puede dejar de lado lo actual y lo pagano, éste último no pertenece a la fiesta religiosa pero sí con el paso del tiempo se ha constituido como parte del colectivo social que se arraigó en cada individuo.
Pero la Navidad es si es momento de Paz, de Amor y de mucha Fe por la humanidad y por Cristo que llega a cada uno de los hogares Bolivianos.
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