La empresa familiar se formó alrededor de la clínica de restauración de imágenes religiosas Mancilla, que está en Alto Sopocachi.
Sus creaciones para esta Alasita están dirigidas a todo el público.
Qué mejor que el calor de una familia para dar vida a una creación artística.
Esto lo sabe muy bien la familia Mancilla, pues hace casi 90 años que el apellido está relacionado con la creación y restauración de obras de yeso.
Más que un trabajo o negocio, para ellos el hacer figuras de este material o repararlas se ha convertido en una tradición que lleva cuatro generaciones de continua labor.
Judith Mancilla, socióloga, artista y miembro de este clan, cuenta que sus abuelos (allí por la década de los años 20, empezaron con la labor en yeso, y ese conocimiento fue transmitido a sus padres, posteriormente a ella y su generación, y ahora a sus sobrinos.
Indica que esta antigüedad en el negocio les permitió adquirir una sólida fama, principalmente en el campo de la restauración, haciendo así muy reconocido su taller de la calle Jaimes Freyre 229, en Alto Sopocachi. “Mucha gente nos busca en el taller, principalmente en noviembre y diciembre, y nos buscan porque somos buenos en lo que hacemos”, aseveró.
SALIENDO A LAS FERIAS
Judith tiene recuerdos de infancia de estar en explanadas, plazas y avenidas acompañando a los yesos familiares.
“Me atrevería a decir que somos los pioneros en llevar a una feria navideña la clínica de restauración”, explica. Además, destaca que la fama que adquirieron en ferias y desde el taller se debe al trabajo que realizan y a las recomendaciones de sus clientes a otras personas. Tanto creció el negocio, que el trabajo no se reduce sólo a Navidad o Alasita, sino que viajan constantemente llevando sus productos a distintos espacios de exposición en el país.
Aunque el negocio familiar avanza, Mancilla explica que no sólo se dedicaron a ser artesanos en yeso. “Somos multidisciplinarios, todos los sobrinos (la cuarta generación) están estudiando, pero para estas épocas también todos somos artesanos”, cuenta.
UNA NUEVA ALASITA
“Mi papá cuenta que recuerda la feria de Alasita desde niño, cuando estaba en el Prado, la Terminal...”, indica Mancilla, para quien esta actividad tiene un significado especial.
“Mi abuelo fundó el tradicional sector yesos en 1955, es algo de lo que estoy orgullosa”, indica. De esa forma, el apellido Mancilla es uno de los más antiguos dentro los varios grupos familiares que conforman los artesanos de la feria.
LAS NOVEDADES Y EL RESCATE
Explica que el trabajo de los yeseros no es sencillo, ya que además de la mano de obra como tal, requiere una investigación de qué modelos se van a realizar.
“El público siempre busca novedades, principalmente en La Paz, por lo que siempre apuntamos a hacer figuras modernas”, manifiesta. En ese sentido, para la Alasita 2014 los nuevos yesos provendrán de juegos populares como Plantas vs. Zombis y Angry Birds. El cine y la televisión también fueron una influencia para la familia Mancilla, pues figuras sacadas de The Avengers y Monster High también estarán presentes en su estand. Sin embargo, los niños y jóvenes no son el único público al que se dirige su trabajo.
Judith explica que los adultos también buscan productos específicos, principalmente adornos y obras de mayor escala, mientras que las alcancías son requeridas por niños y jóvenes. Pese a que las tendencias de la cultura popular determinan qué figuras se crearán, Mancilla indica que en 2014 se están rescatando figuras antiguas, como el Quevedo, la negrita, los saltimbanquis y otros por el estilo.
La familia Mancilla volverá a dar vida al yeso en esta Alasita, con mucho color y precisión en el acabado, pero principalmente con la calidez de cuatro generaciones de una familia comprometida con el arte y la tradición.
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