Monday, March 31, 2014

Fabrican velas de sebo para Semana Santa

Cada año, durante la Cuaresma, los caciques y el cabildo indígena empiezan a trabajar en la fabricación de las tradicionales velas de sebo. Esta tarea la ejecutan en la denominada Casa de Bastón.
Los josesanos las llaman las velas del pueblo. Los fabricantes forman parte de una generación que ha heredado esa responsabilidad de sus padres, y estos de sus abuelos, y así sucesivamente hasta la época de los jesuitas.
El trabajo demanda las siguientes tareas: recolectar el pabilo hecho por las mujeres artesanas, recoger el sebo del matadero municipal, de los friales, carnicerías y de personas particulares, y cortar varillas para el colgado de las velas.
Luego empiezan a derretir el sebo y a bañar los pabilos hasta formar la vela. Después de 15 bañadas las ponen a secar bajo la sombra. Una vez secas las envuelven en papel periódico y las guardan para regalarlas los días miércoles, jueves y viernes santo.
El cabildo y los caciques están fabricando alrededor de 4.000 unidades para repartirlas (gratuitamente) a los fieles que asisten a las procesiones de Semana Santa


El Minerito

Si preguntan por el cerro del Minerito, en la ciudad de Cochabamba, todos saben que se trata del cerro detrás del Cristo de la Concordia donde está la tumba del Minerito. Lugar lleno de misticismo donde el tiempo paró para ceder espacio a las plegarias y al culto a la Pachamama, por eso, allá, el viento sopla de rato en rato para recoger las quejumbres de todos los que acuden al paraje buscando alivio para sus penas.

Decenas de yatiris se concentran en el lugar para realizar los diferentes ritos referidos a los diversos pedidos de sus consulentes. Los braseros a carbón humean mientras los yatiris trabajan bajo el sol, coloreando el paisaje agreste y empolvado. Es un espectáculo fantástico, donde el olor a incienso se mezcla al olor a cerveza entre las piedras y arboles raquíticos que cubren el cerro, en una escena surrealista de la vida real.

Envueltas en el humo se escuchan las plegarias marcadas por el tintinar de campanitas.

La ciudad al pie del cerro tiene aspecto de una fotografía de un cartón postal, puesto que no se divisa su movimiento, ni los sonidos que la hacen viva.

La ciudad… ¡ah! la ciudad es el espacio donde unos guardan sus sueños, educan sus hijos con seguridad y decoran sus casas con cariño, pero también, la ciudad es ese rincón en donde hay pasiones y arrebatos, ese lugar común donde los dolores se multiplican y en donde el desespero de unos es inadvertido por las frustraciones de otros. La ciudad es el sitio en donde se expresa la bienandanza y la tragedia de la vida.

La ciudad de Cochabamba, no sabe qué pasa en el cerro del Minerito.

El cerro del Minerito hace parte de otro mundo, un mundo extraño que invita a meditar…

El Cristo de la Concordia está de espaldas para el cerro del Minerito, lugar donde fue torturado y enterrado el minero Juan Pablo Inofuentes, que después de pasar su juventud sin ver la luz del sol, en la oscuridad profundísima de los socavones de la mina de Quechisla, enfermo y sin fuerzas para trabajar en el interior de la mina dejó Comibol y con la plata de la indemnización, su prole y sus cachivaches emprendió rumbo a la ciudad. Sin saber que la ciudad es más peligrosa que las galerías en el fondo de la tierra. Sin tener idea que la horripilante jaula que le transportaba a las entrañas de la tierra era menos traicionera que la ciudad.

El minero de Quechisla arribó a la ciudad con la esposa al lado y ocho hijos detrás. Al cabo de pocas horas fueron robados, porque el infortunio está a la vuelta de la esquina, y nadie sabe a quién le tocará. En cuestión de segundos no había plata para establecerse en la ciudad. En cuestión de segundos los planes se fueron cuesta abajo y se escurrieron por la alcantarilla de la esquina. En cuestión de segundos nada más, el mal se hizo presente en la vida del minero de Quechisla y de su familia. Porque la ciudad es una especie de selva y quien no está acostumbrado a andar en la jungla corre mayores riesgos, llama más la atención y se torna presa fácil de los depredadores.

Con una resignación secular, seguro de que el hambre no espera, el minero tuvo que buscar otro camino para sacar adelante a su familia, entonces reemprendió rumbo a la Argentina con la esposa y ocho hijos, porque solo contaba con sus manos trabajadoras. Fue a vender su fuerza de trabajo al país vecino, ya que en su país acababan de quitarle sus sueños y no había fuentes de trabajo y obligaba, desde hace tiempo, a mucha gente a inmigrar para poder comer.

