Saturday, August 2, 2014

Las apachetas se llenan de ofrendas



Según la tradición andina, agosto es el mes del lakanpaxi (boca abierta, en aymara) porque la Pachamama (Madre Tierra) abre su boca para recibir ofrendas de los creyentes que le piden salud, trabajo, casa y dinero, simbolizados en una mesa (wajt’a).

La Razón visitó la madrugada de ayer las dos apachetas tradicionales de La Paz: el Waraq'o, que está sobre el camino a Oruro; y La Cumbre, ubicada en el ingreso a los Yungas, donde familias enteras y compañeros de trabajo se reunieron para ofrendar mesas.

Según testimonios, estos lugares “sagrados” se llenaron de creyentes desde las 22.00 del jueves para dar el primer alimento a la Madre Tierra a las 00.01 del 1 de agosto, con el sacrificio de una llama blanca (wilancha), que según los amautas del lugar es para que la Pachamama beba y coma la sangre y carne del animal.

Este ritual es acompañado de la mesa, que es armada por los sacerdotes andinos con dulces (alfeñiques) en forma de botellas, y misterios con símbolos de casas, autos o billetes, y complementada con lanas de colores, cebo de llama, nuez, pan de plata y oro, el titi mullu (pelo de gato montés), hierbas aromáticas como la q'oa, incienso y copal, además de un sullu (feto de llama) que corona los elementos de la ofrenda sostenidos por una hoja de papel sábana, para que sea consumida por el fuego.

El amauta Sinforiano Mamani mencionó que en agosto no se debe realizar magia negra o amarres porque la Pachamama es celosa y devuelve la hechicería al interesado. Agregó que este mes es propicio para bendecir a los difuntos, quitarse maldiciones y realizar mesas de salud, además de hacer limpiezas espirituales.


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