Thursday, November 9, 2017

Familias y devotos celebraron a las ñatitas



En las ciudades de La Paz y El Alto, y en algunos municipios, se celebró ayer la fiesta de las ñatitas, una costumbre que tiene origen en las culturas más antiguas de Bolivia y que se mantiene viva en la población.

La celebración se sitúa cerca a la de Todos Santos y tiene relación con creencias heredadas de las naciones originarias, pueblos como los uruchipayas, anteriores a los aymaras.

Quienes poseen las osamentas y les rinden ofrendas lo hacen con mucha devoción, tal como se observó ayer en el Cementerio General de La Paz, lugar adonde acudieron familiares y personas que poseen una Ñatita sin haber sido, necesariamente, familia en vida.

Milton Eyzaguirre, antropólogo, presentó recientemente un libro sobre una investigación y seguimiento que hizo a la fiesta por 15 años, con el título de Las ñatitas de mi vida. Afirmó que durante todo el período mencionado notó crecimiento en la creencia. “Hoy se cierran hasta calles para que la celebración se realice. En el Alto, la fiesta es más grande porque involucra la participación de pasantes, la música y el baile de fraternidades de morenos”, dijo.

Comentó que, pese a los ataques de personas católicas o de otras religiones, el vínculo con los restos humanos no terminará porque su base es la convivencia de la vida con la muerte.

“Los ancestros pueden ser inmediatos o de larga data. En general están en segundo orden, por debajo de una entidad mayor, y obviamente se convierten en intermediarios entre los seres vivos y las deidades, y a esos seres se le pide favores y protección”, enfatizó.

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