Con una ofrenda a la Pachamama (Madre Tierra, en idioma nativo), el presidente Evo Morales recibió temprano el domingo el Año Nuevo Andino Amazónico 5523 en la Isla de Incahuasi, emplazada en el centro del Salar de Uyuni de 10.000 km2, en el departamento de Potosí, en el suroeste de Bolivia.
Decenas de miles hicieron lo propio en otros 80 emplazamientos ceremoniales sagrados de Bolivia.
“En el Machaq Marka 5523 años, estamos firmes, como soldados de esta Madre Tierra, como soldados de nuestro proceso de cambio y estamos aquí para seguir liberándonos hermanos y hermanas”, dijo el mandatario contrito en medio del rito telúrico.
Apenas pasadas las 6h00 locales, Morales levantó las manos para captar la energía solar, al realzar la celebración de la fiesta del Willkakuti o el retorno del Sol en la Isla de Incahuasi, en el Salar de Uyuni, en medio de la inmensidad de la pastilla plúmbea, principal atractivo turístico de Bolivia que contiene en sus salmueras el 70% de la reserva mundial de litio.
Al cabo del rito ancestral, el jefe de Estado demandó la unidad de los bolivianos, que equivaldrá, subrayó, “al triunfo del pueblo y derrota del imperio que por tantos años dominaron, saquearon los recursos naturales, humillaron, odiaron y buscaron eliminar al movimiento campesino indígena originario”.
Flanqueado por miembros del Consejo de Ayllus y Comunidades Originarias del Salar de Uyuni, del Consejo de Amautas, vecinos además de autoridades civiles, militares, policiales y de municipios de Llica y Tawa, señaló su convicción para recibir, del astro rey y en la línea de las creencias y fe de los pueblos que habitaron los Andes sudamericanos desde tiempos inmemoriales, la energía, fuerza, sabiduría e inteligencia “para que Bolivia siga avanzado”.
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