“Mana manchhaykunas, mana llaquiykunas, entero chayta karunchay Cholita sin nombre! Bendicionniyquita qoayqu tukuy llank’aykunasniyqupaq kay 2013 watapaq...”
“Sin miedos, sin penas, todo eso aléjalo Cholita sin nombre. Danos tu bendición para todos nuestros trabajos para este año 2013”. Ése es el fragmento de una de las plegarias de los rezadores frente al altar de la denominada “Cholita sin nombre” en San Benito, Valle Alto.
La Cholita sin nombre es una joven que fue hallada muerta en el lecho de un río, cuando los perros ya habían devorado el rostro y brazo.
“La encontraron a la orilla del río Laguna Sulti, en época de lluvia. Los perros ya se habían comido su cara y le faltaban sus extremidades”, relató Cirilo Espinoza, ejecutivo provincial de Punata.
Por tal situación nadie nunca pudo reconocer la identidad del cadáver. Tampoco las familias del pueblo reportaron la pérdida de algún familiar.
Los comunarios de la zona se congregaron en el río y con la ayuda de un tractor lograron sacarla de allí. Posteriormente, su cadáver fue trasladado al cementerio general de San Benito.
Como no la habían identificado, en su lápida sólo se puso la inscripción de “Cholita sin nombre”.
“Parece que recién había llegado de algún pueblo lejano para trabajar”, cuenta don Cirilo Espinoza. “Yo sabía que era la empleadita de un local y que por no pagarle le hicieron eso”, acotó otro vecino.
El hecho es que por mucho tiempo nadie reclamó su cadáver.
“Una vez vino una señora diciendo que era su hija y se puso a llorar sobre el nicho. Después, otras personas aseguraban que era su pariente, pero ninguna quiso llevársela y tampoco volvieron más”, cuenta uno de los rezadores, que prefiere mantener en reserva su identidad.
Tampoco existe precisión sobre la edad o procedencia de la difunta, sin embargo al ser una forastera, los peregrinos que llegan hasta este cementerio la han convertido en un ícono de la gente que viaja en busca de mejores oportunidades.
Es así que cientos de prendas y obsequios son colgados en un tinglado que cubre el nicho. En uno de los sectores se encuentran decenas de plaquetas recordatorias y en otro están decenas de cobertores de los volantes de autos que representa a los viajeros del transporte interdepartamental e internacional.
Colmando buena parte del altar están miniaturas de polleras y sacos de cholitas en calidad de obsequios para la difunta. Otras miniaturas de negocios y comercios representan el pedido de buenos augurios para los comerciantes y emprendedores que deben dejar sus hogares en busca de fortuna.
De todas las almas más visitadas en Cochabamba -Shirley en Sipe Sipe, los mellizos en Viloma, Nelson Jiménez en Quillacollo y los angelitos en Punata- la “Cholita sin nombre” es la más visitada de todas. En los días con menor asistencia hay al menos entre 5 y 6 personas ofreciéndole ofrendas de flores y q’oas, y en los primeros lunes de mes más de 500 devotos llegan hasta el lugar.
En torno a esta congregación de fieles una organización cerrada de rezadores fue conformada. “Cuando vienen otros chiquitos a querer rezar, el más grande los bota, porque sino ya seríamos muchos”, cuenta uno de los doce jóvenes que tienen acceso a prestar este servicio.
Es un Padre Nuestro, un Ave María y una oración en quechua por el módico precio de “su voluntad” -entre 5, 10 y 20 bolivianos.
“La degolladita” perdió su vigencia
Quillacollo Una de las mayores leyendas fue “La degolladita”, el alma de una joven mutilada en la zona sureste de Quillacollo. Los estudiantes le llevaban cartas y libretas escolares pidiéndole pasar de curso y rendir buenos exámenes. A más de 25 años de su muerte, el lugar de culto a esta alma desapareció.
Pareja de novios en Valle Alto sin visitas
Tarata Un hecho trágico fue el asesinato de una pareja de novios que fueron atracados y luego asesinados por ladrones el 21 de marzo de 2010 cerca del estadio municipal. Durante los primeros meses decenas de visitantes llegaban cada día, sin embargo a tres años del suceso su nicho sólo tiene una cruz y pocas flores.
No comments:
Post a Comment