Con sendas ofrendas a la Pachamama (Madre Tierra) el Gobernador de Cochabamba, Iván Canelas, recibió ayer el Inti Watana 5523 (Año Nuevo Andino) en las faldas de las ruinas de Inka Raqay (Inca de Roca) enclavada en el municipio de Sipe Sipe, aproximadamente a 35 kilómetros de la ciudad capital.
En la oportunidad, una multitud de personas entre nacionales y extranjeras, pero también, autoridades regionales como la presidenta de la Asamblea Legislativa Departamental, Leonilda Zurita y el secretario ejecutivo de la Federación de Campesinos de Cochabamba, Juan Zurita, participaron del tradicional ritual andino.
La alcaldesa de Sipe Sipe, María Heredia Muñoz abrió oficialmente la celebridad del Machaq Marka 5523 al promediar las 04:30 horas de este domingo 21 de junio (ayer) y se extendió hasta pasada las 10:00.
La iza de la Wiphala, emblema nacional y símbolo de identidad de los pueblos originarios de la zona occidental del Estado, puso un matiz espectacular a la conmemoración que al acorde de sendos conjuntos autóctonos se convirtió al cabo de algunas horas en una verdadera fiesta comunitaria y de regocijo general.
DESARROLLO Y PAZ En la oportunidad, la primera autoridad regional del departamento, Iván Canelas, expresó su deseo de que los primeros rayos de sol, que alumbró ayer el territorio nacional, puedan bendecir con “paz, armonía, pero sobre todo, crecimiento”.
Es imperioso que al inicio de este nuevo año aymara “todos los problemas que tenemos los podamos resolver con diálogo, concertación y que juntos, podamos llevar adelante el trabajo y las obras que buscan el desarrollo de la población”, complementó Canelas.
La alcaldesa Heredia explicó que el Inka Raqay es el lugar Pukara, que simboliza la acción fecundamente o providencial del sol, destinado al espacio de los tres valles de Cochabamba.
Para demostrarlo con hechos, con ayuda de varios brujos y/o achachilas (sabios) aymaras y quechuas, procedió a sacrificar tres llamas blancas simultáneamente cuando los primeros rayos del sol asomaban el valle de Cochabamba.
“Es un ritual de connotación androgenérica de ofrenda a la Pachamama”, explicó la autoridad edil.
De inmediato procedió luego junto a otras autoridades comunales del lugar a bendecir con la sangre de los animales a todos quienes participaron del rito cultural.
En varias direcciones echaron sangre para que al igual que cae la lluvia “pueda mojar a todos, es decir, bendecir, con buenas nuevas a quienes tienen compromiso con la tierra”, dijo la Alcaldesa.
RESGUARDO Durante los actos festivos que terminaron con un gran festín de carne de llama, la Policía Militar resguardó al menos con cerca de 200 efectivos el área oficial del evento.
La Alcaldía de Sipe Sipe, además, desplazó a la Policía y puso al servicio de los asistentes letrinas móviles.
También un riguroso control para el intenso tráfico vehicular que llegó.
300
personas llegaron
aproximadamente hasta las ruinas de Inka Raqay para participar de los actos festivos destinados a recibir al nuevo año nuevo andino.
La Alcaldía de Sipe Sipe dispuso todo un operativo ceremonial que puso en evidencia planificación y un riguroso control para garantizar la seguridad ciudadana.
Algunos comerciantes hicieron su agosto en alrededores del acto central.
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