Los billetitos, la fortuna, los bienes materiales de diversa índole, libretas de servicio militar, títulos de todas las carreras universitarias existentes y hasta certificados de matrimonio, en miniatura, son parte de la festividad de Alasita, que se desarrollará en varias ciudades del país el siguiente martes, 24 de enero.
Al respecto, la socióloga, Vida Tedesqui, explicó a EL DIARIO sobre sus inicios y los cambios que tuvo desde antes y después del siglo XIX. Para la especialista, la tradición de la Alasita, se divide en cuatro momentos. El primero, se inicia en la prehistoria, luego en la Colonia, la República y en la actualidad con el diocesillo de la suerte y la fortuna, El Ekeko. En todo su devenir histórico, las manifestaciones culturales se han centrado en la creencia en la buena fortuna de las miniaturas.
TRADICIÓN
Por su parte, el historiador Randi Chávez explicó que la Alasita es una tradición Aymara y Quechua, que era denominada como “Chhalasita”, relacionada con la abundancia y fertilidad, indica que en esa época se rendía culto al Ekeko o Iqiqo, conocido como dios de la fertilidad, mediante una estatuilla fabricada de oro, plata o piedra, que medía 2.5 centímetros y las jóvenes las llevaban en el cuello, para que les sirvieran de amuleto.
UN POCO DE HISTORIA
La popular Alasita tiene inicio en la prehistoria, conocida en esa época con el nombre de “Chhalasita”, la cual era celebrada el 21 de diciembre, día en que iniciaba el solsticio de verano, y no como una feria, sino como un ritual hacia el “Tata Inti”, en el que se pedía que bendijera a las miniaturas que representaban objetos, para que estos se multiplicaran, este rito estaba relacionado con la cosmovisión andina.
RITUAL ANDINO
“Las personas que vivían en esa época realizaban este rito andino pensando que iba a haber una multiplicación de sus productos agrícolas, ya que creían que se realizaba un intercambio con el “Tata Inti”, al ofrecerle la representación en miniatura de sus productos”, explica la socióloga.
El segundo momento de la Alasita, se dio en la época colonial, en el cual las personas creen de forma oculta en las miniaturas proscritas por la visión católica occidental, mientras que los españoles consideraban que este gesto, era de idolatría, que no aludía a la religión católica, con la que ellos venían desde España, por esa razón, se vuelve en un ritual, se diría, clandestino. Se considera también que con el cerco de Tupac Katari a La Paz, esta tradición fue tomando más fuerza.
PERSONAJE CENTRAL
En la Republica, la feria de la Alasita (palabra aymara que quiere decir cómprame), ya no es necesariamente un acto ritual de realización clandestina. A mediados del año 1800, se oficializó la feria, la cual adopta como personaje central al, Ekeko, quien fue considerado en la cosmovisión andina como un Jaque Illa (persona en miniatura), que traía abundancia y reproducción.
HISTORIA DE FESTIVIDAD DE ANTAÑO
De esta manera, la tradicional feria de Alasita se realizó por primera vez en la plaza de San Francisco, lugar en la que permaneció muchos años. Después, la festividad fue peregrinando a diferentes sitios, como a la plaza Mayor (plaza Murillo), luego fue trasladada a la Alameda (Paseo de El Prado), después a la plaza de San Pedro, más tarde a la avenida Montes, de donde la llevaron a la Aduana, a las avenidas Tejada Sorzano y Camacho. Actualmente se instala en el Parque Urbano Central.
“Al presente, esta tradición perdura, con la diversificación de las miniaturas, mediantes las cuales surgen nuevos elementos, de acuerdo a los contextos de vida, las necesidades y las aspiraciones. No es de extrañar la presencia de artefactos de la modernidad, como computadoras, radios, imitaciones en pequeño de dólares y euros, visas para viajar, diplomas universitarios, autitos, refrigeradores, certificados de divorcio, entre muchos otros”, expuso el historiador Chávez.
CELEBRACIÓN AL PRESENTE
Al presente y en lo que sería el cuarto momento de su dilatada historia, la Alasita se desarrolla el 24 de enero. “Algo rescatable de la Alasita es que se mantuvo la creencia en las miniaturas, las cuales fueron evolucionando conjuntamente con el paso del tiempo, en la época prehispánica. Las miniaturas eran relacionadas a sus cultivos agrícolas, posteriormente fueron vinculadas con la revolución industrial y ahora con la tecnología”, explicó la socióloga Vida Tedesqui.
Señalo –asimismo– que la importancia de esta tradición es que la producen los artesanos, quienes van actualizando constantemente sus trabajos y mediante ellos, esta tradición seguirá perdurando.
ARTESANOS
El historiador Rino Chávez continuó y dijo que durante la República, está tradición adquirió más énfasis, tanto que los artesanos se ocuparon de la realización de miniaturas, reemplazando el trabajo de los aymaras. Tomó tal fuerza que bajo la presidencia de Manuel Isidoro Belzu, se dio especial impulso a las miniaturas artesanales; asimismo, con el presidente, José María Linares, se estableció un monto pecuniario para premiar a los trabajos de miniatura.
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