Como inmigrante, después de algunos años, logró reunir una buena cantidad de dinero y volvió al país con la esposa y los ocho hijos, con la intención de seguir con sus planes

iniciales. Al arribo, en plena estación de trenes de la ciudad de Cochabamba, el minero de Quechisla, sacó del bolsillo tres mil dólares americanos y empezó a contarlos distraídamente. Hecho que llamó la atención de unos timadores que se acercaron y con engaños lo llevaron hasta el cerro y lo martirizaron.

Martirizaron a un hombre simple sin maldad que nació y creció en la seguridad de un campamento minero, donde no se usaba dinero, se utilizaban vales para adquirir la carne, el pan o lo que fuere. Donde todos vivían bajo las normas del sindicato y no había personas ajenas a la empresa deambulando y cometiendo fechorías, porque la policía minera resguardaba los campamentos donde la vida transcurría en un ritmo vigilado por la empresa y por el sindicato. El peligro en los campamentos mineros estaba relacionado a un accidente con dinamita en el interior de la mina o con la jaula del ascensor que podía desplomarse, las personas no representaban peligro. En cambio, en la ciudad el otro transeúnte puede representar el peligro, y el minero de Quechisla no advertía peligro de vida en otro ciudadano.

Cuando Juan Pablo Inofuentes, entraba al interior de la mina acostumbraba a persignarse delante de la imagen del Tío, ofrendaba una rociada de alcohol, un cigarrillo y un tantito de hoja de coca para que su jornada transcurra sin novedad. Con la seguridad de que estaba protegido por el Tío de la Mina, desde su primer día como trabajador minero hasta el último día, la vida pasó sin mayores sobresaltos. Cuando dejó la empresa, dejó atrás la hoja de coca, el alcohol y el Tío de la Mina, pues, imaginaba que la vida lejos de los terribles peligros de la mina, transcurriría con mayor tranquilidad y bonanza.

Estropearon su cuerpo, pero, no su alma que era buena, resignada y fuerte. Después de pocas semanas desenterraron sus restos en el lugar donde se encuentra hoy su tumba.

Fueron muchos los testimonios de que el alma de Juan Pablo Inofuentes, apareció en la estación de trenes preguntando por su familia e identificándose como el minero de Quechisla. Después de asimilar su experiencia de sufrimiento y alejamiento repentino de su familia, el alma del Minerito empezó a ayudar a todo aquél que le solicita. La familia del minero de Quechisla regresó a la República de Argentina.

Las personas empezaron a concurrir al lugar de la tumba del Minerito para rogar favores al alma bendita, para resolver sus problemas terrenales. Los yatiris reconocieron el lugar como un sitio sagrado donde el alma de Juan Pablo Inofuentes, concurre para ayudarlos en su tarea diaria de auxiliar al prójimo.

Son variadas las manifestaciones de gratitud que las personas dejan como testimonio en la tumba del Minerito, reconociéndolo como alma caritativa y bendita.

El cerro es un lugar lleno de misticismo, ritos y símbolos, donde el tiempo paró para ceder espacio a una plegaria por el alma bendita del minerito mártir Juan Pablo

Inofuentes, minero de Quechisla, que recoge el exceso de dolor que puede haber en la vida de cualquier mortal.


Sunday, March 23, 2014

El segundo altar en la Curva del Diablo

Entre las ciudades de La Paz y El Alto hay sólo tres lugares donde venden ollas de barro. Por ello, las que más abundan en el mercado son de aluminio.
En un recorrido que este matutino realizó se evidenció que sólo en la avenida Eduardo Abaroa, debajo del puente Abaroa, del macrodistrito Max Paredes, ofertan las ollas ecológicas, además de otros artículos como adornos, portallaves y maseteros.

