Miles de feligreses llegaron ayer hasta Quillacollo para adquirir diferentes productos en miniatura en la Feria de Alasitas que se realiza en la avenida Martín Cárdenas, a los pies del cerro de Cota donde apareció la Virgen de Urcupiña.
Las compras mayores fueron de los productos de la canasta familiar. Verduras, carnes, frutas y abarrotes fueron los más requeridos por los feligreses. Pero también hubieron quienes adquirieron vehículos, casas, material de construcción, títulos profesionales y otros.
Alrededor de mil comerciantes ofrecieron durante el día todo lo necesario a los visitantes “para que no les falte nada en el hogar”.
En la mañana de ayer se realizó una misa en el templo de San Ildefonso y la procesión hasta la plazuela, cerca de la Feria, con la imagen de la Virgen.
El capellán del templo y director del museo-convento Santa Teresa, padre Linton Guzmán, participó de la bendición de todo lo que fue adquirido por las familias.
“Las miniaturas dan esperanza para que no falte el pan de cada día en el hogar”, señaló.
La avenida donde se realizó la Feria quedó pequeña. Hubo aglomeración en el sector de comidas y de la venta de abarrotes y las canastas con los diferentes productos. Los comerciantes y compradores coincidieron en que es necesario un mayor orden.
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