Cientos de miles de paceños compraron todos sus deseos y justo al medio día, hoy, unos los hicieron ch’allar con yatiris o amautas, y otros los hicieron bendecir con agua en templos católicos para que durante el año se hagan realidad.
Con la fe en el dios de la abundancia, cuando sonaban las 12 campanadas en plaza Murillo, la gente se apresuró en hacer ch’allar o recibir la bendición en medio del humo olor a copal e incienso. Otros también utilizaron flores de la época para ch’allar sus deseos más queridos.
Sin diferencia de clase, todos empezaron comprando billetitos preferentemente de la moneda boliviana, en menor proporción dólares y euros, luego alimentos, después casitas, autitos. Los más jóvenes o quienes con el paso del tiempo no lograron titularse empezaron a comprar títulos de sus profesiones estudiadas.
Luego vino el otro deseo incompleto en las vidas de las personas, la falta de pareja y la ausencia de los niños en las parejas casadas. Para este efecto, los primeros compraron gallos de distintos colores y sobre la marcha intercambiaron, porque dicen que no es bueno comprarse un gallo o gallina para uno mismo sino que tiene su efecto deseado si alguien lo regala.
Después continuaron las compras de los deseos insatisfechos de mujeres y varones, el empleo y para ello no dudaron en comprar contratos de trabajo, créditos bancarias, entre otros para garantizar el pan de cada día en la familia.
Otros que al parecer ya coronaron gran parte de sus deseos ya mencionados, compraron pequeños pasaportitos, pasajes aéreos, maletitas y en las mentes de ellos se elegían los lugares donde pretenden vacacionar en algún mes del presente año.
Algo de historia
La celebración de la Alasita y su relación con el Ekeko no dejaron evidencias escritas acerca de su origen, de acuerdo con algunos historiadores. Sus antecedentes más inmediatos están sostenidos en mitos y leyendas.
Una de las causas por las que no existiría documentación, habría sido "la colonización española que no permitió desarrollar ciertos sistemas de creencias; entonces la historia ha sido proscrita, atacada".
Sin embargo en el siglo pasado, la Alasita (comprame en aymara) se constituyó en "una festividad paceña de carácter cíclico y se caracteriza por la tradición de adquirir, intercambiar y/o comprar illas de muchos tipos y formas vinculadas a la producción agrícola y ganadera, a la fertilidad vegetal, animal y humana, y en general, al bienestar material, físico y espiritual".
Hoy es celebrada en La Paz y en gran parte del país en esta fecha pero también es replicada en otras ocasiones vinculadas a festividades folklóricas.
No comments:
Post a Comment