Entre los cinco o seis puestos, la venta de las ollas ecológicas es escasa, pues los vendedores afirman que no las adquieren porque son muy frágiles y no son aptas para la cocina doméstica, ya que en La Paz la mayoría tiene ese tipo de cocina.
Los precios de las ollas de barro varían según el tamaño, los hay desde 20 hasta 80 bolivianos.
En la ciudad de El Alto, según información de las amas de casa, estas ollas se venden en la Feria 16 de Julio y en la zona Pasaje Caluyo, ubicada al norte de la urbe alteña.
Sin embargo, las de aluminio se ofertan en cualquier mercado de barrio, pero el sector más conocido es la calle Max Paredes, donde venden ollas, sartenes, utensilios y escurridores hechos de ese material.
El juego de cinco ollas de un material simple oscila entre 100 y 120 bolivianos, pero el de material grueso vale entre 150 y 200 bolivianos.
"Los juegos de ollas que tienen una capacidad de cinco a 50 platos por lo general nos compran para los hogares”, resalta doña Esperanza Ticona, quien vende estos utensilios desde hace cinco décadas.
Pero además de esas ollas, se ofertan las grandes, las que llevan los negocios de comida. "Vienen a comprar según la demanda que tienen en su negocio. Hay ollas para una capacidad de 100 hasta 300 platos de sopa, los primeros valen 130 bolivianos y los segundos 350”, comentó doña Cinthia Bravo, una de las vendedoras de estos productos.
Explicó que esas ollas son simples, es decir que son delgadas, pero también hay otras más gruesas y esas valen entre 200 y 470 bolivianos.
Página Siete publicó el jueves que se socializa el anteproyecto de Ley de Descolonización de la Alimentación, que busca que los restaurantes cambien las ollas de aluminio por las ecológicas, para mejorar la calidad de vida.
Según tres propietarias de restaurantes y cuatro comideras del mercado Vicente Ochoa, ubicado en la calle del mismo nombre, entre ambos tipos de olla prefieren las de aluminio porque son más durables, resistentes y de mayor capacidad.
"En La Paz es difícil conseguir las ollas de barro, pero aunque hubiera éstas son muy delicadas y además no hay ollas grandes como las que necesitamos en el negocio”, afirmó doña Adriana Condori, del restaurante Buen Gusto, ubicado en la calle Manco Kápac.
Según doña Jackeline Mendoza, comidera del mercado Vicente Ochoa, "las ollas de barro se rompen rápido, no duran y nosotros trabajaríamos para adquirir estos productos nada más”.
Las mayoría de las entrevistadas contaron que una olla les dura entre uno y cinco años.
¿Es dañino para la salud?
De acuerdo con una explicación que hizo el jueves el médico Roberto Medina a Página Siete, el aluminio es tóxico para las células, "especialmente en las células del cerebro”. "Puede producir demencia e incluso Alzheimer, aunque este último no está claramente comprobado”.
Según el director del Servicio Departamental de Salud, Henry Flores, si este utensilio va desprendiendo metales a medida que se va desgastando, provoca incluso insuficiencia renal.
"Los metales, especialmente el plomo, son muy dañinos para la salud”, resaltó la autoridad.
Por eso aseguró que impulsará un estudio en el departamento de La Paz sobre este utensilio para saber si es o no dañino.

Opiniones
Celestina Choque Vendedora de comida
"Yo no cambiaría mi instrumento de trabajo”
Desde que comencé en el negocio preparo mis comidas en ollas de aluminio, porque son más durables, por eso yo no cambiaría mi instrumento de trabajo por otro.
Creo que el sabor de la comida depende de la persona que la prepara, no de las ollas.
Si intentáramos cambiar de ollas no abastecería para todos los negocios, porque no hay muchos lugares que las ofertan. Ya son casi inexistentes.
Para cambiar las ollas también tendríamos que cambiar la cocina, porque las ollas de barro no pueden pararse en las semiindustriales, donde preparamos nuestros platos.

Irene Rojas
Dueña de un restaurante
"Las ollas nos duran máximo año y medio”
En el restaurante cocinamos almuerzo y platos extras para el mediodía, y platos variados acompañados de una sopa blanca para la noche. Por eso a nosotros las ollas nos duran máximo año y medio.
Preparamos entre 200 platos al día para el mediodía y para la noche, 100. La demanda es alta porque la gente que trabaja aquí alrededor, cerca a la calle Figueroa, y además los vendedores en los puestos callejeros piden nuestros platos.
Como tenemos mucho cliente debemos preparar en grandes ollas nuestra comida y por eso lo hacemos en ollas de aluminio.



Thursday, March 13, 2014

Para acullicar se debe pedir permiso a la Pachamama como un rito ceremonial

Comunarios de distintas poblaciones del departamento de Oruro llegaron ayer para cumplir con sus tradiciones referidas al acullico de la hoja de coca, pidiendo permiso a la Madre Tierra o Pachamama, una especie de rito que se inicia antes de la masticación de la hoja sagrada.

La actividad se efectuó en las calles que circundan la plaza 10 de Febrero, donde productores de esta planta, regalaron a la ciudadanía coca en bolsas para que sean parte de la jornada de acullico instituido en 2012 en defensa de la hoja milenaria y de la práctica cultural y ritual en el país.

Fabiana Martínez, explicó que para iniciar con el acullico se debe pedir permiso a la Pachamama, al Tata Inti o Padre Sol, por ser una hoja sagrada que es utilizada como medicina.

"Para acullicar, la coca debe ser introducida a la boca de forma entera a la boca y no doblada ni doblarla, la cual es masticada simplemente y después de sacar su jugo debe ser botarla", manifestó.

Asimismo explicó que a través de la hoja se puede saber si uno tendrá riqueza o tendrá la mala suerte de tener un pariente que muera, en el caso del dinero dijo que si le toca a alguna persona una hoja con hendiduras, significa que tendrá plata, si le toca los cuatro lados doblado significa muerte.

