Desde Chuquisaca, Santa Cruz y Cochabamba llegan a La Paz el maní, la fruta y los dulces que se degustan hoy para "rendir culto al cuerpo”. Así define Eduardo Velasco la celebración de Corpus Christi, mientras alista sus bolsas de productos recién comprados en la calle Illampu.
En su familia la tradición vino de su madre que "siempre traía este tipo de alimentos para compartir en casa el día de Corpus Christi”. Aunque no conoce el origen de esta práctica, Velasco reconoce que no suelen acudir a misa y que aprovecha el feriado religioso para descansar.
Desde la visión católica, hoy se conmemora la llegada y presencia del cuerpo de Jesucristo. La costumbre de compartir la comida en casa con familiares y amigos se alterna con las actividades religiosas de la jornada: procesión y homilías en la Catedral paceña y en las respectivas jurisdicciones eclesiásticas.
Hilda Condori vende todo tipo de dulces y masitas, procedentes mayoritariamente de Cochabamba, que son características de la festividad. "Es el momento del año en el que se puede comer de todo, ninguna fruta ni carne nos puede hacer daño”, dice.
El chambergo, típico de Potosí, se presenta como novedad en algunos de los puestos paceños dispuestos para la jornada de hoy. Conocida como "lampaganas” es una de las masas más vendidas; tiene en su interior lacayote, con pepitas incluidas. Condori está convencida de que venderá hasta el último de los deliciosos productos.
Entre dos y un día antes de la festividad se instalaron los puestos en la calle Illampu y se espera que hoy la venta supere las expectativas, como ocurre cada año. En sacos grandes lucen las dos clases de maní, que se diferencian por su color: uno más rojizo y otro más blanco.
Andrea Alarico asevera que este año ha subido un poco el precio con respecto al año pasado, porque, según cuenta, su producción ha sido más reducida. Estos días se vende la libra entre ocho y 10 bolivianos.
Andrea ha traído desde Sucre 740 quintales de maní. Junto a su hija Margarita se pasarán toda la jornada festiva de hoy vendiendo en la calle hasta que no les quede más que los sacos vacíos. Son católicas, pero por las obligaciones laborales no podrán participar de las prácticas religiosas, ni de las tradiciones relacionadas al Corpus Christi.
Sus compañeros vendedores en la Illampu también tienen poroto a un precio que se aproxima al de maní, higos secos a 10 bolivianos la libra y rosquillas a dos bolivianos, todos procedentes de la capital.
Cerca a estos puestos sobresalen los montones de mandarinas, naranjas, plátanos, manzanas, piñas y chirimoyas.
Las frutas representan uno de los alicientes más valorados por los clientes, sobre todo porque hay ofertas y rebajas por debajo de su precio habitual.
Jimena Mayta explica que "estamos dando más barato que en lugares como el mercado de la Rodríguez. Por ejemplo, 25 mandarinas a 10 bolivianos, cuando en el mercado está a 18”.
Hasta llegar al puesto de venta, la fruta ha pasado por varios procesos de traslado, en los que intervienen múltiples personas, que por lo general son integrantes de una misma familia; sin embargo, esto no afecta a la buena apariencia y color de la fruta que se oferta.
Mayta asegura que en cuanto termine de vender su mercadería irá a la iglesia. "Hay que agradecer”.
Actos religiosos
Solemnidad Desde el siglo XIII, la Iglesia Católica inicia la conmemoración del Corpus Christi para "venerar el cuerpo y la sangre de Cristo”. Por tanto, se trata de una festividad solemne e importante para los devotos católicos.
Presencia Cada templo representa la casa de Dios. Por tanto, el padre Sebastián Obermaier explica que su cuerpo está presente en cada uno de los espacios que representan a la religión católica. De ahí, entre otras muchas referencias, la hostia es el reflejo más contundente de este hecho.
Misa En la Catedral de La Paz la misa comenzará a partir de las 10:00. Después se realizará la tradicional procesión. En cada jurisdicción eclesiástica se oficia una misa en distintos horarios.
La costumbre se traslada a parques
La costumbre de comer maní, pasancallas, porotos, diferentes dulces y frutas en compañía de familiares y amigos se trasladará a las plazas y espacios públicos, aunque en las casas también habrá celebraciones.
Es habitual reunirse alrededor de un aguayo para compartir los tradicionales manjares.
Se trata de una jornada festiva con un significado religioso, al que se incorporan los usos y costumbres bolivianos. Desde ayer se intensificaron las compras de este tipo de productos.
Muchas personas prefirieron adelantase para evitar las aglomeraciones de hoy en los puestos de venta. Es el caso de Marco Vega, quien compró una libra de maní, según cuenta, "para regalarle a un pariente”.
Confiesa que como católico no es practicante, pero cuando puede y no tiene que trabajar le gusta seguir las costumbres. Además le encanta el maní, en cualquier época del año.
La melcocha es uno de los dulces más demandados, que se vende junto al maní. Olga Vargas explica que se elabora con azúcar, colorante y canela procedente de Cochabamba.
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