En el megadeslizamiento de Callapa, en marzo de 2011, Gladys perdió prácticamente todas sus pertenencias, menos su Niñito. Entre los escombros encontró la imagen intacta. Dice que tiene más de 200 años, que es un regalo de su mamá que lo heredó de su abuela, quien lo obtuvo de su madre y así sucesivamente... Sin embargo, no sabe quién de su familia adquirió la imagen de estuco que ya se ha convertido en una reliquia de mucho valor.
"¡Perdimos todo, los juguetitos, sus papás (María y José), los Reyes Magos, el ángel! ¡Todo...! Sólo se salvó él, mi Niñito. Ese año (2011) le compré sus papás y su ropita para hacerlo nacer, nada más, pero, poco a poco, le estoy reponiendo todo”, cuenta la mujer de 63 años.
Llegó a visitar la Feria Navideña instalada a lo largo del Parque Urbano Central de La Paz, donde cientos de artesanos ofrecen un sinfín de productos para celebrar la Navidad. La mujer está frente a uno de los puestos donde una vendedora le muestra las últimas novedades de ropa para el Niño Manuelito: trajes típicos de Bolivia, el atuendo del papa Francisco, con solideo incluido, y otros.
Mira y escoge las prenditas con gran atención, porque se trata de lo que su Niñito Jesús estrenará este año. "Hay que cuidarlo, venerarlo, esperar lo mejor de él. ¡Es tan milagroso! Por eso hay que hacerle regalos, para que se sienta feliz, no haga travesuras ni se ponga celoso”, afirma, y echa una risita de complicidad.
Eva Calderón, una artesana que hace más de 30 años diseña y elabora ropa para vestir de "pies a cabeza” al símbolo de la Navidad, sabe de muchas de esas "travesuras”.
"Mis clientas, que vienen a buscar ropa todos los años para sus niñitos, me cuentan muchas travesuras y anécdotas que tienen con el Niño Dios. También me cuentan de que les hacen sueño”, dice la artesana de 45 años invadida de emoción.
"A mí me nace del corazón hacer estas prendas, porque el Niño es muy especial, cada año hace nacer el amor en la familia”, expresa.
Mientras pone en orden las ropitas, elaboradas en materiales parecidos a la seda, el tul y otros géneros finos, este año de colores intensos, comienza a recordar algunas de las historias y anécdotas que escuchó de sus clientes, en su gran mayoría mujeres, y cuenta; "Tengo una cliente que cada año viene a la feria con un baulito donde tiene guardadas las ropas de su Niñito. Viene así para ver qué le falta. ‘¿Sabes, Evita?, me dice, te cuento que mi Niño me ha hecho sueño. Me estaba llevando a una cima, seguro me va a ir bien, tengo que llevarle algo lindo’”.
Pero Eva no es la única que conoce sobre travesuras y sueños que provoca el Niño Manuelito, la gran mayoría de las artesanas tiene al menos una historia que contar.
Conozcamos algunas:
El Niño Manuelito, un juguetón
Despeinado, sin un zapatito o sin la ropita, "como si lo hubiesen jaloneado”, así aparece a veces el Niño de Esther Gonzales. Ella está convencida de que es un travieso. "Seguro juega con sus animalitos del pesebre y ahí se jalonea la ropita”, explica.
Pero esa no es la única prueba de las travesuras de su Niño. Tiene algo "más contundente”, según ella misma afirma.
"En una Navidad, mientras estaba en su pesebre, apareció con las manitas mordidas. Yo siempre pensé que era el perro, que jugaba con él, pero en mi casa no me creían. Después del Día de Reyes y de que lo llevé a oír misa, lo llevé a hacerlo reparar. Lo dejé casi una semana con el artesano que me lo iba a curar. Cuando lo fui a recoger, el hombre me contó que después de hacer la reparación con yeso lo dejó secando en el patio toda una mañana.
Cuando en la tarde fue a recogerlo para guardarlo lo encontró con los deditos mordidos. Su perro había jugado con él. ¡Ahora ya me creen que mi Niño es un juguetón!”, cuenta.
"Antes de la feria me sueño con él”
Rosalía estaba en su dormitorio cuando, desde el patio, un pequeño, sin ropita, lo llamó. Ella obedeció y salió. Le preocupó que el niño estuviera desnudo y tuviera los piecitos manchados con barro. Se los quiso limpiar, pero el pequeñito se resistió y le dijo: "Estoy jugando”.
Cuando quiso insistir en su intención, se despertó. Estaba soñando. Inmediatamente repasó paso a paso el sueño y se puso a pensar en qué podría significar. "Me pasa todos los años. El Niño se me presenta en el sueño meses antes de la Navidad, eso significa que tengo que comenzar a trabajar para hacer sus ropitas y llevarlas a vender a la feria. Cuando lo veo desnudito es seguro que me va ir muy bien”, asegura.
La mujer se siente privilegiada por soñar con el Niño Dios. "Es hermoso verlo. Uno se emociona tanto que hasta llora en sueños y cuando se despierta, vuelve a llorar”, expresa.
Cuenta que a veces se ve en medio de muchos niñitos que corren a su alrededor, le tiran la pollera y se ponen a correr.
"Muy celoso, quiere toda la atención”
"Algunas familias son muy descuidadas. Sacan a su Niño sólo para la Navidad, como un adorno, mientras otros lo tenemos en un altar, como debe ser, porque él quiere toda la atención, es muy celoso”, afirma Teresa Quisbert.
Tiene esa certeza a partir de una "mala experiencia” que tuvo hace años.
"No siempre fui así de atenta con mi Jesusito. Cambié después de que me pasó algo malo. Resulta que durante una Navidad, mientras lo sacábamos de la caja donde lo guardábamos cada año, le rompimos un bracito, sin darnos cuenta. No hicimos nada, lo dejamos así y nos olvidamos. Mi hermana mayor se dio cuenta y me llamó la atención; muy enojada me advirtió que podía pasarme lo mismo. Y para qué, justo un día antes de la Nochebuena me caí en el patio de mi casa y me rompí el brazo y, para colmo, el derecho, el mismo que se le había roto a mi Niñito. Desde esa vez lo cuido celosamente y no dejo que le pase nada. Él está contento con mi atención, por eso me bendice cada año”.
"Yo trigueña y el rubio, de ojos azules”
Eva tiene dos niñitos en su casa. No puede decir que le juegan travesuras y que le "hacen” sueño cada vez. Por eso el único sueño que tuvo con ellos se quedó grabado nítidamente en su memoria. Fue antes de que tuviera a sus dos hijos, y lo recuerda así:
"Tengo dos niñitos, dos Cusqueños antiguos, esos que hacen en Perú. Me los regalaron antes de que me casara. Una noche soñé que estaba caminando por un parque, de la mano de dos niños. Pero en mis sueños los veía y me preguntaba, yo trigueña, paceña, ¿por qué mis hijos eran rubios, de ojos azules? Pero ellos me miraban y me decían: ¡Mamá, ven, vamos! Me jalaban de la mano, los dos. Años después me casé y tuve también dos hijitos”.
Por eso, para Eva, la imagen del Niño Jesús representa "la familia, los hijos”.
"Muchas madres regalan a sus hijas recién casadas la imagen del Niño Dios para que tengan una gran familia, con hijos, muchas bendiciones y llenas de amor. Yo creo en eso, creo que se cumple”, afirma.
No comments:
Post a Comment