Cristina Villca explicó que esta costumbre milenaria fue heredada de sus padres y abuelos quienes provienen de los aymaras y quechuas.

"Mi papá, mi abuelito, nos enseñaron acullicar la coca para trabajar, para pedir algo a la Pachamama y otros saben leer en la coca para saber el futuro", manifestó.

El funcionario de la Dirección de Control de la Hoja de Coca Industrializada, Richard Mamani, recordó que es el cuarto año que se lleva a cabo el día del acullico con la participación de los productores de las 16 provincias de Oruro.

Explicó que la comunidad debe entender que la hoja de coca no es cocaína, la cual es acullicada por la gente del campo y otros que viven en la ciudad que son de origen aymara e indígena, quienes saben porqué pijchean o acullican la coca.

"La coca nos da la fuerza y la virtud de seguir adelante, elimina el cansancio y brinda tranquilidad para emprender cualquier cosa y ahora hasta los profesionales acullican la coca, incluso algunos de la prensa a quienes agradecemos el apoyo", manifestó.

Se informó que se produce una serie de alimentos en base a la hoja de coca, como harina, bizcochos, pastillas, mates, ungüentos, coca en polvo, bebidas energizantes, los mismos que no tienen químicos.

NEGATIVO

Lo negativo de la actividad fue que después de acullicar la coca, algunas personas botaron las hojas masticadas por todo lado, incluso las secas que cayeron el momento de realizar la entrega a la población, provocando que este lugar y otros alrededor de la Plaza de Armas quede llena de basura.

Sunday, March 9, 2014

Costumbres de autoridades originarias de Peñas

La región indígena originaria, histórica, cultural y turística de Peñas, aglutina en su jurisdicción geomorfológica a dos poderosos y majestuosos ayllus de Tapacarí y Cóndor Apacheta, estructura social organizativa del antaño de las comunidades indígena originarias situadas en la meseta altiplánica, engalanada por la bellísima Madre Naturaleza, enriquecida por la vida natural estampada en la cosmovisión andina de la región.

La vasta geografía de la región de Peñas es depositaria de excelsas y milenarias riquezas culturales ancestrales que florecieron en esta parte del terruño, dejando como herencia imperecedera recursos paisajísticos naturales de singular originalidad que, a pesar del inexorable decurso del tiempo, quedan como silenciosos testigos de un pasado glorioso y supersticiosa, cobija en su seno una diversidad de patrimonios históricos y legendarios, en cuyos panoramas se refleja el esplendor cultural, socioeconómico y productivo, hermosura por sus particularidades artísticas.

La vitalidad de la riqueza cultural de la región se fortalece a través de la práctica de usos y costumbres ancestrales y milenarias ejercidas por las autoridades originarias, políticas, organizaciones sociales y comunales y los miembros de la comunidad entera (pasmarus y komunario wawas).

Las costumbres como patrimonio ancestral y milenario ejercidas por las autoridades originarias están expresadas en el poderoso libro viviente de la naturaleza, la cosmovisión y la historia oral, de los cuales tenemos:

La consagración (la posesión) de las nuevas autoridades originarias de los ayllus de Tapacarí y Cóndor Apacheta (Tata Mallku y Mama T’alla, Tata Santoruma y Mama Santoruma 1er. voto Paña maki, Tata Santoruma y Mama Santoruma 2do. voto Lluq’i maki ), el cual se realizó el 1 de enero (Año Nuevo) en un acto público en medio de aplausos y vitoreo de la gran Jach’a Marka Peñas, fecha que asumieron el mando de autoridad del ayllu, ceremonia especial originaria y comunitaria, vestidos de su indumentaria propia que caracteriza la región: ponchos y aguayos de color verde matizado de colores vivos y naturales, nuevas ch’uspas e incuñas, el wak’i; los varones portan el niño (chika salta niño) en el brazo derecho, la wara o el bastón de mando (rey tata), silvina en la cintura(chicote) y pututu.

La ceremonia ritual ofrecida por las nuevas autoridades originarias de los ayllus se realiza en varias oportunidades durante el mes de enero (según usos y costumbres existe un rol interno entre las autoridades originarias), consiste en preparar una "mesa dulce y q’uwa" alcanzando a la "Pachamama" (willja) con una wilancha de oveja (la región se dedica en la crianza del ganado ovino), brindando la ch’alla y el pijcheo de coca (Inal mama) a las deidades protectoras de la naturaleza y, luego se ofrece la kanka (alimento preparado a base de mote de maíz, haba, chuño phuti y carne retostada) a la comunidad circundante, una forma de pedir suerte, salud, bienestar y progreso de la comunidad (komunario wawas).

