Una de las peculiaridades que tenía esta fiesta en su origen, y que ya desapareció hace más de 40 años, es el funcionamiento de un Banco de las Alasitas.
De acuerdo al comunicado de la Alcaldía de Quillacollo, en aquellos años se instalaba un pequeño banco en medio de la plaza, donde los visitantes se veían obligados a cambiar los billetes de circulación nacional por réplicas de billetes en miniatura.
Este tipo de moneda comenzaba a circular en la feria, con un valor igualitario al real, con el cual los visitantes podían “comprar” los objetos en miniatura que deseaban.
Esta moneda perdía todo su valor al finalizar la festividad de Alasita.
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