“Todas las prohibiciones están vigentes, el armado de las mesas podrán realizarlo en exteriores del cementerio”, afirmó el concejal Joel Flores.
Según declaraciones de Flores, los controles estarán a cargo del Comando Departamental de la Policía y funcionarios de la Intendencia Municipal, quienes trabajarán el 1 y 2 de noviembre en dos turnos y estarán desplegados tanto en interiores como exteriores del campo santo.
En este marco, el profesor con estudios en Antropología, Wilfredo Camacho, explicó que la festividad de Todos Santos, es una tradición cultural que perdura en el tiempo y se transmite de generación en generación, con la finalidad de recordar a los seres queridos que partieron a la presencia de Dios.
“Las almas bajan el primero al mediodía y se irán el dos también a mediodía, tenemos que recibirlas de la mejor manera posible, por eso armamos mastacus, ponemos flores, oramos”, manifestó.
Explicó que cada masa y dulces que se coloca en la mesa del mastacu tienen un significado y simbología.
Esta debe ser armada con los platos, las comidas y bebidas, que en vida le gustaban al difunto. Posteriormente, se regalan a las personas a cambio de oraciones en memoria del fallecido.
Por su parte, el administrador del Cementerio General, Benedicto Gonzales, indicó que se están concluyendo los trabajos de refacción y mantenimiento en el Cementerio General entre los principales: la restauración de las imágenes de los 12 apóstoles en el exterior del cementerio, el mantenimiento de la imagen de la Virgen María al interior y el pintado del frontis.
“Se han habilitado dos mingitorios e instalado 250 basureros, también garantizaremos el suministro de agua para realizar los cambios florales en los nichos”, acotó.
Agregó que entre el primero y dos de noviembre, se espera que más de 30.000 personas visiten el Cementerio General para recordar a sus seres queridos.
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