El rudeo o la muyt’a originaria comunitaria, consiste en que las nuevas autoridades originarias de la gestión, previo un acto ritual en el lindero o mojón (Linda) realizan visitas de familia por familia en sus casas a los miembros de la comunidad y el ayllu, haciendo la giratoria en forma circular de derecha a izquierda. Esta actividad se realiza en dos (2) momentos: el primero inicia después de la primera willja (7 de enero) a cargo de Tata Santorumas, recurriendo el thaqi a pie; el segundo empieza la última semana de enero a cargo del Tata Mallku, Tata Santorumas y un Niño (secretario), cabalgando en caballos o potros como jinetes, actividad de espectacular trascendencia.

Al concluir la muyt’a (1 de febrero por la tarde), se concentran en la oficina del Jatún Tata (primera autoridad política), a través de una ch’alla ritual, las autoridades originarias (Tata Mallku y Mama T’alla, Tata Santoruma y Mama Santoruma Paña maki, Tata Santoruma y Mama Santoruma Lluq’i maki) de ambos ayllus (Tapacarí y Cóndor Apacheta), acompañadas por un conjunto musical (pinkillada), pasmarus y komunario wawas, en medio de una alegría comunitaria ancestral, cada autoridad originaria se concentra en sus kaviltus correspondientes en horas de la noche (vísperas de la Virgen Candelaria) para realizar el desarrollo del kaviltu comunitario (kaviltu anthapi), actividad ancestral originaria de relieve, costumbres culturales; extendiendo al día siguiente (2 de febrero) se continúa con el desarrollo del kaviltu anthapi, con ch’allas y costumbres, en medio de la alegría al ritmo de la pinkillada

El proceso de realización de la actividad de usos y costumbres a cargo de las autoridades originarias proseguirá desarrollándose en los próximos días de los carnavales, Semana Santa y toda la gestión según el calendario originario o wata purichiy.

Wednesday, March 5, 2014

La gente manifestó su fe a la Pachamama



La tradicional ch’alla (ceremonia a la Pachamama) en el martes de Carnaval se vivió con fe en la ciudad de La Paz. La Alcaldía, por ejemplo, ch’alló paradas de los flamantes buses Puma Katari. Y en los hogares hubo confite, mixtura y alegría.

“Lo primero que hay que ch’allar son nuestras casas, donde vivimos”, comentó Eloy Mamani, amauta que elevó una ofrenda a los achachilas (divinidades andinas) a nombre de la familia Vera en el sector de las apachetas, en la carretera que une a La Paz y Oruro.

Serpentinas, globos, mixturas y fuegos artificiales fueron el denominador común en esa zona y otras del país. Alcohol, vino y coca fueron los ingredientes en la ofrenda a la Pachamama que tuvo como protagonistas a las q’oas (mesas de ofrenda), con las que los creyentes pidieron un año de bendiciones.


El Martes de Ch’alla se vivió con costumbres y rituales andinos



Propietarios de bienes inmuebles y vehículos del país celebraron ayer el tradicional Martes de Ch’alla para agradecer por los bienes recibidos y pedir un año próspero. Además, ello marcó el inicio de la despedida de las fiestas del Carnaval.

La fe y la devoción hacia las creencias andinas fueron el común denominador de la jornada. Uno de los sitios donde la fiesta estuvo acompañada de serpentina, cohetillos, cervezas y los agradecimientos a la Pachamama fue la apacheta de la urbanización Los Sauces, en la carretera que une a Oruro y La Paz, donde incluso participó un grupo de tarqueada.

Hoy se celebra el Miércoles de Ceniza, que da inicio a la Cuaresma. El Domingo de Tentación será el punto final de la festividad carnavalera, cuando en Cochabamba se realice el Corso de Corsos y en La Paz se entierre al pepino.


Excesivo consumo de alcohol caracterizó al martes de ch’alla

La tradicional ch’alla del martes fue una antesala al cierre del carnaval, antes del entierro del Pepino que será en Domingo de Tentación.

Varios propietarios de negocios elevaron sus ritos y ofrenda de agradecimiento a la Pachamama. La misma acción practicaron en casi todos los domicilios, desde El Alto hasta la zona Sur. Asimismo, casi todos se dedicaron a consumir bebidas alcohólicas de manera excesiva, lo que ocasionó pleitos, accidentes y violencia en avanzadas horas de la víspera.

El detonar de cohetillos dio inicio al martes de ch’alla ayer cuando cientos de paceños dispusieron de incienso, copal, dulces, hoja de coca, confites, cigarrillos, pétalos de flores, rematas, globos multicolores, banderines, además de frutas para deleitar a la Madre Tierra a quien pidieron favores y agradecieron.

Se dice que una plegaria a la Pachamama o Madre Tierra sirve para pedirle sus bendiciones para que durante el año haya felicidad en el hogar, buena salud y bienestar para la familia y prosperidad en el trabajo.

