Desde tempranas horas las ciudades capitales amanecieron con los tradiciones cuetillos y petardos anunciado una jornada que revive la tradición oral y cultural que cada año se repite y que reúne a la familia en torno a la tradicional parrillada.
"Se challa todo lo que uno tiene", señaló Benigno un vecino de Alto San Pedro quién entusiasmado y en compañía de sus hijos procedía a adornar o challar su vehículo.
Y es que la tradición que nació en el occidente se trasladó a todo el país de ahí es que en las ciudades se challa adornando casa, autos, negocio y todos los bienes materiales. Cuetillos, confites, flores, mixtura, serpentina, alcohol, cerveza son los elementos que no deben faltar en una buena ch´alla donde la buena comida y los buenos licores también están presentes.
Un elemento muy común en la challa es la mesa o apxata que está cubierta por un aguayo y lleva frutas, caramelos, especias, cereales, confites, nueces, vino, alcohol, pétalos de flores, serpentinas, un sullu (feto de llama) y que es ofrecido a la Pachamama.
En las zonas rurales la challa es algo muy especial pues se da gracias a la Pachamama por la producción y las cosechas, se cubre la tierra con pétalos de flores y entierrar una olla de papas cocidas, cigarros, hojas de coca y alcohol para alimentar a la Pachamama. Empero estas tradiciones difieren confirme a las regiones.
La comida es un elemento central en la challa, y cada región tiene un plato asignado para acompañar esta celebración. En Cochabamba se sirve el tradicional Chajchu, un plato a base de carne frita de cordero. En la ciudad de La Paz no puede faltar el popular fricacé y en Oruro las cabecitas de cordero.
En zonas rurales del altiplano se acostumbra comer el ancestral Aptapi, que consiste en una merienda común, donde cada comensal lleva su aporte: patatas, tuntas, chuños, carnes, choclos, habas y todo lo que produce la madre tierra.
No comments:
Post a Comment