Al interior de algunas casas, en las puertas de los negocios y en varias apachetas de la ciudad se siente el aroma dulzón del azúcar, la q’oa y la canela mezclados con el incienso y el humo de la leña. "La Pachamama ha despertado, hay que darle su wajtita. Las primeritas bien recibe; después se harta”, dicen los creyentes cuando transcurren las primeras horas de agosto, mes de la Madre Tierra.
Con wajtas, ayer, los paceños recibieron el mes de la Pachamama. La Plaza del Monolito, frente al estadio Siles, fue uno de los escenarios. El Ministerio de Culturas ofrendó una mesa en la calle Ayacucho y en la Alcaldía, otra en San Francisco; mientras, los puestos de venta de la Max Paredes y la Illampu atendieron a largas filas de personas que buscaban manjares para la tierra.
"Es el mes en que despierta la Pachamama y hay que darle su comidita con toda esperanza y fe. Agradeciendo todo lo que nos ha dado y lo que nos va a dar en adelante”, explica el amauta Ángel Tapia mientras prepara la mesa de agradecimiento bajo la mirada inmóvil del monolito que resguarda Miraflores.
A su alrededor, estudiantes, vendedoras , autoridades municipales y curiosos ciudadanos escogen minuciosamente las hojas más verdes y vistosas de un puñado de coca que Tapia les reparte. En ellas encomendarán gratitud y nuevas peticiones.
"Hay que pensar en todos nuestros sueños y anhelos. Además de la coca hay que ponerle los dulces de diferentes formas. Lo que no puede faltar es el cebo de llama que es el animal que llevará las peticiones”, detalla Tapia a quienes -a modo de receta- le piden indicaciones.
Según explica, esta tradición se remonta a épocas precoloniales. Está ligada al ciclo ritual agrícola porque agosto es el mes en el que la tierra se prepara para empezar su producción.
En sus crónicas coloniales, Guamán Poma de Ayala llama a agosto "Chacra Yapuy Quilla” o "Mes de abrir la tierra”. Así se refería a la apertura de surcos para empezar la siembra de los alimentos en el campo. Relata cómo en el Altiplano, ya en tiempos precolombinos, se enterraban ofrendas, se echaba chicha o se ofrendaban llamas o corderos. Incluso personas.
Como éste, muchos relatos hacen referencia a este mes que -se comenta- no es seguro para los viajeros. "Los abuelos contaban que en este mes la Madre Tierra está con la boca abierta pidiendo comida. Por eso, cuando no nos wajtamos bien hay accidentes. La tierra se los come”, dice una de las vendedoras del estadio, Marisol Quisbert.
Por este motivo, en la calle Illampu, Esteban Larico ha encargado una mesa especial. La suya no sólo lleva cebo, sino un sullu (feto de llama). "Los choferes en este mes tenemos que hacer un pago especial a la Pachamama para no tener accidentes. A la apacheta llevamos”, dice.
Las chifleras, encargadas de prepara las wajtas, coinciden en que también las embarazadas deben cuidarse. "En este mes las wawas se adelantan. Por eso, al amanecer del primero de agosto hay que pagar”, dicen.
En la ceremonia del estadio, la ofrenda se consume rápidamente. "Hambre tenía . Lo principal que he pedido es fuerza, que no nos deje y nos dé salud. Lo demás va a estar viniendo”, dice Quisberth mientras alimenta con alcohol y vino el fuego para calmar la sed de la Pachamama.
Yatiris alteños reciben agosto con wajtas en negocios
Madeleyne Aguilar / El Alto
Yatiris y amautas alteños recibieron agosto oficiando mesas de ofrenda para la Pachamama en locales de fiesta y en otros negocios. Este mes crece la demanda de rituales para prosperidad en el comercio y salud. La Alcaldía de El Alto también realizó una wajta de buena energía.
"Los rituales se los hace en varias fechas durante todo el mes de agosto, depende de la fe de cada persona. Yo, como varios maestros, anoche (1 de agosto) estaba en una casa particular, en sus locales de fiesta. Desde las 00:00 hicimos una wajta en todos los terrenos del cliente”, contó el vicepresidente del Consejo de Yatiris y Amutas de El Alto, Tiburcio Condori.
Explicó que, dada la gran cantidad de comerciantes de la urbe alteña, la mayoría de pedidos de mesas es para tiendas y locales comerciales. Este mes de la Pachamama, "los clientes exportadores piden a la Madre Tierra mejores ingresos”, así que los yatiris hacen mesas en frontera.
La comuna se sumó al rito. "El 1 de agosto la Pachama se abre y como gobierno municipal hicimos una wajta blanca para que sea una buena gestión”, dijo el director municipal de Cultura, Henry Mérida.
La ofrenda de la comuna se realizó a las 6:00 de ayer, en la pacheta Quisirmitani, Waraq’u. Participó la Asociación de Amautas de El Alto. Luego, todos compartieron un apthapi.
"Una wajta es invitar una comida a la Pachamama, como un buffet para pedir bendiciones. Por eso los funcionarios la hicieron, para que todo les vaya bien”, explicó el yatiri Jaime Calisaya.
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