Amautas indicaron que la ch’alla significa “hablar con el alma de la casa, auto o cualquier bien material que se desea preservar y que costó sacrificio obtenerlo”.

Con una botella de alcohol, los paceños ch’allaron cada rincón de sus casas, algunos usaron incluso whisky, mientras que otros prefirieron rociar vino y cerveza.

Expertos amautas indicaron que conforme a la tradición, el alcohol se usa para dar de beber a la Pachamama.

Lentejas, maíces y arvejas pintadas de dorado y plata, este año cobraron mayor importancia. Se dice que estas cereales son símbolo de abundancia en la canasta familiar.

En cambio, las misturas se pierden gradualmente y son reemplazadas por las flores. La creencia cambió, puesto que ahora se afirma que las primeras, al ser de papel, vuelan y con ellas se va la buena suerte. En cambio, las flores son alegría, paz y armonía.

Los adoradores de la Pachamama no se hicieron faltar las serpentinas, para envolver con éstas a sus bienes y también a sus seres queridos.

Una vez más, el uso de pirotécnicos (cohetillos) fue habitual y repetido, pese a las prohibiciones. Con el uso de éstos no se tomó en cuenta la contaminación ambiental ni el espanto y maltrato que sienten los animales con el ruido que provocan (especialmente perros).

La música fue un elemento que acompañó a la jornada de ayer, siendo que muchos disfrutaron de tonos de wayños, cumbias hasta coplas cochabambinas.

El universo de negocios de los mercados también festejó ayer para que al año tengan mayores ganancias.

MIÉRCOLES DE CENIZA

Luego de haber pasado las fiestas carnavaleras y haber derrochado alegría y dinero, llega el tiempo de cenizas que marca el inicio de la Cuaresma, “tiempo de preparación a la Pascua que termina el Jueves Santo después de mediodía, recordándonos a los cristianos que somos creaturas, que esta vida es tan sólo una preparación y que nuestro verdadero destino es llegar a Dios en la vida eterna”, según portal Vive la Semana Santa.

En el departamento de La Paz, varias personas en especial los jóvenes se preparan para realizar caminatas hasta el Santuario de Copacabana una distancia de 155 Km desde la Sede de Gobierno que usualmente se lo completa en dos a tres días.

Tuesday, March 4, 2014

El martes de challa reunió a la familia en torno a las tradiciones andinas

Desde tempranas horas las ciudades capitales amanecieron con los tradiciones cuetillos y petardos anunciado una jornada que revive la tradición oral y cultural que cada año se repite y que reúne a la familia en torno a la tradicional parrillada.

"Se challa todo lo que uno tiene", señaló Benigno un vecino de Alto San Pedro quién entusiasmado y en compañía de sus hijos procedía a adornar o challar su vehículo.

Y es que la tradición que nació en el occidente se trasladó a todo el país de ahí es que en las ciudades se challa adornando casa, autos, negocio y todos los bienes materiales. Cuetillos, confites, flores, mixtura, serpentina, alcohol, cerveza son los elementos que no deben faltar en una buena ch´alla donde la buena comida y los buenos licores también están presentes.

Un elemento muy común en la challa es la mesa o apxata que está cubierta por un aguayo y lleva frutas, caramelos, especias, cereales, confites, nueces, vino, alcohol, pétalos de flores, serpentinas, un sullu (feto de llama) y que es ofrecido a la Pachamama.

En las zonas rurales la challa es algo muy especial pues se da gracias a la Pachamama por la producción y las cosechas, se cubre la tierra con pétalos de flores y entierrar una olla de papas cocidas, cigarros, hojas de coca y alcohol para alimentar a la Pachamama. Empero estas tradiciones difieren confirme a las regiones.

La comida es un elemento central en la challa, y cada región tiene un plato asignado para acompañar esta celebración. En Cochabamba se sirve el tradicional Chajchu, un plato a base de carne frita de cordero. En la ciudad de La Paz no puede faltar el popular fricacé y en Oruro las cabecitas de cordero.

En zonas rurales del altiplano se acostumbra comer el ancestral Aptapi, que consiste en una merienda común, donde cada comensal lleva su aporte: patatas, tuntas, chuños, carnes, choclos, habas y todo lo que produce la madre tierra.

Ch’allas cerraron calles del centro paceño

Con flores y cohetillos se challaron ayer los negocios de distintas calles comerciales de la Sede de Gobierno, lo que obligó al cierre de varias vías para dar paso a las fiestas, en las que la tradición ch’alla aún se encuentra arraigada tanto en la ciudad como el área rural, señaló una de las vendedoras de banderines y serpentinas, Martha Coaquira.

