El municipio de La Paz cuenta con al menos 30 sitios energéticos ancestrales ubicados en cerros, montañas, lagunas y hasta miradores. Por la espiritualidad que representan, y para preservar la práctica de su ritualidad, se postulan como patrimonio inmaterial de los paceños.
"Estos son sitios en los que se hacen wajtas, se ch’alla, se pide permiso a la Pachamama, se deja el cansancio o se pide consejo y protección a través de rituales ancestrales. Estamos impulsando un proyecto de ley que busca revalorizar y preservar esta espiritualidad, que no sólo pervive en la memoria de los paceños, sino en su vida cotidiana”, indicó la concejal, Beatriz Álvarez.
Según un relevamiento preliminar de la Secretaría Municipal de Culturas, dentro su jurisdicción La Paz tiene 18 wak’as, cuatro apachetas, seis mama qutas y dos achachilas. Cada uno de estos "lugares sagrados” posee una energía y un fin peculiar.
Los achachilas son lugares sagrados que generan energías positivas y son reconocidos como "padres protectores” de la comunidad. Son montañas altas e imponentes en las que moran los antepasados.
Los dos achachilas identificados en nuestro territorio son el Huayna Potosí y el Chacaltaya. Los amautas y yatiris afirman que otro muy importante es el Illimani, a quien le llaman centinela de La Paz. Sin embargo, no se encuentra dentro de los limites del municipio, pero no por eso pierde su poder protector.
A las apachetas se les atribuye la protección de los viajeros. Por eso éstas están en lomas elevadas cerca a los caminos. Muchas veces se encuentran montículos de piedra donde los viajeros ofrecen coca y alcohol para pedir permiso para continuar el viaje. En estos puntos también se sientan a descansar para continuar.
Las cuatro identificadas corroboran su función. La más conocida es la apacheta de la cumbre al ingreso a los Yungas. Las otras, también en salidas importantes de la urbe, antiguas o actuales, son Qhana Pata (por la estación del teleférico amarillo), Salla Umani (el mirador antes de llegar al peaje de la autopista) y Llawllini Apachita, al ingreso a Zongo.
La energía femenina viene de las seis mama qutas (madre agua) que habitan los macrodistritos urbanos y rurales del municipio. Son lugares sagrados protectores dadores de vida donde la energía viene del agua.
Su ritualidad está ligada a la fertilidad y producción agrícola y del ganado. Se la vincula también con la lluvia, manantiales y la abundancia de las personas.
Los macrodistritos rurales Zongo y Hampaturi albergan a Estrellani, Pampa Larama, Llawllini y las lagunas de Milluni, cuatro de las seis mama qutas. Siete Lagunas y Laguna de las Ánimas se encuentran en la Periférica y la Zona Sur.
Sin duda las más numerosas son las wak’as. Llegan a un total de 18, de las cuales muchas se han convertido en miradores en los que conviven los ritos tradicionales con la modernidad de la urbe paceña. Poseen una personalidad propia que libera energía positiva o negativa mediante amautas y yatiris que realizan ofrendas a la tierra.
En su mayoría se encuentran en los macrodistritos urbanos dentro de zonas ya pobladas. Las wak’as son Jisk’a Warancuni, Jach’a Qullu, El Calvario de la Periférica, Cementerio la Llamita, Alto Pampahasi, Pukara en San Antonio, Auki Qullu en la Muela del Diablo, Wallatani Qullu, Alpacoma, Wara Warani, Murmuntani, Chinchaya Qullu, Mama Lorenza, Tata Lorenzo, Valle de la Luna, Quilli Quilli, Jach’a Apacheta y Katari o mal llamada Curva del Diablo.
Las últimas son las más conocidas y que por mucho tiempo han sido reclamadas por amautas y yatiris para su liberación. Al ser miradores, algunas están enrejadas, lo que impide el ingreso, sobre todo en las noches, para la realización de los rituales ancestrales.
"Estamos en proceso de verificación y precisión de datos. Una vez que se identifique cuáles serán patrimonio haremos la liberación de los que se encuentren con restricciones para los ritos, porque se trata de preservar y promocionar estas prácticas que hacen a la identidad de los pueblos originarios”, afirmó la concejal al respecto.
Sostuvo que empezará la delimitación georreferencial de estos lugares para ver su extensión y se espera que al momento de su nombramiento, si éste se da, no afecten los terrenos ya poblados. También se realizará el registro de los ritos que se realizan.
"Es un proceso que ya empezó pero aún no tenemos una fecha en la que podamos promulgar la ley. Se trata de preservar no sólo los lugares sino toda la espiritualidad que hay en el lugar.
El delegado de la oficina de Interculturalidad del Municipio, Pelagio Patty, señaló que el relevamiento se realizó entre junio y julio de este año. Sostuvo que, además del proyecto que impulsa Álvarez, se pedirá que se mejore el acceso a estos lugares.
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