En el templo de San Pedro se vivió ayer la tradicional Navidad de Antaño, una actividad que es organizada todos los años por los grupos de bailarines y vecinos de la zona.
Todo comenzó con la entrada del niño llevado por los pasantes y los bailarines desde la plaza 25 de Mayo y en el templo se desarrolló el programa de homenaje con baile e incienso.
La adoración al niño Jesús comenzó con el grupo de los pastorcitos, luego bailaron los conocidos “reques” que se caracterizan por los pasos, saltos y volteos, siguieron los grupos Lupa, abuelos, fiesta pasadores, el negro y la negra y los Reyes Magos. También se compartió la conocida buñuelada y chocolatada con todos los asistentes en el conocido kokawi (comida).
Este año los pasantes fueron el grupo Scout Alemán San Pedro y para la siguiente gestión serán los grupos de bailarines de la parroquia. La actividad de ayer tuvo la visita de muchos amigos de la parroquia que llegaron de diferentes ciudades del país y del exterior.
La fiesta de ayer domingo mostró nuevamente las tradiciones que se arrastran desde los abuelos y se cumplió el deseo de recuperar por otro año más la tradicional Navidad de Antaño.
La señora Bertha Zárate, una de las impulsoras de esta fiesta, comentó que la actividad se realizaba antiguamente en las parroquias de San Juan y San Martín y que con apoyo de los vecinos se logró su rescate.
Comentó que en la adoración al niño Jesús participan los niños, jóvenes y los mayores en una fiesta que se desarrolla con mucho respeto y fuera de otras costumbres sociales que tergiversan el objetivo de la reunión.
En el cierre de la fiesta de ayer se bailó la conocida cacharpaya y se compartió la oración y el tradicional incienso.
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