Lugares comerciales, como la Tumusla, Uyustus, Isaac Tamayo, Illampu, Rodriguez, Graneros y Garcilaso de la Vega cerraron sus calles para proceder a la ch’alla de sus puestos de trabajo, donde los cohetillos, la comida y la cerveza no podían faltar. Muchos comerciantes agrupados por sectores contrataron amplificaciones y hasta algunos grupos en vivo, para realizar fiestas en plena vía pública, donde lamentablemente primó el exceso en el consumo de alcohol.

Al igual que ayer, hoy es el turno de los domicilios, terrenos y vehículos, que serán adornados con globos y serpentinas, actividad que si bien cuenta con música y buena comida es reservada para compartirla en familia.

Una de las calles más concurridas en estos días para comprar los elementos de la ch’alla es la Illampu, donde con Bs 35, uno puede encontrar desde confites, para darle dulce a este ritual, cohetillos para ahuyentar a las malas energías, cereales pintados de color dorado y plateado en símbolo de riqueza.

Para los que aún mantienen la tradición de la ofrenda a la pachamama, se tiene mesas con illas de dólares, euros y autos último modelo, que tienen un costo desde 20 hasta 80 bolivianos, donde no puede faltar alcohol y vino para calmar la sed de la tierra.

Este ritual que ha pasado de forma oral de padres a hijos, y de la misma forma, con los primeros migrantes, ha llegado del campo a las ciudades, con el pasar de los años, se ha ido urbanizando sin dejar su esencia.

Según Coaquira, en ambos casos existen diferencias que se dan por el tipo de la vida que se lleva en las ciudades, siendo que al no llevar una base económica en la agricultura, se ha dejado atrás la ritualidad y el ciclo que esta nos marca.

En la cuidad los elementos de la ch’alla han cambiado, siendo que ya no se utilizan productos naturales, sino sintéticos que se han convertido en serpentinas, globos, banderines, frutas y flores de plástico, donde ya no se escucha la música, que en las comunidades es siempre parte de lo social y ritual, dejando de lado las tarkas, pinquillos y mohoceños.

Monday, March 3, 2014

Ciudadanía se alista a adquirir insumos para el martes de ch’alla

Cientos de orureños se aprestan a vivir el tradicional martes de ch’alla, para agradecer a la madre tierra por sus bienes que serán adornados con serpentinas, mixtura, globos y flores sus casas, además de cohetillos con la esperanza de que estos bienes sean de mucha utilidad y duren bastantes años, para ello los comerciantes ya ofrecen una variedad de productos.

Como todos los años, orureños y bolivianos en general, dan gracias a la madre tierra, por los bienes que tienen, además de adornarlos y echarles con alcohol o refresco, mixtura, confites, azúcar, flores y otros para que duren o les vaya bien, según explican las comerciantes además también se vende "mesas" dulces o blanca para rendir este tributo.

"Aunque las tradiciones año tras año se van perdiendo, en el carnaval la gente todavía acostumbra celebrar como antes comprando diferentes productos, por ello nosotros, preparamos los confites, la mixtura, serpentina y otros, pero lo más adquirido son las flores", afirmo la vendedora, Dora Soria.

En los diferentes centros de abasto de la ciudad, se expenden confites cuyo costo de la libra es de 6 y 7 bolivianos, de diferentes colores sobresaliendo el blanco y el fucsia, que según cuentan las vendedoras es para atraer la salud y el amor en el hogar.

Las serpentinas alcanzan un costo entre 130 y 140 bolivianos, la bolsa que contiene 130 unidades de serpentina.

La libra de mixtura se oferta a 24 bolivianos, en esta época se utiliza mixtura de todo color. A esto se incrementan los adornos de plástico que se ponen en ventanas, techos y paredes de las casas, o simplemente sobre los autos y otros objetos que se quiera ch’allar.

El momento de la ch’alla debe ser a las 12:00 horas, y la familia entera al son de música carnavalera echa la mezcla de mixtura, confites y algunos pétalos de flores con azúcar a las esquinas de la casa y los techos asimismo el refresco, vino o alcohol para que todo el año la propiedad esté bendecida y protegida, lo mismo se hace con los otros bienes además de adornarlos con globos, serpentina y algunos arreglos de flores, y es muy común escuchar, a esa hora de cada martes de ch’alla el reventar de cohetillos y petardos.



COMIDA

La tradición de la ch’alla, también señala que se debe cocinar un plato especial para la Madre tierra o Pachamama, siendo el producto más cotizado por la población la carne de cordero y llama, otros prefieren la carne de cerdo o pollo, se acostumbra a asar estas carnes en horno o en parrilla, acompañado de papa, camote, oca, choclo, ensalada y plátano de freír.

Estos productos cárnicos, incrementan su precio por la demanda, el kilo de carne de cordero alcanza a costar incluso 28 bolivianos, la llama se mantiene en 22 bolivianos, pero se vende por mayor. El cerdo mantiene su precio entre 30 y 35 bolivianos, el pollo tiene variedad de costos desde 13 bolivianos hasta 15 bolivianos.

