El kallawaya Walter Álvarez señaló que las ñatitas son parte de la cultura aymara del país, por lo que merecen respeto de la población que cree o no en esta tradición.
Además, afirmó que las calaveras brindan amor, justicia, dinero y salud en beneficio de quienes las veneran.
De acuerdo con Álvarez, quien es también conocido como un curandero aymara, la adoración a las ñatitas son creencias de la cultura aymara en la parte andina, por lo que se tiene la creencia de que el octavo día del onceavo mes del año, el ajayu (ánima) regresa al mundo de los vivos para protegerlos y cuidarlos, a cambio, los vivos los celebran con misas religiosas, k’oachadas, velas, música, alcohol y cigarrillos.
Otros, en cambio, prefieren una celebración con fiesta, bandas, serenatas e invitados similares al festejado, según la creencia, el festejo y las bendiciones hechas por los vivos a las ñatitas son para gozar de su protección durante todo el año.
“Lo importante es que hay que tener fe porque ellos dan amor prosperidad y es la parte cultural de nuestro pueblo y es por eso que muchos de los curanderos y familias de manera particular cuentan con estas ñatitas, donde antes estos festejos se recordaban en las puertas de las iglesias”, manifestó.
El kallawaya Álvarez también pidió respeto a este tipo de celebraciones que se realizan en todo el país, refiriéndose a la iglesia católica, debido a que hace más de un año atrás dicha instancia había decidido no celebrar y bendecir a estas ñatitas, tal como se hacía en años anteriores.
“Pedimos respeto a la iglesia católica, además nosotros nos encontramos en un estado laico, porque así como ellos tienen sus fundamentos y sus bases, nosotros los aymaras también tenemos muy enraizada esta cultura en Bolivia, por lo que pedimos respeto a las mismas, no puede ser que esta actitud en las iglesias no tiene razón de ser, pedimos respeto a nuestras creencias”, señaló el kallawaya.
Según la autoridad aymara, esta cultura es una mezcla de tradiciones indígenas y católicas, los bolivianos celebran la Navidad con fe, como las ofrendas a la Pachamama (Madre Tierra), de la misma manera a lo largo del año se celebran fiestas que conjugan paganismo con fe religiosa, tradiciones ancestrales con celebraciones nuevas, muchas de ellas extranjeras.
“Del 1 al 2 de noviembre, en los hogares católicos se espera a las almas de los difuntos, con la firme creencia de que éstas visitan sus casas por 24 horas y reciben las ofrendas que los familiares preparan con mucho cariño para ellos, una semana después, el día 8, el cementerio de La Paz y en todo el país reciben a una gran cantidad de devotos de las ñatitas, miles de personas llegan a la capilla de los camposantos acompañados por cráneos humanos decorados con flores, gorras, gafas o sombreros, estos cráneos son conocidos como las ñatitas, o narices chatas y son objeto de devoción desde hace mucho tiempo, la gente cree que son protectores de sus casas e, incluso, artífices de muchos milagros”, sostuvo el kallawaya .
Finalmente, uno de los primeros kallawayas del país, Walter Álvarez, señaló que en los últimos años cada vez son más las personas que reciben en su casa a calaveritas ya sean de los propios familiares o de cadáveres de personas desconocidas, la bautizan, le rezan y le hacen un altar donde le prenden constantemente velas, le ofrecen hojas de coca, cigarrillos, ofrendas efectuadas cada 8 de noviembre. Las calaveras son mantenidas generalmente en bandejas o cajas de vidrio, madera y otros materiales.
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