Friday, December 25, 2015

Música navideña en Sucre, una tradición de larga data

Diversas producciones discográficas nutren la tradición musical navideña chuquisaqueña, una de las más antiguas y ricas del continente. El charanguista Fausto Mariscal, las agrupaciones Ravelomanta y Trío Antología Mestiza de Charcas son algunos de los artistas que presentaron recientemente sus producciones musicales.

Uno de los elementos más ricos de la cultura chuquisaqueña con relación a los festejos navideños es la música. Julia Helena Fortún destacó este aspecto en su libro “La navidad en Bolivia”, donde escribe que sólo en Venezuela o Colombia se encontraron registros tan antiguos y diversos de repertorios dedicados a la música navideña. En su investigación de 1957 Fortún recogió casi 700 piezas de inspiración local dedicadas al festejo de la Navidad y comparó estos datos con los trabajos del musicólogo argentino Carlos Vega, concluyendo que la tradición musical navideña de Chuquisaca que inicia en el siglo XVII con la Real Audiencia de Charcas, es una de las más ricas de Latinoamérica.

Ya Costas Arguedas, en una investigación previa titulada “La navidad en Sucre”, reflejó el carácter histórico de la tradición musical navideña y aunque este dato es poco conocido, recientemente el periodista Julián Vedia volvió sobre este tema actualizando los datos.

Pero dentro de los trabajos recientes, uno de los más destacados es el desarrollado por Joaquín Loayza y el Trio Antología Mestiza de Charcas cuyo contenido representa un aporte doble, es decir tanto en el plano historiográfico como artístico, con un análisis e interpretación musical de los repertorios de “Villancicos, bailarines, ch'untunquis, negritos y el guachitorito”, que se puede adquirir en formato discográfico.

Por su parte, el solista Fausto Mariscal también presentó un aporte interesante, el músico recuperó un temple o afinación para charango de tres cuerdas que se estaba perdiendo y permite reflejar una sonoridad que evoca a la memoria de la Navidad de antaño.

Luis Ríos Quiroga describió las tradiciones navideñas de antaño en la Capital con aspectos muy similares a los festejos que hoy se practican en poblaciones como Serrano, Zudáñez, Tarabuco o Sopachuy, donde los bailes se ejecutan en las calles con el acompañamiento de cuadrillas de músicos. El trabajo de Mariscal refleja la memoria perdida de esos tiempos con el temple de tres cuerdas, remarca Percy Avendaño, Presidente de la Asociación Boliviana de Artistas Intérpretes y Ejecutantes de Música (ABAIEM) filial Chuquisaca.

Avendaño también destaca la producción musical de Ravelomanta que es acompañada por un registro audiovisual de las tradiciones navideñas en el espacio rural.

En su investigación, Fortún rastrea el origen de las tradiciones de baile y música navideños: “La música y la danza se complementan recíprocamente, desde que existe la humanidad, en el culto de los dioses. Instituidos los evangelios de la ley de Cristo, se adopta en España el baile sagrado, en las solemnes festividades del templo, hasta que en el año 744, el Papa Zacarías lo prohíbe. El pueblo se contentó con realizar ofrendas en los atrios, en las procesiones y las ofrendas no son otra cosa que danzas religiosas ambulatorias. Esta costumbre viene a América directamente de la Península y en el suelo americano se enriquece, evoluciona y se transforma en el fecundo y activo crisol del criollismo”.

No comments:

Post a Comment