La costumbre de la Alasita no inicia el 24 al mediodía, sino a la media noche. Es por esta razón que un gran grupo de personas empieza la compra de billetitos y miniaturas al minuto de haber comenzado el 24 de enero. Muchos dicen que a esa hora se atrae más a la suerte, sin embargo, el principal propósito es “Aynirse con el Ekeko”, la devolución.
Iban a dar las 23.30 del 23 de enero, y como hace muchos años, la gente se reunió en la calle Simón Bolívar de la ciudad de La Paz. Unos compraron billetitos, otros casitas, canastitas de víveres, chuspitas con plata, autitos, terrenitos y demás miniaturas.
Una vez adquiridos los amuletos de la fortuna, los creyentes se trasladaron hacia la parte central del Campo Ferial del Bicentenario, con el propósito es alcanzar al Ekeko, una representación del Dios de la abundancia de 1.5m aproximadamente; pieza lítica esculpida por el artista Víctor Zapana Serna en 1977. La intención principal es devolverle los favores recibidos el año pasado.
“La creencia es: lo que usted compró el año pasado, los favores que recibió los tiene que devolver ahora; después de devolverlos usted ya viene a comprar los nuevos billetes o las nuevas bendiciones”, cuenta Esperanza, una de las personas seguidoras de esta tradición.
Ciudadanos de otros departamentos del país, también llegaron para rendir culto al Dios de la fortuna. Fernando Rocabado, un visitante pandino, dice tener mucha fe en la Alasita, aunque es la primera vez que viene.
“Mire yo recién primera vez que vengo, porque vengo desde Cobija y esta noche tenía que irme pero como esta larga la fila para comprar tendré que quedarme, compraré billetes y un auto, tengo mucha fe por eso llegué desde Pando”, refiere el pandino.
La creencia de la gente culmina cuando logra llegar y arrojar miles y miles de billetitos a la estatua del Dios Tunupa, tocarlo es misión imposible por la cantidad de cuerpos que se apretujan tratando de acercarse al lugar. Alrededor los infaltables Yatiris, Amawtas y Kallawayas.
“Lo que tiene que hacer es guardar la ch’alla (billetes de Alasita salpicados de alcohol, flores, mixtura, arroz, azúcar, pasado por el humo de un sahumerio) en un pañuelo bien amarradito en un sitio donde guarde su dinero para que no le falte y al año, si Dios y la Virgen lo permiten, estará contando esta plata de verdad”, explica Isidro Roque, maestro Yatiri.
Muchos lograron la anhelada cercanía con el Ekeko de piedra: verlo, tocarlo, mojarlo de alcohol o cerveza, devolverle los favores recibidos de su bonanza, el pasado año. Agradecerle por que en el hogar no faltó lo necesario.
Una oportunidad más para “Aynirse” durante otro año con el Dios de la fortuna, la abundancia y los deseos… “Ayni con el Ekeko”.
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