Saturday, March 1, 2014

Varias instituciones y empresas "ch’allaron" sus dependencias

Una de las tradiciones de cada viernes de Carnaval es la ch’alla en las oficinas de empresas privadas, públicas e instituciones, por ello el trabajo se desarrolló en horario continuo o hasta media jornada.

Para esta celebración se usa mixtura, serpentina, globos, cohetillos, confites y flores entre otros; en algunos casos comparten un plato de comida y se escucha música carnavalera, y es el anuncio del inicio del Carnaval y feriado hasta el miércoles de ceniza cuando todo vuelve a la normalidad.

"Es una de las tradiciones bolivianas que no podemos olvidar, creo yo que es la única oportunidad para compartir entre los trabajadores y ejecutivos de la empresa, y se vive un momento para compartir, reír y festejar, antes se acostumbraba jugar con agua, ahora con las normas de cuidado del medio ambiente esto ha cambiado por la espuma", explicó el propietario de una carpintería, Carlos Rocha.

Rocha detalló que al margen del tiempo de compartir, la ch’alla es para pedir para el éxito de la empresa por lo que cada trabajador debe adornar su herramienta de trabajo, para que tenga éxito durante el año, además explicó que según las creencias de cada empresario, se puede o no ofrecer una mesa dulce a la Pachamama.

En calles aledañas al Tribunal Departamental de Justicia más conocido como Juzgado, muchas comerciantes se dieron cita para vender los artículos de esta temporada utilizados para la respectiva ch’alla de carnavales, ante todo cerveza.

"Los abogados son los que más cumplen la tradición, cerca del mediodía estas calles son ambiente de fiesta, y muchos no compran con anticipación por ello nosotros traemos lo más requerido a vender cerquita de sus oficinas", aseguró una vendedora, Rosa Pacheco.

Un anciano, Adrian Velasco, aseguró que la tradición de la ch’alla se fue perdiendo año tras año. "Antes todos festejaban esta actividad, se bailaban bailecitos y hasta se cantaban coplas para que las empresas tengan éxito, pero ahora muchos solo se reúnen un rato y luego se van a sus casas, esta fecha se remonta a las tradiciones de la mina donde los ejecutivos o propietarios bajaban a la mina para compartir con los mineros", explicó.

Muy pocas son las empresas o instituciones que desarrollan este festejo en Oruro, la banca privada es una de ellas además de salir en caravana a bailar por las calles aledañas a sus oficinas. También lo hizo el personal de la Gobernación, el Servicio de Impuestos Nacionales Distrital Oruro, la Empresa Pública Departamental de Oruro y algunas otras instituciones y empresas grandes, medianas y pequeñas.

Ministro Groux realizó la tradicional ch’alla del nuevo Repositorio Nacional

Ayer el ministro de Culturas y Turismo, Pablo Groux Canedo, realizó la tradicional ch’alla de las nuevas instalaciones del Archivo y Repositorio Nacional que está ubicado en inmediaciones de la plaza Murillo, y actualmente se conoce como la “Casa Mendoza”. Al promediar las tres de la tarde y treinta minutos, la autoridad de esta cartera de estado con muestras de agradecimiento a la Pachamama (flores de retama, azúcar y hojas de coca), visitó la Casa Mendoza haciendo su recorrido por toda la infraestructura y los diferentes ambientes donde funcionará el nuevo Archivo y Repositorio Nacional que prontamente estará a disposición del público, brindando los servicios de hemeroteca, biblioteca general y especializada (turismo), según nota de prensa. Por la gran cantidad de libros, periódicos y material técnico, que posee este archivo, se encuentran aún embalados y deben ser reordenados en nuevos mobiliarios. “Les pido la cuiden, la mantengan que sea un lugar de mucha utilidad para la ciudadanía, a pesar de los cambios de autoridad que hubiera, la responsabilidad será del personal responsable que esté a cargo de este lugar”, recomendó Groux. La autoridad aseveró que debido a la amplitud de este lugar, y para ofrecer la mayor seguridad a los usuarios, se prevé la instalación de cámaras, un sistema de control y vigilancia, para la preservación de la memoria histórica del país. Edwin Osco, responsable del Archivo y Repositorio Nacional, agradeció a la autoridad, por la realización de este sueño tan anhelado por muchos años. “Este será un lugar de información nacional, donde tendrán acceso todas las personas, desde estudiantes hasta los investigadores”, indicó. Luego de recorrer por la nueva instalación, el ministro Groux junto a su personal ejecutivo, y a los funcionarios del Repositorio Nacional, a la cabeza de Edwin Osco, hizo el encendido de la k’oa para brindarle los agradecimientos a la Madre Tierra (Pachamama) y por el logro de este espacio.