Con varios meses de trabajo, las personas dedicadas a la elaboración de figuras en miniatura, por lo común vienen de generaciones de familias artesanas.
Sin la creatividad de ellos, la Alasita no sería posible, puesto que el esfuerzo y la delicadeza en elegir los colores para cada figura son los que dan vida a la feria de la miniatura.
Los diversos trabajos elaborados en esculturas de yeso, como las famosas alcancías con variadas figuras como animales, entre ellos los populares gallos de colores, el tradicional Ekeko (denominado dios de la abundancia), y otras esculturas, son obra de los artesanos, quienes aprendieron a realizar este oficio por sus ancestros.
Con el cabello bien recogido y acomodando sus casas a medio construir, en miniatura, las cuales fueron elaboradas en yeso, la artesana, Ximena Choquehuanca, dijo a EL DIARIO, que ella aprendió a elaborar las miniaturas en estuco, desde sus ochos años, cuando veía a sus abuelos, padres y hermanos, realizar este trabajo, en su taller.
"Yo prácticamente, crecí viendo a mis padres y a toda mi familia, realizando este trabajo en el taller, como era pequeña, esas veces he debido tener seis años, solo acompañaba a mi madre a su puesto de venta, posteriormente a los ocho años, empecé a realizar mis primeros trabajos en yeso, desde ese entonces ya llevo 15 años realizando esta labor, la cual es aprendida por mis hijos, gracias este oficio viajamos por toda Bolivia", relató.
Así como ella, muchas artesanas y artesanos también aprendieron lo mucho que hoy saben de sus abuelos, padres y otros familiares. La actividad se volvió parte de su vida.
La señora Ximena Choquehuanca, mientras terminaba de despojar el papel periódico que envolvía a una de sus alcancías elaborada en yeso, con forma de toro, sonriente y con la mirada pensativa, señala a EL DIARIO lo importante que es para ella su función.
Ella se encuentra en la preferia de la Alasita donde ofrece alcancías de diferentes formas y tamaños.
La artesana, explicó que las esculturas en yeso, se realizan primero con el vaciado del estuco al molde de goma, el cual posteriormente se debe dejar secar por unas horas, para pelar el yeso “como si fuera un cascarita hay que quitar el molde”, señala, después se debe dejar secar por unas horas, pasar la cola, después la pintura y proceder con el adornado, que ya depende de cada artesano.
De esta manera, las historias de como los artesanos iniciaron su trabajo en este rubro tan creativo, resultan ser parecidas, ya que la mayoría, por no decir todos, iniciaron este trabajo por herencia de su padres, abuelos, y tátara abuelos, que se dedicaron a brindar a la ciudadanía paceña, su arte, creatividad, y la tradición, la cual perdura desde el siglo XIX.
TRADICIÓN DONDE LOS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD
El historiador, Fernando Cajias, explicó que la populosa feria de Alasita, es una tradición demasiado compleja desde sus orígenes, pero al mismo tiempo es sencilla de entender, en el sentido que al comprar una miniatura con fe, su sueño o pedido se hace realidad.
Cajias, explicó que al adquirir con fe, el 24 de enero, las miniaturas como los billetes, certificados de egreso, pasaportes, certificados de matrimonio, casas, autos, y demás objetos, es muy importante porque se hace realidad.
La costumbre de adquirir o regalar miniaturas se viene arrastrando desde hace muchos años, según los historiadores viene desde la prehistoria.
Recordó que inicialmente la Alasita no se celebrebara cada 24 de enero, sino el 21 de diciembre esto debido al inicio del solsticio de verano, posteriormente fue el 20 de octubre, en honor a la fundación de la ciudad de La Paz.
Otro aspecto que fue cambiando con el pasar de los años, es la integración del catolicismo a este ritual andino, debido a que posteriormente al realizar el sahumerio, los creyentes suelen hacer bendecir sus "Illas" o "amuletos", combinado ambos aspectos, con el mismo fin de que sus seños se hagan realidad.
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