Muchas de las tradiciones de la fiesta de Todos Santos iniciaron en áreas rurales del departamento de La Paz, es el caso de la Cacharpaya o despedida de las almas de los difuntos en el tercer año del recordatorio de su fallecimiento.
Esta costumbre se cumplió ayer en todos los cementerios de la urbe alteña, para lo cual los dolientes contrataron grupos de bandas, Kantus o hasta conjuntos de guitarra, charango y bombo, para que puedan animar la estadía de los familiares de los difuntos junto a su tumba.
Para los dolientes, esta ceremonia debe ser efectuada con mucha fe porque, según las creencias de los mismos, el tercer año de recordatorio a su ser querido debe también despedirse de una manera muy especial, luego de que los dos anteriores años se inició este tipo de ceremonias.
En el tercer año de despedida, conocido también como Cacharpaya, los dolientes ya dejan de brindarle una de las mayores atenciones a su difunto, pero con el compromiso de no olvidarse del mismo en los años venideros, aunque ya no con el mismo entusiasmo, demostrado durante todo este tiempo.
Asimismo, para la oportunidad los familiares del difunto preparan todo los relacionado a los productos que debe tener una mesa de Todos Santos con el “triple” de la cantidad de productos que en los dos años anteriores se efectuaron por ser el último año de recordatorio del familiar que partió al más allá hace tres años.
Para el efecto, también se opta por invitar a todos sus familiares y amigos del fallecido para compartir con ellos el día de la llegada de las almas y la despedida de las mismas.
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